Con el retiro voluntario de más del 60% de los trabajadores de canales Encuentro, Pakapaka y DeporTV, que se sumaron a los despidos de 2016/2017, las señales educativas dejaron de existir tal como fueron concebidas por la Ley de Educación Nacional sancionada en 2006.
Estas señales eran una herramienta del sistema educativo. Se trabajaron todos los contenidos con cada una de las áreas pertinentes vinculadas a la currícula, la formación docente, la educación en general.
Los trabajadores que se fueron eran expertos en infancias, realización, educación, ciencias sociales, deportes, editores, todos ellos multipremiados en todos los rubros inimaginables: desde la divulgación, pasando por la producción hasta la identidad de marca.
Los canales fueron arrancados de la órbita del ministerio de Educación violentando una ley por decreto. Las nuevas autoridades trabajan contenidos que se deciden en una reunión de 2 o 3 personas que van a trabajar 1 o 2 veces por semana, quitándole toda la potencia colectiva con la que se trabajaban los contenidos de las señales con todos los estamentos del Ministerio. No por buenos, no por genios, sino porque así lo indica(ba) la ley.
Además de la pérdida como herramienta educativa de estas señales, Encuentro, Pakapaka y DeporTV tenían un sistema de producción delegada que generó, en el período 2007-2015, más de 25 mil puestos de trabajo en el sector audiovisual de todo el país
Este esquema de producción intentó hacerle frente a la concentración absoluta de las grandes productoras de la ciudad de Buenos Aires y federalizar en serio los relatos que se producían sobre la Argentina federal. Cordobeses narrados por cordobeses, por ejemplo.
Realizadores de todas las provincias han trabajado los contenidos que producían las señales. Fue una pequeña revolución audiovisual. Ejemplos del mundo como la BBC, National Film Board, Señal Colombia, EBC de Brasil quedaron maravillados por lo que allí se producía.
La nueva gestión, desde el Ministro hasta los directores de las señales, le dijo a la sociedad y a los trabajadores que valoraban todo ese extraordinario trabajo y que desde esa base inigualable dejarían su propia marca, como le corresponde a cualquier nueva gestión que asume.
Hoy, diciembre de 2017, exactamente dos años después de ese desembarco, vivimos el desguace desde todas las perspectivas: contenidos, educación, producción, innovación, despidos y retiros de casi toda la planta. Mintieron. Y hemos perdido todos.
Me queda la imagen de un cuarto grado en el que estaba haciendo mis Residencias como docente, cantando fascinados la introducción del programa de Zamba, y riéndose a carcajadas mientras aprendían un contenido importantísimo.
Sebastián Rodriguez Moor también escribió sobre la situación de precarización y vaciamiento en Educ.ar (canales Encuentro - Paka Paka - Deportv).
Escribí esto hace unos días. Hoy ya se resolvió: ya no laburo más en Educ.ar y quisiera resumir la situación en la que quedan los canales de cara a 2018.
Después de mucho mucho maltrato y desinterés por parte del Sistema de Medios Públicos de la Nación, resolvieron ofrecer a todos los que estábamos con contrato un retiro voluntario.
En total, sobre 240 empleados de las tres señales (Encuentro - Pakapaka - Deportv) para 102 personas hoy fue nuestro último día de trabajo.
Podrá decirse "bueno, pero te vas porque querés". Es cierto, pero el masivo éxodo está fomentado por las condiciones de trabajo que acarreamos desde que el macrismo asumió.
En un momento de 2016 tuvimos dos directores en cada área porque Lombardi y Esteban Bullrich se peleaban por quién pesaba más poniendo ñoquis de empresas tan aplicadas a la educación como Despegar punto com.
Hartxs de dos años de mirar el techo a la espera de que algún presupuesto permitiera producir algo, la gente prefirió agarrar el vagón de guita que les ofrecieron y se van, algunos con 10 años en Encuentro.
En un movimiento de pinzas, Sistema de Medios no ofreció ninguna certeza hasta esta semana para los retiros a la vez que Trabajo presionaba a SATSAID para cerrar paritarias con la condición de reformar los convenios colectivos de trabajo.
Fueron dos meses de guerra psicológica y precarización absoluta de las condiciones ambientales que las señales, con altibajos, roscas y broncas menores, habían logrado evitar a lo largo de la administración cristinista.
Tengo muchísimo más detalle para contar, quédense con la imagen de setenta personas abrazándose y llorando por el cariño genuino hacia un espacio donde realmente fueron posibles cosas impensables.