Por: Daniel Cecchini
La arbitraria detención del fotoperiodista Bernardino Ávila hace momentos frente al Congreso Nacional va mucho más allá del hecho en sí y pone al desnudo la política del gobierno frente a los periodistas que no se le someten. (Foto de portada: Franco Fafasulli).
El viernes pasado, en su cobertura de la represión del Verdurazo que realizaban productores de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) en Plaza Constitución, el fotoperiodista Bernardino Ávila, de PáginaI12, realizó una impactante secuencia de fotos que reflejó descarnadamente uno de los tantos costados del proyecto de destrucción de la Argentina que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri.
Una de esas fotografías, que mostraba a una anciana recogiendo berenjenas del piso con el fondo de las tropas represivas, recorrió el mundo, como una postal de los efectos del neoliberalismo en nuestro país.
La foto golpeaba y sigue golpeando. Por el contraste, por su fuerza, por su captura de una realidad brutal.
Hoy, durante una protesta de los trabajadores de la cooperativa Madygraf frente al Congreso Nacional, esa misma policía volvió a reprimir y detuvo de manera violenta a Bernardino Ávila y a otros trabajadores de prensa.
Lo golpearon, forcejearon con él, lo esposaron, lo subieron a un celular y lo trasladaron a la Comisaría de Villa Lugano.
Sería una ingenuidad no establecer una conexión entre aquella fotografía y esta detención. Desde aquella cobertura del Verdurazo -sino desde antes – Bernardino Ávila era un blanco ambulante de las fuerzas represivas. Estaba marcado.
El mensaje brutal de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires no tiene muchas interpretaciones: “Te metiste con nosotros, ahora la pagás”, dice sin eufemismos.
Sería también ingenuo pensar que la Policía de la CABA puede llevar ese mensaje a la calle sin respaldo.
No se trata de un “exceso” cometido por una fuerza de seguridad.
Es mucho más que eso: es la implementación de una política.
Porque al gobierno de Cambiemos no le alcanza ya el blindaje que le brindan los medios hegemónicos encabezados por el Grupo Clarín y La Nación.
Tampoco le alcanza con asfixiar económicamente a los medios que se atreven a mostrar, por fuera del relato oficial, las consecuencias del modelo neoliberal en la Argentina: hambre, cierre de empresas, despidos, desocupación, represión, siguen las firmas.
Cambiemos necesita un discurso único y no se detiene ante nada para imponerlo.
En ese sentido, la detención arbitraria de Bernardino Ávila es un mensaje disciplinador que el gobierno pretende imponer como ejemplo.
Porque Cambiemos necesita silencio para poder gritar sus mentiras en soledad.
Bernardino Ávila: "Se me vino encima y se comió la cámara"
El fotógrafo de PáginaI12 Bernardino Ávila contó en primera persona cómo fue agredido y golpeado por la Policía de la Ciudad en el marco de la represión contra el cuadernazo que realizaban los cooperativistas de Madygraf. “El tipo, al que identificó como un oficial con casco de moto, se me viene encima y se come la cámara, se la come él la cámara”, relató Ávila y desmintió así el relato oficial de que agredió a un policía en base al cual lo detuvieron bajo la acusación de agresión y resistencia a la autoridad.
Desde la comisaría número 8 de Villa Lugano, antes de ser trasladado hasta la fiscalía de Walter López, relató que luego de generar el encontronazo el mismo policía empezó a perseguirlo al grito de “es ese, es ese”. “Ahí empiezan a aparecer todos los policías a intentar agarrarme y yo mientras le intentaba hacer fotos al tipo, porque se me viene corriendo con el palo en la mano”, detalló.
En el momento en que la Policía avanzaba contra los cooperativistas, el fotoperiodista intentaba retratar los empujones. “Voy a cubrir la nota, estoy detrás de los policías, la Policía les pide a los manifestantes que se corran y al mismo momento empiezan a empujar, entonces los manifestantes reaccionan. Yo voy a hacer esa foto, viene un oficial y me retira”, narró Ávila, quien luego recibió gases lacrimógenos y palazos.
El fotógrafo dio cuenta de que ese mismo efectivo es el que luego lo vuelve a “sacar de mala manera” y se lleva puesta la cámara. “En el momento en que me detienen, se me vienen encima y yo le dije a un colega que me agarre los lentes y le paso la cámara. Después empiezan a agarrarlo a él”, siguió con su relato y agregó: "Me tienen quieto, yo decía está bien está bien, en ningún momento me resistí ni nada, lo único que haca era taparme del loco que venía con el palo, que lo tengo fotografiado"
Luego, el mismo policía que logró su detención lo mantiene inmovilizado. “El policía me está agarrando, los compañeros que están adentro son los que me agarraban para que no me lleven. Nos empiezan a tirar gas, el policía que estaba encima mío se fuma todo el gas, es más le digo, mira lo que está pasando".
¿Quién le teme a las fotografías?
Por: Cora Gamarnik
La policía detuvo hoy a los fotógrafos Bernardino Ávila y Juan Pablo Barrientos de PáginaI12 y Revista Cítrica, respectivamente, mientras estaban cubriendo la protesta de los trabajadores de la imprenta Madygraf que consistía en el reparto de cuadernos gratis para denunciar la crisis del sector y las irregularidades en las contrataciones del Ministerio de Educación.
Ambos también habían cubierto el ‘Verdurazo’ en el que los trabajadores rurales organizados en la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra) vendían verdura a precio justo como modo de protesta. Ese día Bernardino Ávila tomó la fotografía de la señora recogiendo berenjenas del piso que se viralizó y generó una cadena de emociones y reacciones sociales por la fortaleza intrínseca de la imagen. Juan Pablo Barrientos captó por su parte el momento en que un policía rocía de gas pimienta a uno de los trabajadores mientras cargaba un cajón de lechuga.
Tres días después un policía aparece en la calle señalando a ambos fotógrafos, que son a partir de ese momento golpeados, esposados y detenidos.
¿Quién le teme a lxs fotógrafxs? ¿Quién le teme a las fotografías? ¿Quién no quiere que se vean las imágenes que se producen en el espacio público? Marchas, actos, intervenciones artísticas, huelgas de hambre, acampes sirven para que los diferentes actores sociales expongan sus opiniones, propuestas y/o exigencias. Las protestas en sí mismas son el modo en que distintos grupos luchan por hacer visibles sus demandas, sus formas de pensar, ver y sentir. Los y las fotógrafxs son un eslabón clave de ese proceso de visibilidad social. Lo que sucede en la calle llega a la opinión pública masiva a través de sus imágenes. Y esas fotografías pueden ayudar a generar aprobación o rechazo, pueden influir en el éxito o fracaso de las mismas.
La foto de la señora mayor recogiendo berenjenas tocó fibras profundas del sentir social. Es una imagen que ayuda a vencer al odio, genera emoción y empatía. El poder político y policial lo saben. Por eso cambió en el último tiempo el accionar policial. Ya no basta con enviar un ejército de trolls para hacer creer que una foto es falsa o trucada. Ahora quieren directamente impedir la propia producción de imágenes o peor aún, acusar a los fotógrafos de violentos.
No cabe duda que la profesión del reportero gráfico en Argentina hoy vuelve a ser una profesión de riesgo. Ellos tienen que estar donde suceden los hechos. Por la propia definición de su trabajo necesitan poner el cuerpo, acercarse, involucrarse. A su vez tienen que transformar esa experiencia vivida en un recorte, en una composición, en una síntesis.
La historia argentina demuestra que innumerables veces no solo cumplieron su rol profesional sino que muchas veces sus fotos permitieron visibilizar lo que intentaba mantenerse oculto. Durante la última dictadura militar innumerables veces fueron golpeados, detenidos, heridos con balas de goma. Les rompieron o robaron las cámaras, les velaron los rollos. Durante la temprana post-dictadura algunas de sus fotos fueron clave para denunciar la impunidad con la que presionaba el sistema represivo aún latente. La de Enrique Rosito, por ejemplo, del 21 de agosto de 1984, donde podía verse al ex general Luciano Benjamín Menéndez con un cuchillo en la mano, abalanzándose sobre unos manifestantes o la de Rafael Calviño el 30 de diciembre de 1987, en la que un carapintada le apunta con su arma al fotógrafo.
En Argentina sufrimos el asesinato de un fotógrafo, José Luis Cabezas, porque sus fotografías molestaron a un personaje vinculado al poder. Más cerca en el tiempo, la acción de decenas de reporteros gráficos durante las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 permitieron ver la crueldad de la represión policial que terminó con un saldo de 38 muertos en todo el país. Y gracias a las fotos de Sergio Kowalewski, José Mateos, Ricardo Abad y Mariano Espinosa se pudo comprobar cómo la policía asesinó a Maximiliano Kosteki y Darío Santillán el 26 de junio de 2002.
Todos estos casos y muchos más son el antecedente sobre el que se monta hoy tanto la detención de los fotógrafos por parte de la policía como la rápida reacción social de repudio a estas detenciones.
A lo largo de la historia argentina el trabajo de lxs fotógrafxs permitió denunciar intentos de impunidad, expandir los límites de lo visible, esquivar prohibiciones, visibilizar la represión y mostrar lo que, desde el poder, se trataba de mantener oculto. Ante cada limitación e imposición fueron encontrando resquicios, la forma de sortearlos o contrarrestarlos. Muchas veces incluso esas limitaciones fueron el punto inicial para que surgieran nuevas formas de creatividad e iniciativas colectivas. Esto les permitió mantener una alta credibilidad social en una sociedad donde ese valor fue puesto en duda en referencia a múltiples actores sociales. Hoy están enfrentando además despidos masivos y pérdida de puestos laborales. La policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el gobierno de Macri podrán intentar cercenar la labor del fotoperiodismo pero ya sabemos. Es imposible tapar el sol con las manos.
Actitud antidemocrática, fotoperiodistas detenidos
Por: Alfredo Srur
Sinceramente me cuesta escribir, creo que es un momento del país muy delicado, y el significado de cada palabra es enorme, como así también la manera de ponerlas. Quiero ser justo, le escapo a todo fanatismo. Intento ser cuidadoso cuando escribo algo que puede ser leído e interpretado públicamente. Lo que pienso, siento y hago en términos políticos lo reflejo con mi producción fotográfica, con algún texto que le da contexto (que inclusive puede no ser mío), con mis acciones en el campo de la cultura y el arte, con mis conversaciones con familia y amigos y con una militancia personal basada en la experiencia de haber visto muy diversas realidades de la vida, de las cuales no puedo hacerme en distraído, por más que sería mucho más cómodo; no milito en ningún partido político y creo que la buena fe de las personas va más allá de eso. Con los años he aprendido a no discriminar a nadie, ni por razones políticas (aunque a veces ciertas personas me ponen algo nervioso), ni religiosas, ni relacionadas al dinero o al origen cultural; intento tener la menor cantidad de prejuicios posibles.
Comencé a trabajar en el periodismo en el año 1999, se cumplen 2 décadas este año. Es verdad que dejé de practicar el oficio hace un tiempo, por determinadas cuestiones personales que no vienen al caso. Me formé al lado de monstruos del periodismo, verdaderos maestros de la fotografía y la crónica. Trabajé en las redacciones de Revista XXIII, PáginaI12, La Nación y Perfil; conozco las internas de cada medio, sus líneas editoriales/empresariales y los personajes que han tenido y administrado poder dentro de ellos, lo viví como un trabajador más. No viene al caso profundizar ahora en ello.
La fotografía que aquí publico me pone muy triste, ver a Bernardino Ávila (fotoperiodista de PáginaI12) y a Juan Pablo Barrientos (fotoperiodista de Cítrica), arrestados, dentro de un celular policial, es simplemente ridículo y de una enorme injusticia. Tanto a Bernardino como a Juan Pablo los conozco desde mi inicios hace 20 años. Con Ávila trabajé durante 10 años en PáginaI12, editamos juntos un libro llamado "Episodios Argentinos", habiendo estado codo a codo el 19 y 20 de Diciembre del 2001; creo que algunas de las fotos más interesantes que se hicieron en esos históricos días de la argentina fueron de él; un verdadero profesional, de los mejores que conocí. Con Barrientos compartí, entre otras cosas, el curso que hicimos juntos en Campo de Mayo para ser corresponsales de guerra. Barrientos además de ser fotoperiodista, es una especie de científico en sus ratos libres, un estudioso de la historia de la fotografía en argentina; un muchacho que tiene 4 hijos, que vive en el conurbano, un gran padre y una persona trabajadora de bien. Verlos con la cara desfigurada, presos en un celular policial (Policía de la Ciudad de Buenos Aires), con algo de temor, realmente me duele, porque es una injusticia y no se lo merecen; es un papelón institucional.
Me pregunto: Que raro que fotoperiodistas con más de dos décadas de experiencia, que han cubierto los hechos más relevantes del país desde fines del siglo XX hasta ahora y NUNCA hayan tenido un solo problema, sean arrestados en una pequeña manifestación de una cooperativa en el Congreso Nacional. Me viene a la mente la fotografía de Bernardino Ávila que se hizo viral hace un par de días en el "verdulazo" que se llevó a cabo en Constitución, en donde se mostraba una señora levantando berenjenas del piso con un cordón policial atrás. Raro también que la otra persona que difundió foto de ese hecho haya sido Juan Pablo Barrientos.
La libertad de expresión debe ser algo sagrado. Más allá de los intereses particulares de cada medio, la libertad de prensa debe ser una garantía. Es ridículo y retrógrado llevar preso a un periodista, va en contra de la democracia y de todo valor constitucional.
Me parece que la práctica libre del periodismo es un valor fundamental de cualquier país con intención de progreso, si esto se ve amenazado, su sociedad entera también lo está.
Repudio por la detención de nuestro compañero reportero gráfico
La policía “marca” a Ávila y a Juan Pablo Barrientos. Foto: Enfoque Rojo
Reclamamos la pronta libertad de nuestro compañero y el resto de los detenidos, entre los que se encuentra otro fotógrafo, Juan Pablo Barrientos de la Revista Cítrica, y exigimos que las autoridades del gobierno de la Ciudad den las explicaciones pertinentes sobre este accionar, que no puede ser tolerado ni debe volver a repetirse. Responsabilizamos a las autoridades políticas y policiales de la Ciudad por la integridad física de los detenidos.
Comisión Interna del SiPreBA - PáginaI12
ARGRA
La Asociación de Reporteros Gráficos de la Repùblica Argentina repudia la represión durante la manifestación que en el Congreso de la Nación, realizaba la cooperativa Madygraf y exige la inmediata liberación de Bernardino Àvila y Juan Pablo Barrientos reporteros gráficos que sólo estaban realizando su trabajo.
aRGra denuncia detención arbitraria y persecución policial a dos reporteros gráficos
En el día de hoy Bernardino Ávila y Juan Pablo Barrientos fueron agredidos y reducidos por efectivos policiales, acusados de resistencia a la autoridad cuando fueron víctimas del atropello policial.
Exigimos su inmediata liberación.
Ponemos de relevancia que los dos reporteros gráficos agredidos habían cubierto el “Verdurazo” que se realizó en Plaza Constitución, siendo uno de ellos el autor de la foto icónica que denunció la represión desatada por las fuerzas policiales en ese lugar.
Comisión Directiva aRGra
Si haces un #Verdurazo, reprimen.— Myriam Bregman (@myriambregman) February 20, 2019
Si haces un #Cuadernazo, reprimen.
Si fugas miles al exterior, te premian con un blanqueo.
Repudio a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires por reprimir a trabajadores de prensa durante el #Cuadernazo
El Sindicato de Prensa Rosario expresa su repudio a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires que reprimió a los trabajadores de prensa que cubrían el “cuadernazo” de la Cooperativa MadyGraf en la intersección de Callao y Corrientes
Hace una semana, Juan Pablo Barrientos y Bernardino Avila cubrieron la #represión a trabajadorxs de la @uttnacional, hoy los detienen en el #Cuadernazo en Congreso. Ellos y tres personas más fueron trasladadas a la Alcaldía 18. Acercarse!! pic.twitter.com/41TBJeMlSm— Revista Cítrica (@revistacitrica) February 20, 2019
En el marco de la entrega gratuita de cuadernos que realizó la empresa recuperada por sus trabajadorxs -para denunciar las irregularidades por parte del Ministerio de Educación en una licitación a la que se había presentado-, la policía reprimió y detuvo al fotógrafo de PáginaI12 Bernardino Ávila, a Juan Pablo Barrientos, de la Revista Cítrica y, a su vez, dieron un palazo al movilero de El Destape Radio, Lucas Martínez, quien grababa el accionar de los efectivos contra sus colegas y contra el trabajador de Madygraf Roberto Torres. El violento accionar no cesó cuando quienes estaban siendo atacados se identificaron como trabajadores de prensa. Por otra parte, el fotógrafo Marcelo Scoppa, señaló que Ávila, autor de la conocida foto del verdurazo, fue señalado previamente por los efectivos y atacado cuando todavía no había sacado su cámara.
La represión de la protesta social ya tiene muchos antecedentes desde la asunción del gobierno de Cambiemos, así como las violencias que buscan silenciar a quienes tienen el deber de informar a la sociedad. Por eso, el total repudio al accionar de la policía que conduce Horacio Rodríguez Larreta que ataca la libertad de expresión y el derecho a la información cuando castiga al trabajo periodístico.
.@FOPEA repudia la detención por parte de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires de los reporteros gráficos Bernardino Ávila (Página 12) y Juan Pablo Barrientos (Revista Cítrica) mientras cubrían una marcha de trabajadores de la cooperativa Madygraf (Sigue..)— FOPEA (@FOPEA) February 20, 2019
.@FOPEA exige la inmediata liberación de los fotógrafos que cumplían su misión informativa frente al Congreso Nacional y reclama que las autoridades porteñas supervisen que los policías no restrinjan el trabajo periodístico, ya que eso es un ataque a la Libertad de Expresión.— FOPEA (@FOPEA) February 20, 2019
#Ahora #Represión en Congreso: La policía de Larreta gasea a manifestantes en el #Cuadernazo. Golpearon a nuestro compañero, Juan Pablo Barrientos. pic.twitter.com/oKwWOPCaPY— Revista Cítrica (@revistacitrica) February 20, 2019
La CTA Autónoma repudia la represión al “Cuadernazo” y exige la liberación de Bernardino Ávila, fotógrafo de PáginaI12 y de Juan Pablo Barrientos, de Revista Cítrica
La CTA Autónoma repudia la represión en el Congreso contra el “Cuadernazo” (trabajadores y trabajadoras de la empresa recuperada Madygraf reclamaban medidas contra el ahogo económico en Callao y Corrientes) y exige la inmediata liberación de los tres detenidos, entre los que se encuentran Bernardino Ávila, fotógrafo de PáginaI12 y de Juan Pablo Barrientos, de Revista Cítrica. Como en las peores épocas de nuestro país, ambos fueron señalados, golpeados y gaseados cuando querían registrar la represión.
Bernardino Avíla fue quien registró en fotos a Ángela, la señora que recogía berenjenas durante el verdurazo de la semana pasada que también terminó con represión.
La CTA Autónoma repudia la violencia policial contra el pueblo que no hace más que buscar salidas colectivas al hambre y a la pobreza y exige la inmediata liberación de todos los detenidos.
Ricardo Peidro, Secretario General
Camarazo por la liberación de los detenidos - Foto: Lucía Prieto
Repudio de los Periodistas Unidos Autoconvocados de Jujuy
Desde el colectivo Periodistxs Unidxs Autoconvocadxs de Jujuy (PUAJ) repudiamos la represión y detención de trabajadores de prensa y reporteros gráficos por parte de la Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que cubrían una protesta pacífica de integrantes de una cooperativa gráfica.
Los fotógrafos Bernardino Ávila, del diario PáginaI12, y Pablo Barrientos, de la Revista Cítrica, fueron apresados mientras hacían la cobertura de la manifestación de trabajadores de la cooperativa Madygraf, que acusan al gobierno de haberlos perjudicado al desestimar su oferta en la licitación pública de diciembre de 2018 para proveer al Ministerio de Educación de material didáctico, aun cuando la cooperativa presentó un monto muy inferior al presentado por las compañías que se presentaron.
La represión policial hacia los manifestantes se extendió luego a los cronistas y reporteros gráficos que cubrían la protesta. Los arrestados fueron acusados de “lesiones y atentado y resistencia a la autoridad”.
En el caso de Bernardino Ávila, alarma el hecho de que se trata el mismo reportero que hace pocos días registró la represión de la misma fuerza de seguridad mientras se desarrollaba en el barrio de Constitución un “verdurazo” en el que productores pretendían vender sus mercaderías a precio justo para visibilizar la situación crítica del sector.
Una de las imágenes que registró Ávila dio la vuelta no solo por las redes sociales y los medios locales sino también en canales informativos de otros países: una anciana, apoyada en su changuito, recogía berenjenas que habían quedado desparramadas en el suelo, mientras a su lado se veían formados y amenazantes los efectivos de la Policía de la Ciudad.
El gobierno nacional y el de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires parecen dispuestos no solo a acallar las protestas mediante la represión policial y la persecución judicial a referentes, dirigentes, delegados e integrantes de diversos colectivos, sino que también pretende anular el ejercicio democrático de informar sobre las manifestaciones y las políticas públicas que las provocan.
A la censura encubierta que se ejerce a través del manejo discrecional de la pauta oficial y a través de la judicialización de los responsables de medios no afines al gobierno, se suma ahora la acción represiva directa sobre los trabajadores de prensa, privando a la ciudadanía de su derecho a informarse y conocer los efectos de esas políticas.
Desde PUAJ advertimos que la democracia está en peligro, e invitamos a la ciudadanía a tomar conciencia sobre el riesgo que implica la naturalización de las acciones represivas y el achicamiento de espacios informativos y de difusión que den visibilidad a los hechos de la realidad.
San Salvador de Jujuy, 20 de febrero de 2019
Reprimieron el Cuadernazo: hay trabajadores detenidos
Trabajadores de Madygraf fueron reprimidos alrededor de las 10.30 de la mañana de hoy por la Polícia de La Ciudad cuando repartían gratuitamente cuadernos en Congreso como denuncia de las irregularidades en la licitación de materiales escolares del Ministerio de Educación. Exigen la libertad de los detenidos.
La represión fue injustificada ya que cuando los trabajadores acompañados por organizaciones obreras, estudiantiles y políticas estaban liberando uno de los 3 carriles del cruce de las avenidas Rivadavia y Entre Ríos que cortaron para la entrega de cuadernos, la policía avanzó deteniendo y golpeando a un fotógrafo de PáginaI12, trabajadores de Madygraf y un reportero gráfico de Cooperativa Cítrica.
Esto es una provocación del gobierno y la policía con el fin de tapar las irregularidades que ocurre en las licitaciones del Ministerio de Educación donde se beneficia a los monopolios de la industria gráfica en detrimento de las cooperativas y de las familias que van a la escuela pública. A través de una maniobra irregular, el Ministerio de Educación que conduce Alejandro Finocchiaro dejó sin efecto la licitación de materiales escolares en la cual la cooperativa MadyGraf había presentado todos los requisitos y ofertado el mejor precio. Al mediodía marcharán al Palacio Pizzurno para exigirle al Ministro Finocchiaro que les otorgue la licitación que ya habían ganado anteriormente y que garantiza el trabajo y el ingreso de 150 familias.
Trabajadores y Trabajadoras de Cooperativa Madygraf
Contactos: Jorge Medina: 116799-1276 / Laura Noboa: 115503-3111 / Ingrid Hirsch, Prensa:11 5139-9277 / Rodrigo Lescano: 1550395580
Fotos: Bernardo Ávila, Juan Pablo Barrientos, Joaquín García y Franco Fafasulli
Fuentes: Socompa, Revista Cítrica, PáginaI12, Señales