jueves, 11 de abril de 2019

El verdadero poder detrás de los medios de Argentina

Tiempo Argentino y Reporteros Sin Fronteras (RSF) presentaron en el Congreso Nacional la investigación sobre quiénes son y qué intereses tienen los dueños de los medios de comunicación en la Argentina. Los ejes del informe y el debate sobre el primer monitoreo de medios en la era Cambiemos
Un mapa hiperconcentrado de la propiedad de los medios de comunicación y la anulación y flexibilización de las normas y regulaciones para garantizar un marco legal que imponga límites y garantice la multiplicidad de voces. Ese doble desafío moderó este jueves la presentación de la investigación colaborativa entre Tiempo Argentino y Reporteros Sin Fronteras (RSF) sobre concentración y el verdadero poder detrás de las empresas de medios en el Congreso Nacional.

La investigación constituye un mapa exhaustivo de quiénes son los dueños de 52 medios de influencia en la opinión pública argentina en los diferentes soportes (televisión, gráfica, radio y digital) y 22 conglomerados empresarios. Con una metodología aplicada en más de 20 países, el trabajo es el capítulo argentino del proyecto Media Ownership Monitor (MOM).

El trabajo que demandó cinco meses de recolección de datos, cruce de información y producción de materiales inéditos asociados al caso argentino fue presentado durante una jornada de discusión y análisis de la que participaron legisladores, autoridades de organismos regulatorios de la región, académicos, investigadores, y periodistas, entre otros.

La apertura de la jornada de debate estuvo a cargo del director de RSF España, Alfonso Armada; la representante de la Fundación Friedrich Ebert (FES), Dörte Wollrad; y el presidente de la Cooperativa Por Más Tiempo, Federico Amigo.

“Esta es una investigación necesaria en muchos sentidos: para seguir remarcando la importancia de la pluralidad como garantía de la libertad de prensa y para cuestionar la concentración. ¿Qué medios, además de Tiempo, podrían investigar a otros y a sí mismos?”, subrayó Amigo. Y agregó: “Tiempo pertenece a los 90 trabajadores que integran la cooperativa. Y elegimos la transparencia como un valor fundamental”.

El director del proyecto MOM, Olaf Steenfadt, advirtió sobre las consecuencias de las “fallas de mercado” que dejaron de visualizar al periodismo como un “negocio rentable”, y destacó que, en ese escenario adverso, el mapa mediático se abra a nuevas experiencias como las de los medios cooperativos y alternativos.

El informe sobre los alcances y contenido de la investigación estuvo a cargo del equipo: Martín Becerra, doctor en Ciencias de la Información, docente e investigador del Conicet; Gerardo Aranguren, editor web de Tiempo Argentino; Nube Álvarez, coordinadora regional del Proyecto MOM; Agustín Espada, magister en Industrias Culturales de la Universidad de Quilmes; y la periodista Marianela Bocanegra.

El análisis legal de la investigación y sus indicadores fue realizado por el abogado, docente y doctor en Ciencias de la Información Damián Loreti; junto a Diego de Charras, director de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA; y Luis Lozano, docente e investigador de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA.

Tras una “navegación” rápida por las diferentes entradas del informe, Becerra repasó la lógica de construcción del Grupo Clarín como el gigante del mercado argentino, una posición dominante consolidada durante el gobierno de Cambiemos. “La expansión del Grupo Clarín se fortalece en 2018 con la fusión entre Cablevisión y Telecom, con una posición dominante en todos sus negocios”, puntualizó.

Por su parte, De Charras hizo un repaso del capítulo legal de la investigación y advirtió que ese marco resulta una “condición necesaria para limitar la concentración mediática”. Siguió con un detallado informe de las medidas de “relajación” que la administración de Mauricio Macri adoptó a partir de 2015.

“Estamos ante una situación dramática. No hay legislación y, donde hay, no se cumple”, puntualizó.

Ejes y datos
Los dueños de los medios de comunicación en la Argentina son apenas un puñado de hombres, el vértice de una pirámide de ocho conglomerados que concentran el 60% de la audiencia nacional y que, favorecidos por las políticas desregulatorias del gobierno de Cambiemos, en los últimos años lograron profundizar sus niveles de concentración. El Grupo Clarín es un caso paradigmático de ese proceso: la fusión –autorizada en 2018– de Cablevisión (el mayor operador de televisión paga) y Telecom (una de las dos principales empresas de telecomunicaciones fijas y móviles) consolidó al multimedios como el gigante del mercado.

El mapa mediático argentino ubica al Grupo Clarín a la cabeza con la captura del 25,28% de las audiencias (6,84 % en radio, 10,62 % en televisión y 7,82 % por diarios); seguido muy de lejos por el Grupo América con un 7,25% (2,27% en radio, 4,09% en televisión y 0,89 % por diarios); y la estadounidense Viacom-Telefé Argentina con un 7,10% (100% por televisión).

El cuarto lugar le corresponde al Grupo Indalo con un 6,62% (5,12% por radio y 1,5% por televisión); secundado por la fusión entre la española Prisa y la mexicana Albavisión con el 6,21% (4,33% en radio y 1,88 por televisión); y el Grupo La Nación con el 2,97% (100% por diarios).

La cordobesa Cadena 3 con un 2,16% (100% por radio); y el estatal Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos (SFMyCP) con el 1,65% (100% televisión) completan el cuadro.

La Era Macri
La investigación incluye la revisión de los drásticos cambios en las políticas regulatorias que, con lógica de restitución para las empresas del sector, Macri adoptó desde el inicio de su gestión: el desguace de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual –aprobada durante la etapa kirchnerista como resultado de un histórico debate transversal–, la flexibilización o eliminación de topes a la concentración en televisión y radio, tanto como en la propiedad cruzada, y la intervención de las autoridades de aplicación, entre otras medidas.

Además, el trabajo realiza una minuciosa actualización de la crisis que multiplicó cierres y despidos: desde 2016, más de 20 medios cerraron en todo el país y al menos 2700 trabajadores de prensa perdieron su empleo. Ocho de esos medios lograron ser recuperados y continuaron funcionando como cooperativas.

Junto con la política de hostigamiento a los medios públicos a través de despidos masivos, planes de retiro voluntario y recortes presupuestarios, el gobierno de Cambiemos optó por la política de no intervención en los conflictos entre las patronales y sus trabajadores, especialmente con la licuación del poder de control del ex Ministerio de Trabajo, hoy degradado a Secretaría.

Los trabajadores de los medios también fueron protagonistas de otro retroceso de la era Cambiemos: 45 periodistas resultaron heridos y otros 13 fueron detenidos por el accionar represivo de las fuerzas de seguridad en el marco de coberturas callejeras en los últimos tres años.

Deuda con las mujeres

La investigación incluye un relevamiento inédito sobre la presencia de mujeres, tanto en la propiedad de los medios como en los lugares clave para la gestión y administración editorial. De los 52 medios relevados por MOM Argentina, sólo 11 tienen accionistas mujeres, con una porción sensiblemente menor a la de los hombres y a quienes las unen relaciones de parentesco como herederas o esposas.

Además, en el 88,5% de los casos son hombres los que definen la línea editorial de los medios. Las empresas del sector que ocupan los cargos de CEO, gerencia de contenidos o dirección con mujeres suman apenas seis (11,5 por ciento).

El Grupo Clarín, un gigante consolidado
El grupo que surgió del diario fundado en 1945 por Roberto Noble y cuya expansión lideró el hoy mayor accionista y CEO del multimedios, Héctor Magnetto, tiene una centralidad indiscutible en el mapa de medios argentino.

Tras la fusión Cablevisión/Telecom, la distancia entre este conglomerado y el resto del ecosistema es gigantesca, tanto si se miden ingresos, audiencias, escala geográfica de operaciones, posición de dominio en cada mercado; como si se cruzan y combinan todos esos factores.

Las cifras dicen todo. Sin tomar en cuenta sus negocios de provisión de televisión paga, telefonía móvil y fija y conectividad a Internet, el Grupo Clarín obtuvo en 2017 ganancias por 159 millones de pesos, cuando el resto de los grupos mediáticos y su competencia no llegaron a cruzar el umbral de los 10 millones de pesos.

La renta del Grupo Clarín se multiplica si se incorporan sus unidades de negocios hoy agrupadas en Cablevisión Holding.

Además, es el principal beneficiario de la distribución de la publicidad oficial del gobierno nacional y de las administraciones de los distritos de mayor peso del país.

Intereses cruzados
Los principales conglomerados obtienen sus mayores ingresos en otras áreas de la economía, fuera de los márgenes de los medios que resultan una porción menor de sus negocios y, muchas veces, operan en función de sus otros intereses.

Desde hace dos años, Clarín es uno de los principales conglomerados económicos de la Argentina. Además de ostentar posición dominante en todos los segmentos de medios de comunicación y actividades auxiliares y complementarias (como Papel Prensa SA, que comparte con La Nación y el Estado Nacional), también posee intereses en ferias y exposiciones y organiza la principal muestra agropecuaria del país, en conectividad a Internet fija y móvil.

Además, es el principal operador en telefonía fija y móvil, en derechos de exhibición de contenidos, producción cinematográfica, imprenta, editorial de libros, cadena de librerías, logística y transporte, turismo y videojuegos.

El Grupo América (ex Grupo Uno), que tiene a Daniel Vila y José Luis Manzano como principales socios y artífices, cuenta con poderosos intereses en el sector energético y petrolero y en la provisión de servicios públicos. Otro de sus socios, Claudio Belocopitt, es el dueño de una de las mayores empresas de salud privada, Swiss Medical Group.

El Grupo Indalo, de Cristóbal López y Fabián de Sousa, ambos actualmente detenidos en una causa por supuesta evasión tributaria, tiene su origen en actividades de transporte, casinos, petróleo y combustibles. Recién en 2010 ingresó a la industria de medios y en 2012 compró el multimedios que pertenecía al empresario Daniel Hadad.

Sólo algunos pocos de los mayores grupos mediáticos obtienen el grueso de sus ingresos de la gestión de medios de comunicación y sus contenidos. Son los casos de Telefé, en manos de Viacom, el Grupo La Nación y el Grupo Perfil, entre otros.

Por más voces

La jurisprudencia, tanto argentina como continental, concibe a la concentración excesiva como un dispositivo o fórmula que lesiona el derecho a la libertad de expresión y del derecho al acceso a la cultura.

La concentración provoca una obvia reducción de los emisores y deriva en una menor pluralidad de opiniones y fuentes informativas, en la homogeneización de los géneros y formatos de entretenimiento y su virtual estandarización y en la unificación de las líneas editoriales.

La investigación de MOM Argentina revela quiénes son los magnates al frente del universo de los medios de comunicación y cuáles son sus intereses asociados con el objetivo de contribuir a la discusión sobre la necesaria multiplicación de voces y la garantía de políticas públicas que las resguarden.
Foto: Pedro Pérez
Fuente: Tiempo Argentino