domingo, 19 de agosto de 2018

Héctor Magnetto: "La conectividad es uno de los factores que más contribuyen a la competitividad de un país"

Héctor Magnetto, CEO del Grupo Clarín, explicó los planes de expansión de la compañía hacia el sector de las telecomunicaciones y el impacto sobre el desarrollo económico.

—¿Hacia dónde va el grupo?¿Se reorienta hacia las nuevas tecnologías?, le preguntó el periodista Carlos Pagni, moderador del evento.

—No sé si algo le dice que mi oficina y la de mis socios siguen estando en la sede del diario. Los medios son nuestra esencia. En los últimos años hemos invertido mucho en contenidos y en tecnología, tanto en el diario como en el canal y en la radio. Y sobre todo en cómo llevarlos a las nuevas plataformas de manera sustentable. Tenemos allí incluso mucha más audiencia que en los medios tradicionales.

El empresario recordó que el primer paso del grupo fue dar el servicio de TV por cable. “Eso evolucionó con la masificación de Internet. Y luego se le sumó la movilidad. Para nosotros fue un paso natural”.

Respecto del rol de este sector en la economía, señaló que “la conectividad es uno de los factores que más contribuyen a la competitividad de un país. Está asociada al ingreso de sus habitantes, a la creación de nuevas empresas y al desarrollo de patentes tecnológicas”. Como ejemplo indicó que “así como una buena red de transporte ayuda a reducir los costos de transacción de bienes, la infraestructura de comunicaciones hace lo propio no sólo en ese terreno, sino también en el intercambio de servicios y de ideas”.

Magnetto destacó que “la banda ancha no sólo es un insumo crítico para los negocios digitales. Es esencial para los servicios, el comercio, las finanzas, el turismo. También para la industria: la tecnología y la conectividad que requieren hoy los sectores primarios están fuera de discusión. Desde el monitoreo del clima en los cultivos hasta el análisis en tiempo real de los yacimientos. Lo mismo sucede con las manufacturas: la robótica y el modelo industrial 4.0 son hoy moneda corriente. Al igual que la inteligencia artificial y el big data”.

Hacia adelante señaló que “la movilidad sigue expandiéndose. Con un peso creciente del streaming y los nuevos consumos derivados de la Internet de las Cosas”. Por este motivo, se requiere “una ampliación exponencial de la capacidad y velocidad de transmisión de datos. La inversión en este plano tiene la urgencia y el volumen de otras, como la energética o la logística. En los últimos 20 años, la inversión en telecomunicaciones ha estado por debajo de lo que requiere el desarrollo económico del país”.

Magnetto detalló que Argentina tiene una penetración de banda ancha fija del 60% de los hogares y una velocidad promedio de 19 megas. Como referencia mencionó que el promedio de la República Checa es de 40 megas; el de Polonia, 47, y el de Nueva Zelanda, 76. “En banda ancha móvil, las desigualdades territoriales y de velocidad exigen aceleración del despliegue de antenas y disponibilidad de espectro. Todo esto requiere de fuertes decisiones de inversión. Y a su vez se necesita escala, que puede derivarse de la dimensión global de las empresas o bien de su consolidación local. Esta fue la lógica de la fusión de Telecom y Cablevisión. Sigue la misma línea que se está transitando en el mundo. Y nos permite estar ejecutando hoy un programa de US$5.000 millones de inversión que de otro modo no hubiera sido posible. Es lo que hace falta para ir hacia una red fijo-móvil que permita brindar cuádruple play, que es lo que demandan los consumidores y las empresas”.

Argentina tiene la necesidad de dar un giro en desarrollo e inclusión
Estos son los párrafos centrales del discurso del CEO de Clarín: Argentina tiene la necesidad y el desafío histórico de dar un giro cuantitativo y cualitativo en desarrollo e inclusión. Partiendo de 1962, nuestro PBI per cápita es hoy casi un cuarto del de Australia. Y en ese período nuestro crecimiento estuvo un punto por debajo del promedio de América Latina. Sin duda hemos desaprovechado oportunidades.

La extraordinaria versatilidad de nuestros recursos nos tiende a menudo la trampa de creernos más ricos de lo que somos y de gastar a cuenta. Sujetos, además, a la volatilidad de los términos de intercambio y a la necesidad de sostener una estructura fiscal enorme y en muchos casos ineficiente. Para ir hacia un modelo de desarrollo de largo plazo, es indispensable seguir avanzando en la normalización de la infinidad de variables institucionales y estructurales que fueron trastocadas en tantos años de lógica de emergencia. Se trata de seguridad jurídica, respeto de las libertades y división de poderes. Y de variables regulatorias, cambiarias, impositivas, comerciales, laborales, logísticas.

La recuperación de reglas de juego claras y estables es una precondición ineludible. Argentina arrastra muchas décadas de incapacidad de trascender una inercia pendular, una antinomia histórica entre conservadurismo y populismo. Entre creación de riqueza e inclusión de grandes mayorías. Llevada al terreno productivo, entre industria y sector agropecuario, entre generación de empleo y de divisas.

La producción primaria está llamada a ser un factor clave para la inversión y la generación de divisas. La biotecnología, la metalmecánica, los alimentos industrializados son ejemplos de encadenamientos industriales de potencial exportador. También tiene un gran valor estratégico el tejido industrial de mayor densidad en insumos básicos y derivados, desde la siderurgia hasta la petroquímica, en el que la Argentina tiene tradición y un potencial efecto multiplicador a partir de la integración internacional. Y finalmente están las nuevas industrias, aquellos servicios transables en los que tenemos un capital competitivo que vale la pena expandir: desde el software hasta la salud, desde los contenidos hasta el turismo.

El rompecabezas productivo requiere sostener una diversificación que reduzca dependencias extremas y favorezca un desarrollo más integrado, social y geográficamente.
Fuente: Diario Clarín