sábado, 10 de noviembre de 2018

"Las mujeres que usan Twitter reciben múltiples agresiones por el solo hecho de ser mujeres"

Azmina Dhrodia, investigadora de Amnistía Internacional, asegura que el abuso y la violencia que las mujeres reciben en las redes sociales pueden afectar en la vida offline
Por: Estefanía Pozzo
Están al alcance de la mano en todo momento. Quizá sea de las primeras cosas que vemos cuando apenas abrimos los ojos a la mañana y de las últimas antes de dormir por la noche. Las redes sociales, y más aun desde que el teléfono móvil es una extensión de nuestro propio cuerpo, ya no quedan lejos. El mundo virtual y el mundo real son, casi casi, el mismo mundo.

Azmina Dhrodia vive en Londres y es investigadora de Amnistía Internacional. Encabezó la elaboración de un reporte especial llamado "Toxic Twitter: violencia y abuso contra las mujeres en Internet", que analiza la relación existente entre el género y la utilización la red de microbloggin más usada en el mundo occidental.

"La investigación duró 16 meses, se entrevistaron 86 mujeres de la política, periodistas, activistas y bloggers. Buscamos entender la experiencia que esas mujeres habían tenido sobre la violencia en Twitter y le queríamos dar un enfoque sobre los derechos humanos", cuenta Dhrodia en su paso por Buenos Aires.

La especialista en tecnología y derechos humanos define: "Cuando hablamos de violencia contra las mujeres hablamos de amenazas sexuales directas o indirectas, comentarios sexistas, racismo, todo tipo de discriminación, doxing, que es cuando se publica información privada o cuando se publican imágenes privadas; o la pornografía de venganza".

Lo que encontraron es esperable: las mujeres que usan Twitter reciben múltiples agresiones por el solo hecho de ser mujeres, aunque se agravan cuando pertenecen a otras minorías étnicas o raciales. El sexismo, el racismo y la homofobia son habituales entre los comentarios que reciben las usuarias, especialmente si son periodistas, activistas, bloggers o políticas, es decir, si tienen un alto perfil de exposición pública.

"Cuando las mujeres denuncian estos abusos y Twitter falla en sus respuestas, esto tiene un impacto negativo en los derechos humanos y limita la libertad de expresión", dice la investigadora en diálogo con El Cronista, y detalla: "Se censuran o directamente se van de esa red social. Que Twitter falla es un hecho y es lo que hay que solucionar".

¿Qué te sorprendió de lo que encontraron en la investigación?
Lo que más me llamó la atención es lo abarcativo que es este problema, cuántas voces se están silenciando y cómo esto ha impactado en el debate público. Twitter tienen mucha relevancia en el debate porque es un lugar en donde se amplifican las voces.

¿Los ataques se focalizan en temas puntuales o da lo mismo?
Las mujeres más atacadas son políticas, periodistas, activistas. Simplemente por ser mujeres ya pueden ser un objetivo y si encima empiezan a hablar de temas relacionados a los derechos humanos o la diversidad de identidades tienen todavía más posibilidades de ser atacadas. Se las ataca por su identidad, por ser mujeres, por ser de la comunidad LGTTB, por ser de color.

¿Creés que el problema, sin importar de qué hablen, es que las mujeres tomen la palabra?
El abuso y la violencia que sufren estas mujeres es una extensión de lo que pasan fuera de linea. Esto que pasa en Twitter no es que salió de la nada, es parte de la discriminación que sufren las mujeres y cuando eligen participar activamente y expresarse saben que corren el riesgo de sufrir estos abusos y esta violencia.

Si es violencia lo que sufren siempre son amenazas de índole sexual, de violación. Con respecto al abuso siempre tiene una connotación sexista: se critica los cuerpos, la apariencia, se habla de estereotipos. Cuando se trata de una mujer que pertenece a una minoría también se ataca a esa parte de la identidad.

¿Pensás que lo que molesta es que una mujer que habla desafía al poder?
Las mujeres tienen el derecho de hablar libremente, expresarse libremente como todos, pero viven en un sistema donde se discrimina contra su género todo el tiempo. Al hablar, al tomar la palabra se empoderan, pero no deberían por eso ser sujetas de abuso, no deberían tener miedo ni estar preocupadas por lo que pueda ocurrir según lo que dicen. Y si es que experimentan abuso, Twitter debería poder hacer algo al respecto, porque como una empresa tiene que respetar a los derechos humanos y tiene que asegurarse de que las mujeres puedan hablar libremente.

¿Hubo un aumento de las agresiones a raíz del movimiento #MeToo?
El movimiento #MeToo es un claro ejemplo del poder que tienen estas plataformas de las redes sociales, porque permitió que estas mujeres cuenten sus historias, que expresen su solidaridad. Pero si van a usar estas plataformas tienen que sentirse seguras, sin miedo a sentir violencia o a recibir abusos. Cuando estas mujeres sufren algún tipo de violencia y lo informan a Twitter, la compañía muchas veces no responde o directamente dice que lo que ocurrió no fue un abuso cuando claramente sí lo fue según sus propias reglas.

¿Qué le pasa a una mujer cuando es agredida en las redes sociales?
Cada vez se mezclan más la vida online y offline. Muchas veces lo que hacen las mujeres que son agredidas es ignorar esta violencia o estos abusos; o se van de Twitter y esta no es una solución porque tienen derecho a estar ahí. Muchas veces dependen de la plataforma por su trabajo, por las conexiones que generan con otros usuarios.

Nosotros evaluamos el impacto psicológico de las agresiones a través de una encuesta online en 8 países -mayormente de Europa- donde preguntamos sobre los abusos que sufrieron las mujeres en las plataformas de las redes sociales. El 23% dijo que habían sido víctimas de abuso y el 50% de esas personas dijeron que habían sentido estrés, ansiedad, ataques de pánico, aprehensión cuando pensaban en las redes sociales o las tenían que usar, y tenían problemas para concentrarse en sus tareas diarias. No se puede decir que la vida offline se puede olvidar. Esa es una mentira y es necesario abordarlo para que se puedan respetar los derechos de las mujeres.

¿Todo esto cambia en los contextos de campaña política?
Creo que durante las campañas políticas el riesgo que corren las mujeres de sufrir violencia y abusos sí crece. Es un problema importante porque son víctimas de violencia tanto online como en la vida real.

En Amnistía Internacional realizamos un estudio el año pasado, en el que utilizamos una recopilación de datos automática para analizar el abuso que recibían las mujeres que eran miembros del parlamento seis semanas antes de las elecciones en junio de 2017.

Lo que vimos es que la primera mujer negra que era miembro del parlamento recibió el 50% del abuso de todas las agresiones. Ahí se mezcló el sexismo con el racismo que hizo que esta mujer fuera el objetivo principal de la violencia. Es algo que pasa también sin distinción de ideología política o de partido político.

Twitter es muy importante durante las campañas para que se arme un debate pero también es muy fácil que esto derive en ataque hacia las figuras políticas y deberían solucionarlo.

En Argentina se habla mucho del accionar de trolls. ¿Qué pasa cuando los ataques masivos son en contra de mujeres?Amnistía Internacional ha estado documentando los ataques de los trolls en varios países. Estos ataques hacia las mujeres son armados para silenciar sus voces, porque interrumpen el debate público y se enfocan en las que opinan, en las que critican al Gobierno o en quienes que hablan de ciertos problemas políticos.

Es un intento consciente de silenciar estas voces y si saben que pueden hacerlo entonces van a continuar. Es muy importante entender lo que experimentan las mujeres que sufren estos abusos y sobre todo enfocarse en las activistas de derechos humanos, que son las que están participando todo el tiempo y exponiéndose a esto.

Por último: ¿usás Twitter?
Si. Me gusta los principios de Twitter. Creo que es un espacio muy importante. Personalmente me he beneficiado de Twitter. A muchas de las mujeres que entrevisté las contacté a través de Twitter. Muchos de los paneles de debate y oportunidades exposición en medios me llegaron a través de Twitter. Como organización de derechos humanos usamos Twitter para los temas de derechos humanos y atraer gente que nos apoye.

Pero yo personalmente me censuré al momento de postear algún contenido para evitar el abuso. También borré la aplicación de mi celular, porque no me gusta estar en una plataforma en la que no me siento del todo segura. Así que aun sabiendo que es un espacio muy útil no siento que pueda usarla en la forma que debería usarse porque no tengo la energía de lidiar con el abuso, la violencia y una compañía que no se interesa sobre estos temas.
Fuente: El Cronista