Por: Claudio Martínez
638 programas, 500 entrevistas, 600 planteos matemáticos, 884 informes, 629 columnas, 32.000 kilómetros recorridos, 5 premios Martín Fierro, 2 Premios Tato, 6 Premios Fund TV, 4 vueltas completas a la Argentina, 14 temporadas.
Muchos creen que, por tener a un matemático como conductor, Científicos es un programa de números. Pero los números son lo menos relevante del ciclo que termina este sábado.
Durante estos 14 años en la televisión abierta, Científicos Industria Argentina fue un programa de pasiones.
La pasión de quienes soñaron, diseñaron, desarrollaron y lanzaron los satélites argentinos al espacio.
La pasión de quienes investigan posibles soluciones para vencer enfermedades.
La pasión de los que entran cada mañana a sus laboratorios portando el sueño de un descubrimiento.
La pasión de los que estudian las semillas, los alimentos, el medio ambiente, la energía, las rocas, el mar, las galaxias, las huellas del pasado, los animales, las tecnologías de la comunicación, los procesos sociales y los fenómenos de la vida.
La pasión de nuestros productores, guionistas, realizadores, editores y columnistas.
La pasión contagiosa de Adrián para transmitir ideas, preguntas, caminos.
Este sábado 31 de diciembre de 2016 será el último programa de Científicos Industria Argentina.
Pero no sólo será el último programa del año, será el último programa en la historia del ciclo.
Termina un proyecto que empezó hace casi 14 años, el 5 de mayo de 2003.
Ni en nuestras fantasías más optimistas imaginamos que aquello que empezaba en esa Argentina en crisis iba a durar 14 años en la televisión abierta.
Nunca imaginamos que el ciclo nos daría tantas alegrías, tantas enseñanzas, tantos amigos y tantos premios.
En aquel primer programa de Científicos no podíamos imaginar que íbamos a ser testigos de un crecimiento fabuloso de la ciencia en la Argentina, que habría un ministerio exclusivamente dedicado a la actividad, que se iban a construir miles de metros cuadrados de laboratorios, que se iban desarrollar satélites nacionales con tecnología nacional, que se crearían canales dedicados a la educación, a la ciencia, a los chicos y que habría un parque como Tecnópolis diseñado para estimular el pensamiento y la imaginación.
Tampoco imaginamos que todo lo construido fuera tan frágil, tan vulnerable, que fuera tan sencillo poner en riesgo el terreno ganado, que se recortarían presupuestos y se suspenderían programas vitales para un desarrollo autónomo.
Este sábado se termina el año y también se termina un programa que nos dio mucho orgullo producir.
Gracias a ustedes, nuestro público, que nos brindaron el cariño y el apoyo necesarios para sostener la pasión.
Gracias a los científicos que nos dieron su confianza y pusieron en nuestras manos la comunicación de sus ideas.
Gracias a los trabajadores de la Televisión Pública, que nos acompañaron a través del tiempo y de las gestiones.
Este sábado nos despedimos con un programa especial, el más difícil de todo el ciclo…
Muchas gracias.
Fuente: TodoCiencia