lunes, 9 de enero de 2017

El terrorismo mediático y su mirada sobre los conflictos mapuches

Por: Pablo Fernando Quintana
Al igual que la aparición de panfletos que se adjudicaban ataques incendiarios en El Bolsón (Mallín Ahogado) y en El Hoyo (justo cuando se iba a dar inicio al juicio por extradición del lonko mapuche Facundo Jones Huala) o el comunicado en el que el enigmático RAM asumió como propios los atentados ocurridos en la zona (en momentos en que se producía el desembarco de más de cien efectivos de Gendarmería Nacional militarizando la pequeña localidad de El Maitén), ahora se azuza la vieja teoría del vínculo entre las FARC y los mapuches.

No es la primera vez que se hace mención a ese lazo, fuertemente estimulados en los conflictos territoriales chilenos. De este lado de la cordillera se intentaron estimular cuando la Comunidad Santa Rosa Leleque le disputó el territorio a la Compañía Tierras de Sur allá por el año 2003.

Lo cierto es que esos pretendidos vínculos entre Mapuches y las Farc colombiana fueron desestimados hasta por la propia CIA de Estados Unidos según los Wikileaks. Esos documentos descartan lazos entre los mapuches y grupos armados internacionales como FARC o ETA. En los mismos cables se deja en claro que las protestas de los integrantes de las comunidades indígenas fueron magnificadas por los medios locales con “descarados titulares”, según publicó en su momento el diario El País de España.

Ahora, cuando desde el Lof en Resistencia del Departamento Cushamen advierten sobre la posibilidad de un intento de desalojo en Vuelta del Río, aparecen artículos como el publicado recientemente por el diario Perfil y que lleva la firma de Cecilia Moncalvo. El texto, no sólo está vacío de todo rigor periodístico sino que contradice la verdad y además se nutre de testimonios que son los mismos agoreros de una campaña sistemática que desde hace tiempo pretenden imponer el terror y el miedo en la región a través de los servicios informativos.

En la construcción de su relato la empleada del periódico cita las fuentes personales con las que pretende dar por válido su narración. “La fuente no es sólo un observador. Normalmente está tan interesada o más en que el hecho, su conocimiento, llegue a su destino. En este sentido es también un promotor, incluso un creador, de información. Lejos de ser un observador imparcial, la fuente representa muchas veces a entidades y organismos, públicos y privados (…) para los que es vital que esa información fluya en los términos que ellos quieren. Para ello no dudarán en ofrecer a los medios no sólo datos sino textos ya elaborados listos para publicar o emitir. Como tampoco dudarán en acotar la parte de realidad que ellos quieren que sea observada por el periodista, dirigiendo el interés de éste hacia temas o personas mediante entrevistas planificadas, conferencias de prensa, etc”. La definición es de un catedrático español, Pedro Paniagua Santamaría y podría ajustarse en este caso.

Moncalvo coloca los testimonios de productores que sufrieron incendios en sus propiedades y a continuación agrega al presidente de la Sociedad Rural de Bariloche, Santiago Nazar. El hecho que da origen a todos estos episodios tiene como protagonista al grupo Benetton que se apropió de más de un millón de hectáreas en el territorio argentino y de fuerte vínculo con las Sociedades Rurales del país.

La empleada de Perfil, que se presenta en su red social como poeta, cita a Ricardo Bustos como periodista chubutense especializado en el accionar mapuche (sic). Bustos, el pastor protestante, es uno de los principales ‘lobbistas’ en la región de los emprendimientos mineros, cuyos programas radiales fueron financiados por la Compañía Tierras del Sur. Y uno de los principales detractores del reclamo aborigen.
También se respalda en la información que le brindó la oficina de prensa del gobernador de Chubut, Mario Das Neves y cita fuentes de la empresa Benetton. Quizás haría mención a JeffreyGroup, Marketing and Corporate Communications, la consultora que asume la política comunicacional de la empresa que acapara gran parte de la Patagonia.

Jeffrey Goup emite de manera sistemática información (vía correo electrónico) a medios y periodistas sobre presuntos hechos ocurridos en torno a los intereses de Benetton.

El responsable de esa consultora en Argentina es Diego Campal y cuenta en su curriculum experiencia en resolución de conflictos y gestión de crisis para diferentes industrias. En su peregrinar profesional participó de proyectos de gestión de crisis en América Latina para Walmart (Argentina), Ford (Venezuela), Metrovías (Argentina), Costa Cruceros (Global), Accor Services (Argentina) y DIRECTV (Uruguay).

Campal, que asesoró a clientes multinacionales y locales como Adidas, BP, ENAP Sipetrol, Colgate-Palmolive, Ford, Hewlett-Packard, Intel, Grupo Danone, Gerdau, Grupo Suez, Monsanto, Cervecería y Maltería Quilmes (Anheuser-Busch InBev) y Energizer, también lo hizo con la Compañía de Tierras Sud Argentino (Grupo Benetton).

Sin entrar en disquisiciones sobre los groseros errores de la publicación de Perfil (el Maitén, así, con minúscula la literata nomina a la localidad chubutense, nombra La Tronchita al Viejo Expreso Patagónico La Trochita), la nota no aporta un solo dato que dé sustento al título que encabeza el texto: “Denuncian vínculos de grupos mapuches con las FARC”. Por el contrario, no sólo desnuda el desconocimiento de la región y el entorno que la empleada de Perfil intenta describir sino que cita una pormenorizada lista de nombres que le habrían servido como fuente para recrear su relato.

Pero no sólo en la falta de rigor periodístico incurre el artículo de Perfil, sino que también incide en datos falaces. La empleada de la Editorial Perfil, que pertenece a Jorge Fontevecchia, dice en su nota que la “Tronchita” (así es como denomina al histórico tren patagónico) es atacado e incendiado sistemáticamente por la RAM. No existieron tales hechos, ni siquiera denuncia judicial alguna en ese sentido. Salvo que Moncalvo intente hacer referencia a los corte de vías que fueron el inicio del problema entre el Lof en Resistencia del Departamento Cushamen y la provincia del Chubut.

Esos cortes provocados con palos y piedras en las vías del histórico tren, en el tramo que une la estación de Esquel con la de El Maitén, más precisamente en la zona de Vuelta del Río que es donde los integrantes de los Pueblos Originarios realizaron al recuperación territorial, dieron origen a la instancia de mediación que propició la justicia Federal y no prosperó a partir del momento en que el gobierno de Mario Das Neves decidió poner fin a esas negociaciones.

La poeta Moncalvo menciona que el “activista mapuche”, en referencia al lonko Facundo Jones Huala tiene pedido de extradición de Interpol y Chile, pero ni siquiera menciona que la justicia Federal declaró nula esa causa a raíz de los tormentos que soportó el principal testigo que dio origen a la causa, ni la investigación que analiza el rol de los fiscales y comisarios de la provincia después que un agente de la AFI proveyera información sobre vecinos que se oponen a la embestidas mineras.

La campaña comenzó a rodar nuevamente. En el 2016 fueron los embates que ya propinó el gobernador Mario Das Neves contra los miembros de las comunidades aborígenes o las promovidas por el ministerio de Seguridad de la Nación que encabeza Patricia Bullrich. El 2017 inicia, una vez más, con la puesta en escena que empiezan por sembrar algunas empresas periodísticas y sus escribas.
Fuente: Pablo Fernando Quintana