sábado, 11 de noviembre de 2017

Otra experiencia fallida: La medidora de rating que costó más de $50 millones y no funcionó

Ya no funciona la medidora del rating de la televisión, que creó el gobierno kirchnerista con una inversión superior a los $50 millones. Fuentes de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) confirmaron que dejó de funcionar "porque no se contaba con los recursos para mantener la operación del panel"
El Proyecto Pascal, de la UNSAM, fue lanzado en junio de 2014, por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en un acto en el Museo del Bicentenario. En esa ocasión, la ex presidenta dijo que era el Sistema Federal de Medición de Audiencias (SIFEMA), un "sistema de medición nacional", "confiable y legítimo", para saber qué programas de televisión veía la gente en todo el país.

No había antecedentes internacionales de una iniciativa similar, ya que ni siquiera al gobierno venezolano se le había ocurrido crear una medidora paralela a Ibope -donde también opera esta empresa-, por estar en desacuerdo con sus mediciones de rating.

La empresa uruguaya Transix había implementado en una sede de la UNSAM el control central para monitorear 1.692 people metters, que estaban instalados en 890 hogares de Capital y Gran Buenos Aires. El Proyecto Pascal insumía $17 millones al año, de costos operativos, que servían para pagar los sueldos de 48 empleados, más los costos de infraestructura y las 890 tarjetas que les daban a las 890 familias de la muestra para consumir $300 mensuales en supermercados.

La medidora de rating de la UNSAM, Pascal, comenzó a dar datos en octubre de 2014, cuando Cristina Kirchner lo anunció en un acto oficial con el jefe de Gabinete Jorge Capitanich. quien destacaba los beneficios del nuevo sistema, "que perdurará en el tiempo y garantizará transparencia en el sistema de medición".

Sus números eran auspiciosos para el Gobierno. El rating que le daba al programa 6-7-8 era de 2,4 puntos para Ibope y de 4,6 para la UNSAM; en línea con las diferencias que le daban al otro programa de la productora de Diego Gvirtz en Canal 7, Fútbol Permitido, que tuvo 4,8 y 7,9 puntos de rating, respectivamente. Lo mismo ocurría con los programas de Gvirtz en Canal 9, ya que TVR medía 2,9 para IBOPE y 5,7 para Pascal; mientras que Duro de Domar tenía 2,2 y 3,8 puntos, para una y otra medidora.

Ese tipo de mediciones continuó hasta la primera semana de junio de 2017, cuando Pascal ubicó a la cadena de noticias C5N de Cristóbal López en cuarto lugar del rating de toda la televisión, con 2,26 puntos, por encima de Canal 9 y con el doble de rating que TN. Una insólita medición, ya que por entonces TN superaba a C5N, tal como todavía sucede.

Esas mediciones de la UNSAM no eran auditadas por ningún organismo de control; mientras que Ibope tiene las homologaciones de la Cámara de Control de Medición de Audiencia (CCMA), que integran los canales de TV y las agencias de publicidad.

El sistema Pascal surgió del convenio que firmó la UNSAM, en representación del Gobierno, y una pequeña empresa uruguaya, Transix, en 2011, para transferir el hardware y el software del sistema. Sus impulsores fueron Néstor y Cristina Kirchner, a través del entonces titular de Radio y Televisión Argentina (RTA), Tristán Bauer, el rector de la UNSAM, Carlos Ruta, y Gabriel Mariotto, cuando era presidente de la Autoridad Federal de Servicios audiovisuales (AFSCA). El vínculo lo estableció Bauer con la UNSAM, ya que su rector fue el productor general de su película Iluminados por el Fuego.

Ahora se supo que naufragó la aventura de crear una medidora de rating paralela a Ibope, con fondos estatales. "La medición de consumo audiovisual se desactivó hace seis meses aproximadamente. Continúa el programa de investigación aplicada en opinión pública y redes sociales", dijo una fuente de la UNSAM.

Durante el gobierno kirchnerista la UNSAM participó además en los subsidios a las producciones audiovisuales, financiados por el Ministerio de Planificación, como el de la novela de Andrea del Boca. Y montó un sistema de efectos especiales, que costó más de $ 350 millones, que también pagó el entonces ministro Julio De Vido y fue transferido por la Justicia a principios de años al Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, luego de detectar numerosas irregularidades.

2014: Opinión de agencias de Publicidad ante la aparición del SiFeMA
El Gobierno Nacional dio inicio a la primera fase del Sistema Federal de Medición de Audiencias para medir el rating en la televisión argentina. Mariano Saracco, publicista y analista de medios, estimó los alcances que puede tener este nuevo sistema:
“La opinión inocente, digamos, es que poder contar con este sistema va a estar muy bueno porque tiene muchas diferencias frente a Ibope. Mide a toda la Argentina, algo que Ibope hoy no hace. Y además va a tener un tinte también cualitativo, ya que miden cualitativamente algunas cuestiones de audiencia. Con lo cual, como sistema está muy bueno. Como usuario, como publicista, me viene de primera poder contar con este sistema”, destacó Saracco. Otro punto a favor del nuevo sistema es su carácter de gratuidad, en contraposición a Ibope, que es pago.

Saracco reconoce que “hay mucha expectativa entre las agencias y los anunciantes por este nuevo sistema”, pero planteó sus reparos a la hora de analizarlos en la práctica. “Se habló de que a principios de 2015 se iba a estar midiendo en Córdoba y Rosario.

Después, vamos a ir viendo la fidelidad de los datos y los debates sobre si son verdad o están dibujados”, señaló Saracco. Y agregó: “Esto va a ser como el Indec: o lo tomás con pinzas, como un dato anecdótico, o si los datos son muy parecidos a Ibope quizás sea un buen material de análisis. Pero de arranque no va a haber modificaciones de la pauta publicitaria”, señaló.
Fuentes: Clarín, Señales