domingo, 14 de enero de 2018

‘The Post’: la lucha por la verdad

La película desvela los archivos secretos del Pentágono sobre la implicación del gobierno de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam en 1970. Estrena en Argentina el 1° de febrero
El director Steven Spielberg (center) dirigió a Meryl Streep y Toms Hanks en la magistral película
Cuando se trata de las historias sobre los medios de antes, no hay otra más clásica que The Post, de Steven Spielberg, que se trata de The Washington Post y la controversia de 1971 en torno a los “Documentos del Pentágono”. En la era de las redes sociales, las “noticias falsas” y Donald Trump, ¿por qué rescatar una historia de hace 46 años acerca de una guerra que la mayoría de los estadounidenses son demasiado jóvenes para recordar?

Meryl Streep cree que es una historia muy relevante en 2017.

“Se trata de la sincronicidad de la esfera”, dijo Streep, de 68 años, quien protagoniza el filme. “De verdad encaja con este momento en que la prensa está bajo asedio y estamos revelando a gritos el sexismo”.

Su coprotagonista, Tom Hanks, cree que el filme es acerca de la verdad y las mentiras, un tema que jamás pasa de moda.
Jason Robards ganó un Óscar por interpretar a Bradlee en “All the president’s men”
“La verdad puede recorrer el mundo casi tan rápido como una mentira”, dijo el actor de 61 años, “pero las mentiras desaparecen en la vida. En cambio, la verdad es tan constante como la velocidad de la luz”.

The Post, de Spielberg, que se estrenó el 22 de diciembre en un lanzamiento limitado y se estrenará en todo Estados Unidos en enero, es protagonizada por Streep como la editora de The Post Katharine Graham y Hanks como su decidido editor ejecutivo, Ben Bradlee, una figura que los cinéfilos vieron en All the president’s men (1976), el filme ganador del Oscar del director Jason Robards. Aborda la decisión histórica que Graham tomó de publicar miles de páginas de documentos ultrasecretos filtrados del Pentágono, mismos con los que se reveló la mentira deliberada de lo que se le había dicho al pueblo acerca de la participación de Estados Unidos en la guerra de Vietnam.

Spielberg estaba trabajando arduamente en Ready player one, un espectacular filme de ciencia ficción que se estrenará la próxima primavera, cuando la productora Amy Pascar sugirió que leyera el guion que escribió una novata de 31 años llamada Liz Hannah.

“Cuando llegué a la página 30, comencé a decir que Tom Hanks interpretaría a Ben Bradlee y Meryl Streep a Katharine”, recordó Spielberg. “Siempre quise trabajar con Meryl, y esta será mi quinta película con Tom”.
Meryl Streep le da vida a Katharine Grahame, editora de The Washington Post
Dio la casualidad de que Pascal también le envió el guion a Streep, quien se mostró intrigada.

“Era 1971”, explicó. “Era un mundo de hombres. Ella era la propietaria y editora de The Washington Post y una de las pocas mujeres en ese rango. En ella recayó la decisión de seguir con la publicación de los Documentos del Pentágono, algo que comenzó The New York Times. Se sintió sola en esa situación y quedó bajo los reflectores”.

“Katharine Graham dio un paso adelante e hizo historia”.

Streep no pudo conocer a Graham, quien murió en 2001, pero aprendió muchísimo de las memorias de Graham: Personal history (Knopf, 1997).

“En realidad no sabía mucho de ella”, admitió la actriz. “Nora Ephron me dijo que la autobiografía de Graham era una de las mejores de todos los tiempos y que debería leerla”.

Streep también pasó tiempo con los hijos de Graham mientras se preparaba para el papel.

“Cómo eres cuando estás en casa es muy importante”, dijo. “Te revelas más a tus hijos. En el trabajo de Katharine Graham había muchas personas que no creían que mereciera estar donde estaba, pero ahora sabemos que era una empresaria brillante. Se lo ganó a pulso en una época en la que las mujeres no debían hacer más que portarse bien, criar bien a sus hijos y cuidar la casa”.
Tom Hanks es Benjamin Bradlee, editor ejecutivo de The Washington Post, hombres con gran influencia en los 1970s.
Resulta que Hanks ya había conocido a Bradlee, quien murió en 2014.

“Cené y almorcé con Ben un par de veces en los años noventa”, recordó el actor. “Lo conocí a él y a su esposa, Sally, a través de Nora Ephron. En sus últimos años tuvo demencia, pero cuando me lo presentaron era el mismo Ben Bradlee que recordamos. El hombre al que conocí era curioso y tenía el dominio del lugar donde se encontrara. Le interesaba mucho lo que sucedía en la actualidad y la opinión de las personas”.

“Cuando conversé con él fue todo muy fluido e íbamos de tema en tema”, agregó Hanks, “pero no era dogmático ni contaba historias de guerra. Si le preguntabas a Ben: ‘¿Quién fue Garganta Profunda?’, él decía: ‘Ah… quizá era… ¿quién sabe?’ Y después empezaba a hablar de otra cosa”.

Hanks también estudió el libro de Bradlee titulado A Good Life: Newspapering and Other Adventures (Simon & Schuster, 1995), y el material audiovisual que existe de él, además de reunirse con las personas más cercanas a Bradlee.

Una escena clave para Streep fue aquella en la que Graham está ofreciendo una cena y la conversación gira a la política, cuando la mayoría de las mujeres se disculpan y van a otra parte de la casa.
Tom y Mery en una escena de “The Post”

Steven Spielberg: "La libertad de expresión en EEUU está al borde del abismo"
Por: Pablo Pardo
El director estrena 'Los archivos del Pentágono', una película urgente sobre periodismo, feminismo y poder que responde a la era Trump con su espejo nixoniano
Steven Spielberg es más bajo de lo que parece en foto o en televisión, habla con acento judío neoyorkino -y se le escapan expresiones en yidis-, y lleva una bufanda anudada con coquetería alrededor del cuello, a pesar de que donde está nevando es fuera, no en la habitación desprovista de muebles del Hotel Mandarin en la que recibe a El Mundo.

Para ser una de las personas que más ha marcado Hollywood -y, por extensión, la cultura del mundo-, Spielberg es sorprendentemente amable. Le gusta explayarse y hablar de su última película, The Post, titulada en España 'Los archivos del Pentágono'. El filme ha recibido unas críticas radiantes en Estados Unidos, aunque el periodista es mal pensado y piensa que eso tal vez se deba a que The Post trata del Washington Post, y en ella los informadores somos los héroes, de principio a fin. La película trata sobre el incidente de los papeles del Pentágono, en 1971, cuando el Gobierno de Richard Nixon trató, sin éxito, de prohibir la publicación de un monumental análisis realizado por el think tank RAND Organization sobre la Guerra de Vietnam.

El estudio había sido un encargo del Gobierno, pero reflejaba que la guerra había sido un fracaso desde el principio, y que Washington lo sabía, también, desde el principio. Claro que siempre había algo que impedía parar el conflicto: unas elecciones, una lucha burocrática, alcanzar una mejor posición negociadora con la URSS, en otros escenarios... Así, casi a base de ir dejando para mañana el problema, murieron 59.000 estadounidenses y cuatro millones de vietnamitas, laosianos, camboyanos y chinos. La inercia puede ser una criminal a gran escala.

Spielberg se explaya con los paralelismos que él ve entre aquella época y ésta. Pero también le da un toque personal. La película gira en torno a una mujer fuerte, Kay Graham, representada por Meryl Streep, la dueña del Washington Post, que tuvo el valor de enfrentarse a la Casa Blanca al mismo tiempo que sacaba a bolsa la empresa que había heredado después de que su marido, Phil Graham, se suicidara de un tiro en la cabeza. Era 1971 y las mujeres no dirigían empresas, no iban a Wall Street y no se enfrentaban a presidentes (en 2018, con contadas excepciones, tampoco).

¿De qué trata exactamente The Post? ¿De Graham, del poder, del periodismo?
La película gira alrededor de la idea del liderazgo. Y esta película trata del liderazgo de una mujer, Catherine Graham, que era la líder de facto del Washington Post, y que, sin embargo, no lograba que le hicieran caso los hombres del consejo de administración de la empresa dueña del periódico, de la que ella era propietaria. Y ¿por qué no le hacían caso? Precisamente, por ser una mujer. The Post trata del liderazgo de una mujer, totalmente ignorada en un mundo de hombres, y eso fue, de hecho, lo primero que me atrajo del guion, más que la relevancia de la historia en el momento actual. Pero si no hubiera sido por la urgencia, digamos política, probablemente hubiera esperado más a hacerla.
Volviendo a Graham. Usted siempre ha dicho que su modelo vital es su madre, y tradicionalmente ha dejado la gestión de sus proyectos y empresas en manos de mujeres. ¿De personas como Graham?
Mis modelos en la vida son mis padres, pero más mi madre que mi padre, porque viví con ella más años [los padres de Spielberg se divorciaron cuando él tenía 19 años y su madre se fue con el mejor amigo de su padre]. Me influyó mucho porque era muy fuerte. Y por eso también, cuando fundé empresas -Amblin, DreamWorks, TreeWorks 3.0- puse a mujeres al frente. Trabajo mejor en ese entorno, y es fácil para mí contar una historia acerca de Graham, porque su heroísmo y su dedicación al negocio de la prensa, y su amor a su país y a la verdad son todos los valores que mi madre me inspiró.

En EEUU y en su industria, el cine, se están derrumbando muchas figuras casi míticas, con la revelación de lo que parece una cultura del abuso sexual.
Hollywood está en el epicentro de lo que es un punto de inflexión para las mujeres. Nunca he visto un cambio como éste. Creo que nuestros hijos mirarán a 2017 como el año en el que todo cambió en materia de acoso sexual, los años en los que el silencio se acabó y miles de voces se hicieron oír. Pero eso no es sólo un problema de Hollywood. Pasa en fábricas, en granjas, en deportes, en televisiones: en todas partes. Con mujeres estadounidenses y con inmigrantes.

¿Le ha sorprendido la catarata de revelaciones de acoso sexual en Hollywood?
Debería haberme sorprendido, pero no. Todos lo hemos estado viendo con el rabillo del ojo durante muchísimos años.

Pero usted admite que, si The Post sólo hubiera tratado de una mujer en un mundo de hombres, usted habría tardado más en hacerla. De hecho, esta película es una sorpresa para todos. Usted es muy meticuloso, y no se lanza a proyectos sobre la marcha, como éste.
¡También ha sido una sorpresa para mí! Todo empezó a finales de febrero. Estaba liado con la posproducción, con los efectos especiales de Ready player one, que se estrena el próximo 30 de marzo, y lo último que quería era hacer otra película en 2017. Y entonces, Stacy Snyder, que dirige 20th Century Fox, y antes fue mi socia y la jefa de mi empresa, me mandó el guion de The Post. Yo le dije que no me lo mandara. Pero no me hizo caso y, cuando lo recibí, me dije a mí mismo: "No voy a abrirlo, para escapar de la tentación".

¿Por qué?
Porque tenía miedo de que me gustara demasiado y me distrajera de Ready player one y de mi siguiente proyecto, El secuestro de Edgardo Mortara [un filme sobre Edgardo Mortara, un niño judío que fue raptado y llevado al Vaticano, donde el Papa Pío IX se negó a entregarlo a sus padres].

Y, pese a tan firme propósito, cayó en la tentación de la fruta prohibida.
Así es; empecé a leerlo. Cuando iba por la mitad, se me empezó a acelerar el pulso. Antes de que acabara el guion me estaba preguntando: "¿Cómo voy a ser capaz de hacer dos películas en un año?". Llamé a mi equipo, les dije que volvieran de Italia, donde estaban buscando localizaciones para El secuestro de Edgardo Mortara, y los puse a trabajar en The Post.

¿Ha sido algo nuevo lanzarse a hacer una película así, casi improvisándola?
Nunca me había pasado. Nunca me había lanzado a un proyecto con tanta prisa como a éste, ni había trabajado tan duro en mi vida. Pero tampoco nunca había tenido este sentido de urgencia, de propósito. Ya ve, 71 años y uno se sorprende a sí mismo.
Es su primera película sobre una cuestión abiertamente política desde Munich, en 2005. En Munich usted también usaba un paralelismo histórico: la caza por asesinos del Mosad de terroristas palestinos en Europa, igual que ahora lo hace entre Nixon y Trump. ¿Es más fácil hablar de algo actual usando un referente histórico?
El cine siempre se basa en referentes en la Historia y en la realidad. Incluso Tiburón... bueno, en el mar hay tiburones. Pero The Post es la primera película que hago en mucho tiempo en la que la relevancia de lo que hablo es prácticamente sorprendente.

The Post también trata sobre la libertad de expresión.
Porque la libertad de expresión en Estados Unidos está al borde del abismo en 2018. La prensa está teniendo que tratar de convencer a la opinión pública de que lo que publica es verdad, de que no es fake news [noticias falsas, una de las expresiones favoritas de Donald Trump]. Nunca he visto esta cortina de humo de desinformación y expresiones que han alcanzado casi la categoría de iconos de la cultura, como "hechos alternativos" [la expresión acuñada por la Casa Blanca el 22 de enero pasado para definir la libertad del presidente de EEUU para creer en los hechos reales o en otros alternativos]. Así que la historia de Nixon yendo a la Justicia para prohibir el derecho de la prensa a publicar noticias, es decir, literalmente a prohibir la libertad de prensa, tenía profundas similitudes con lo que está pasando ahora.

Usted ha dicho que ésta es la época de mayor división que EEUU ha vivido desde la Guerra de Secesión. Ésa es una afirmación muy fuerte.
Pongámoslo de esta forma: desde la perspectiva de una persona que ama la Historia, ésta es la mayor división de mi país que he visto en mis 71 años de vida. Nunca he visto tanto vitriolo en EEUU. Y ese vitriolo lo permea todo. No es posible hablar de coches clásicos -una cosa que me gusta mucho- con una persona que tenga una ideología diferente. De niño me inculcaron que hay que escuchar más que hablar. Eso nos falta ahora.

Cuando Meryl Streep encontró a Tom Hanks
Meryl Streep, la coprotagonista de 'The Post', debe una parte de su carrera a su nariz. "Nunca fui lo bastante guapa como para hacer papeles románticos, porque tengo la nariz demasiado larga", declara. Streep comparte el peso de la película con Tom Hanks, con quien nunca había coincidido antes. Cuando Streep y Hanks hablan de 'The Post', es para para celebrar su encuentro. Ambos trabajan de manera similar a como lo hace Spielberg. "Los dos llevamos al rodaje todo listo en la cabeza", relata Hanks. Además, está la dinámica entre el director del 'Washington Post', Ben Bradlee, amigo personal de Spielberg, representado por Hanks, y Kay Graham, a la que da vida Streep. "No hay atracción romántica entre ellos, ninguna subtrama amorosa, y eso no es muy común en Hollywood", decalara Hanks.

'The Post' es una película sobre ideas. Y, acaso, una 'vendetta' de Hollywood contra Donald Trump por el mero hecho de ganar las elecciones. Como declara Streep, "este guion fue escrito con la idea de que Estados Unidos iba a tener una mujer presidente".
Fuentes: The New York Times y El Mundo