jueves, 4 de abril de 2019

José Alberto García Gallo (Alberto Cortez) - 1940 - 2019

El cantante y compositor argentino, autor de piezas como 'Las palmeras', 'En un rincón del alma' y 'Cuando un amigo se va', falleció a los 79 años por las complicaciones de una hemorragia gástrica. Su fecunda obra musical se encuentra registrada en los más de 40 discos que grabó desde la década de 1960
El cantautor Alberto Cortez, autor de éxitos de la música latinoamericana como "En un rincón del alma" o "Cuando un amigo se va", ha fallecido este jueves en un hospital de Madrid a los 79 años a consecuencia de unas úlceras gástricas cuya cura se complicó, informaron fuentes próximas al artista.

El artista fue ingresado de urgencia el 27 de marzo pasado en el Hospital Universitario HM Puerta del Sur, en Móstoles, a causa de unas úlceras gástricas que se han ido complicando con distintas infecciones y finalmente ha fallecido a las 15:30 horas de hoy en ese centro sanitario de Madrid.
“A partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida/ a partir de mañana empezaré a morir la mitad de mi muerte/ a partir de mañana empezaré a volver de mi viaje de ida/ a partir de mañana empezaré a medir cada golpe de suerte”, dice en una de sus composiciones más emotivas, “A partir de mañana”.
Desde su ingreso, el cantante, que residía en España desde 1964, ha estado acompañado en el hospital por su esposa, la belga Renata Govaerts, con quien llevaba casado 55 años.

"Ha sido un golpe porque acabábamos de hacer gira a finales de año. Tenía compromisos en Puerto Rico, en Republica Domininicana y en México", han señalado las mismas fuentes, que han explicado que aún no han decidido donde se instalará la capilla ardiente, aunque uno de los sitios que se barajan es la sede de la Sociedad General de Autores (SGAE).

"Era una grandísima persona y artísticamente un compositor, músico y poeta enorme que ha dejado para la historia títulos inolvidables", han añadido.

El cantautor, que no tenía hijos y vivía desde hacía 40 años en la misma urbanización de Madrid, nació en Rancul, La Pampa, el 11 de marzo de 1940 con el nombre de José Alberto García Gallo.
El "amigo" que se va
El cantaautor deja una sólida obra internacional en la que música y poesía se hicieron uno

Cincuenta años después de anticiparlo en una de sus más célebres composiciones, "Cuando un amigo se va", el árbol de Alberto Cortez cayó en "un terreno baldío", aunque su muerte deja tras de sí una sólida obra internacional en la que música y poesía se hicieron uno.

Destacado miembro de la influyente generación de cantautores de finales de los años 60 y 70, amén de premio Grammy a la Excelencia artística en 2007, este argentino se oponía a la "intrascendencia" de gran parte de la música actual y convirtió en una máxima de su carrera que esta disciplina era un vehículo para "acercar la poesía al pueblo..., de donde nunca debió salir", añadía.

Cortez superó el medio siglo de actividad pese a sus múltiples achaques. "Canto porque no tengo otro remedio", declararía hace solo 5 años sobre su resistencia a la jubilación, en una entrevista en la que se tomó con humor el número de veces que la rumorología había acabado con él.

"Me río una y otra vez porque son tantas las veces que me han matado que, ya ven, lo han hecho tan mal que aquí sigo muy vivo, y sin retirarme", ironizaba el músico, quien en su última etapa también reprochaba a la industria discográfica que se desentendiera de "los viejos carrozas".
El escenario era el lugar donde "más feliz" se sentía, como recogió la obra "La vida", biografía de más de 500 páginas escrita por Laura Etcheverry, en la que relataba que compuso su primera canción a los 12 años, "Un cigarrillo, la lluvia y tú", cuando descubrió el erotismo.

Con solo 20 años tomó un barco desde su Argentina natal con dirección a Europa, tras los pasos de grandes maestros de la música popular como Jacques Brel, George Brassens o Gilbert Becaud, y allí grabó su primer disco, sin saber que este salto continental se convertiría en una constante en su carrera.

Autor de importantes temas de la música latinoamericana, como "Me lo dijo Pérez", "El abuelo", "Mi árbol y yo", "Distancia" o "Te llegará una rosa", una de las más importantes fue sin duda "Cuando un amigo se va", escrita a raíz del fallecimiento de su padre y convertida en una pieza imprescindible de numerosos funerales.

"Escribí esa canción porque mi padre me trató como a un amigo desde pequeño, llevándome a todas partes", explicó el artista, quien pasó entonces por una "crisis tremenda" que le llevó a pensar "en dejarlo todo y volver al pueblo donde nació".

Además era autor de canciones como "Callejero", "Mi árbol y yo", "A partir de mañana", "Te llegará una rosa", "Castillos en el aire" o "El Abuelo". Colaboró con varias grandes figuras de la canción hispanoamericana como Facundo Cabral, con quien lanzó el espectáculo "Lo Cortez no quita lo Cabral" y con Pablo Milanés, presentando dos conciertos históricos "De poeta a poeta".

Compuso también la satírica canción "Los Americanos" que se volvería un tema icónico para el cantante argentino Piero, en los años 70. Hay una versión en la que ambos cantan el tema.

El fallecido, que poseía cuatro Discos de Oro, cuatro Heraldos de Oro y la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, estaba preparando un nuevo disco con temas diferentes al que fue su último espectáculo, estrenado en mayo del año pasado en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid con el título "Boleros".

El espíritu de exaltación de la amistad que emanaba esta composición marcó también su trayectoria, muy prolífica en colaboraciones sinceras. Entre las más relevantes, destacan los cuatros discos que realizó con el músico y filósofo Facundo Cabral, muy cercano, por lo que su asesinato en Guatemala representó un duro impacto. "Su muerte significó la muerte de todos los cantantes del mundo", dijo.

Cortes compartió estudio y escenario con otras grandes voces de Latinoamérica, como sus compatriotas Mercedes Sosa y Estela Raval, voz de Los Cinco Latinos, con la que grabó el álbum "En un rincón del alma", el cual contenía la emblemática canción del mismo nombre que también interpretaría a dúo con María Dolores Pradera.

España, de hecho, se convirtió en un lugar especial. En este país fijó su residencia, donde cantó a Antonio Machado, a Miguel Hernández y a Federico García Lorca, también a las víctimas del atentado terrorista del 11M (el cual coincidió con su cumpleaños) y fue donde una noche de 1967 empezó a convertir su nombre en leyenda en una velada sin micrófonos en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

"Estoy contento con lo que he hecho, porque lo he hecho siempre poniendo por delante la dignidad. Al principio cantaba canciones muy suaves, muy ligeras -lo que se ha dado en llamar comerciales- y me fui ganando un nombrecito entre la gente", dijo en 2016 en una entrevista.

Vestido de negro, Cortez se movió como pez en el agua en los torrentes de la melancolía y la desazón amorosa. "El desamor tiene las suficientes variedades como para entretenerse en el análisis y en la redacción", explicaba él. "Pero incluso en ello, hay cosas que se tienen que hacer con cierto grado de inquietud, de entrega, y de amor en consecuencia".
“Yo nunca entré en el territorio de lo que se denominó canción de protesta, porque ese movimiento respondía a una determinada ideología y luego propone soluciones; es decir que se inmiscuye en el trabajo de los políticos, porque esa no es una labor que nos corresponda a los artistas. Mi escenario es eso y no será nunca una tribuna”, concluyó Alberto Cortez.
Fuentes: Agencia EFE, El Periódico, El Espectador