miércoles, 13 de septiembre de 2017

Carlos Rodriguez, simplemente un trabajador de prensa

Por: Federico Paterno y Juan Alberto Perez. Producción: Juan Meza
Entrevista a Carlos Rodríguez, periodista y delegado en PáginaI12 desde sus inicios. Un recorrido en su vida profesional a la que los invitamos a transitarla.

El sol comenzaba a esconder sus rayos en el horizonte de la tarde del jueves. Llegamos a la cita a la hora acordada. Nos recibe en su casa de Lanús, en la zona sur del conurbano bonaerense. Carlos vive en una modesta casa de barrio decorada por pósters de sus músicos favoritos (Spinetta, Lenon y algún tanguero más), imágenes de movilizaciones populares y de pueblos originarios, y paredes que parecen revestidas por la incontable cantidad de cds de música.. Espera escuchando música mientras reposa recuperándose de una cirugía que lo tienen a mal traer. Nos acomodamos para iniciar la charla en su living, pero antes se retira su compañera, quién nos recibió en la puerta, y una perrita que alborota las horas del hogar.

Carlos Rodríguez tiene 67 años, es periodista desde los 18 años, se inició por su primo Ricardo Horvath, reconocido periodista radial de la década del ’60 y ’70, quién le hizo entrar en revistas del espectáculo. “Quería ser cronista cinematográfico” expresa como carta de presentación en la conversación. Recaló en Canal TV, una revista que pertenecía a Editorial Atlántida donde comenzó a despuntar su deseo por el quinto arte,“Canal TV fue una revista seria, en ese momento el periodismo del espectáculo no era lo que es ahora, la vida privada de la gente no era lo que importaba, sino lo que hacía como artistas” expresa Carlos Rodríguez. Sin embargo, en su tránsito por la cobertura de cine se encontró con las dificultades de los egos de las “grandes plumas”: “la verdad que eran una élite muy cerrada en esa época, eran tipos que se creían mas importantes que el director, que los actores, el guionista, o sea, te levantaban el pulgar a una película o te la hundían según su propia opinión” afirma Rodríguez. Esta posición de los cronistas cinematográficos le pareció muy extraña y por ese motivo se distanció de la actividad.

Inicio en la defensa de los derechos de los compañeros
Durante el período de Canal TV, en 1974, Rodríguez es elegido por primera vez como delegado. Pertenecía a la Asociación de Periodistas de Buenos Aires, un sindicato de izquierda que nucleaba integrantes del ERP, Montoneros o el PO. En ese entonces existían tres organizaciones de periodistas. Por un lado, la Asociación de Periodistas Profesionales, un espacio mas bien elitistas donde convivían los "Marianos Grondonas” y las “grandes plumas de la época”. Por otro lado, el Sindicato de Prensa, que era representado por el peronismo derecha. Y por último, la Asociación de Periodistas de Buenos Aires. Luego de la dictadura cívico-militar-eclesial de 1976 sólo el Sindicato de Prensa de Buenos Aires sobrevivió. Luego de que la Asociación de Periodistas de Buenos Aires fuese intervenido por el gobierno de Isabel Perón, en 1974 a Carlos Rodríguez lo echan de Editorial Atlántida a pesar de ser delegado gremial.

El oficio durante la dictadura
De allí ingresa a TelAm, lugar donde lo encuentra el Golpe Cívico-Militar-Eclesial de 1976. “Pasamos de asamblea todos los días y discutir cada cosa, cuestionar cualquier mínimo reclamo sindical o salarios, a digamos tener que rellenar un formulario para salir a tomar un café” afirma Rodríguez y agrega “En el golpe el control sobre nosotros era tremendo”.

Luego del paso por TelAm, Rodríguez continúa su carrera profesional en la agencia NA, que había sido fundada durante el gobierno peronista, luego de que este prohibiera a las agencias internacionales trabajar en el país. Así fue que los diarios del interior que se nutrían de estas agencias crearon NA para poder abastecerse de información. Allí es donde Carlos comienza a escribir sobre ddhh y sobre la situación de los desaparecidos durante la dictadura. Y es en la misma NA dónde inicia sus contactos con las Madres de Plaza de Mayo en 1979. “Nora Cortiñas era la que llevaba los comunicados de las Madres a todas las agencias; la conocí ahí y a partir de ella conocí a María del Rosario, a Hebe y a todas las madres” cuenta Rodríguez. En ese momento empieza a entablar mayor contacto con los organismos de DDHH. “Me servía tener información del CELS de la APDH porque hacían otro trabajo que tenía que ver con lo legal, con la información más fundamentada desde el punto de vista jurídico, era como un combo que servía para trabajar, el tema de las fuerzas de las madres y también el apoyo de los organismos en lo que se refiere a la investigación, a la profundización de las denuncias” afirma Carlos Rodríguez. Este trabajo con los organismos de ddhh le vale para dar cobertura a los juicios a la junta en 1985 cuando ya estaba establecida la democracia. Asimismo, durante ese tiempo escribió para el diario de la Madres un segmento llamado “La galería de los represores”, lo que no sólo lo proveyó de mucho archivo sino que también le dio lo que él mismo considera “El trabajo que más aprecio, el trabajo donde pude expresar lo que yo pienso y lo que quiero escribir”.

En Página desde el día cero
Carlos Rodríguez entró en PáginaI12 desde sus inicios, desde el número cero en 1987. Hasta el año 1994 considera que realizó un papel muy oscuro, ya que su tarea era reescribir las notas de “las grandes figuras de periodismo que escribían más para la enciclopedia británica que para un diario” manifiesta Rodríguez y detalla “Tardaban mucho en escribir, y por otro lado, tenían una cosa mucho más literaria, puramente literaria, que informativa”.

Ya en el primer año de su estadía en el diario PáginaI12 es elegido delegado. Se encontraba trabajando en la sección Política.“Salvo por dos períodos de dos años que no fui delegado, siempre fui delegado y lo soy ahora. Lo que hizo que pasáramos a ser enemigos de los “progres” que cuando se ponen al frente de un diario son tan empresarios como cualquiera” aclara Rodríguez y agrega “En el directorio de Página había muchos tipos que venían del ERP. Pero cuando estuvieron de empresarios actuaron como empresarios”. En ese entonces el director del diario era Jorge Lanata, de quién explica Rodríguez que “nunca cerró el diario porque a las 7 de la tarde se iba a la casa”. Y el subdirector era quién hoy ocupa el cargo de director, Ernesto Tiffenberg, quién para Rodríguez es “el que laburaba y Lanata se llevaba los laureles”.

Cuando se piensa en estilo particular y rupturista del PáginaI12 hay que pensar en la figura de Osvaldo Soriano. Y Carlos Rodríguez reconoce esa influencia a la hora de pensar en qué fue del diario: “Osvaldo Soriano fue el único que nos dijo como teníamos que escribir, que idea tenía el del diario. Creo que además, aunque nadie se lo reconoce, el tema de los títulos viene en gran parte por él, si uno lee a Soriano en los cuentos te das cuenta que tiene mucho que ver en la idea con los títulos de Página. Hizo escuela entre nosotros, que éramos la tropa, y también entre los editores. Para mí Soriano fue el que le dio el estilo a Página”.

En cuanto al rol de Jorge Lanata, según Carlos era muy secundario en el trabajo diario del periódico. “Lanata era un periodista que tenía un pasado de hacer algunas cosas más o menos interesantes en radio, creo que en algún momento fue un gran entrevistador, tenía buenas entrevistas en la primera etapa en la TV también. Pero siempre estuvo rodeado de mucha gente que era quién realmente le aportaba la información. Él sabía vender y venderse” afirma Rodríguez. Y recuerda una anécdota de cuando la redacción entera pidió por la participación de Lanata en la redacción: “En una Asamblea multitudinaria, los editores proponen, y es aprobado por unanimidad, que se le exigía a Lanata que esté en la redacción. Porque tenía una oficina en el fondo y no salía de ahí. Entonces él se sienta una semana en lo que era espectáculos que estaba en un rincón, estaba sentado ahí, supuestamente participando en la edición”. Y siguiendo con la influencia del entonces director de PáginaI12, Rodríguez considera que “Lanata es un gran vendedor de humo. Nadie puede decir “yo hice Página 12”, nadie hace un diario sólo, todos hacemos nosotros los que laburamos todos los días, ni siquiera las grandes firmas porque hacen una nota por día”.

Volver a ser periodista
Si bien Carlos Rodríguez afirma que él no se considera un periodista, sino un trabajador de prensa, también considera que en PáginaI12 volvió a ser periodista, a ejercer la profesión como a él le interesa ejercerla. Eso se dio a partir de su salida de la sección “Política” del diario para pasar a “Sociedad”. “En el 94 me voy a sociedad y tengo la suerte de caer en manos de Eduardo Blaustein y de Sergio Resumil que eran los dos editores. Ellos me mandan a cubrir el caso Carrasco y ahí resucito como periodista. Fui por 3 días y me quedé un mes, con buena aceptación de los jefes de la sección” afirma Carlos Rodríguez y agrega “Les debo volver a ser periodista, escribir las notas que me interesaba escribir, no reescribir notas de otros”. Su salida de la sección de Política estuvo vinculada a su actividad gremial “En ese momento la gente de política trabajaba 6 horas a la mañana y 6 horas de la tarde y habían pedido un plus por trabajar más horas de las que le correspondían y yo les decía que no, que reclamen horas extras”. Así fue que se volvió un estorbo para el editor de la sección quién lo hizo cambiar de ámbito.

¿Página el gran diario Argentino?
En 1995 ocurre un hecho que modifica la estructura de PáginaI12. El primer y único director, hasta ese momento, Jorge Lanata, se va del diario en medio de un clima de conflicto con cincuenta trabajadores despedidos. Allí se produce lo que Carlos Rodríguez entiende que es la entrada de Clarín en la empresa. Rodríguez marca sobre el rol de Lanata que “él se va para no cargar con el despido de esas 50 personas”.“Clarín había entrado a la empresa, de alguna manera pagando una deuda que tenía Página” declara Rodríguez. “Lo cierto es que a pesar de que Página lo desmiente y Clarín lo desmiente, viene un persona de Clarín que se llama Enrique Díaz que organizó toda la parte administrativa. PáginaI12 era un diario que salía de casualidad todos los días” afirma Rodríguez y agrega “Cuando llega Clarín en el ’95 no se hace cargo de la línea editorial, lo que hace es ordenar un poco, e interviene en Página por el miedo de que lo compre un empresario italiano, que lo relance y que sea competencia para Clarín. Lanata se va de Página y Magnetto le paga para que se calle y no diga nada”.

El periodismo hoy
Carlos Rodríguez tiene muy en claro que la profesión periodística esta en un estado crítico y que las prácticas de los medios, y de los periodistas actuales, distan de su manera de ver el oficio. “Creo es que el periodismo es la calle, el periodismo telefónico para mí no va” afirma. “Hoy en día en “Página” no te mandan a cubrir nada”agrega Rodríguez. “los editores empiezan a cercenar toda esa parte que tiene que ver más con los social que con lo político, y priorizan las fuentes políticas. Después ya empezamos a trabajar más con los políticos y vas perdiendo contacto con la gente. Sociedad lo mantienen pero empieza a frivolizarse todo. Vos fíjate que PáginaI12 hace un montón de tiempo no manda a cubrir nada.” enfatiza Carlos.

A su vez marca el rol del periodista y como internet lo interpela: “Se exalta demasiado a internet, o al modelo de escribir cortito, muy informativo, muy escueto porque la gente no quiere leer. La gente no está leyendo mucho porque la tele te llena de información la cabeza”. “En el periodismo hoy hay un vale todo muy terrible, muy bajo, muy precario e incluso creo que cae hasta en la ignorancia” afirma Rodríguez.

Ante este panorama Carlos Rodríguez concede un lugar muy particular a los medios alternativos que tienen que contrarrestar el flujo informativo de los medios hegemónicos. Aunque le marca una exigencia necesaria para que comiencen a tener mayor peso en la agenda mediática: “Es muy importante el rol (de los medios alternativos), tienen un papel importante porque son los primeros en publicar cosas que otros no publican” asimismo afirma que “ creo que a veces les falta rigor periodístico, rigor informativo, aunque no a todos” aclara Rodríguez. “Creo que un medio alternativo tiene la obligación de no cometer errores para ganarse la confianza de la gente. Vos tenes que tener conciencia que lo que vos escribís es lo que sos” cierra Carlos Rodríguez.

Termina la charla con la sensación de que hemos participado de una clase abierta en la que se mezclaron historias personales, políticas y enseñanzas de la profesión. Nos despedimos con la impresión de que el tiempo transcurrido fue muy escueto a pesar de que la noche ya estaba decididamente instalada. Nos retiramos con la certeza de que esta charla se va a volver a repetir y que vamos a tener la posibilidad de encontrarnos nuevamente con este hombre que es simplemente un trabajador de prensa.
Fuente: Agencia de Noticias de Comunicación Alternativa y Popular