lunes, 26 de diciembre de 2016

Persecución, despidos y precariedad en la planta de impresión de Clarín

La situación en la planta de impresión de Zepita sigue siendo muy grave y continúa bajo los lineamientos que desde hace décadas le estampó la gestión de Jorge Figueiras desde el área de RR.HH.: aprietes, persecución, precarización
Despidos y precariedad
Sin previo aviso, a principios de noviembre, la empresa le mandó un telegrama de despido a José Coman –del sector de Devoluciones- mientras se encontraba de vacaciones. Por otro lado, a 7 compañeros de Despacho les avisaron oficialmente que, si no agarran el retiro "voluntario", los despedirán los primeros días de enero.

Al vulgar apriete al que los trabajadores de ese sector ya están acostumbrados (http://bit.ly/2fRpj7m), se le suma el hecho de que la “propuesta de retiro” es muy distinta a la hecha en el edificio de Tacuarí. Mientras en las áreas de redacción, administración y comercial de AGEA se ofreció un plus del 60% sobre el cálculo de antigüedad de una indemnización; para los efectivos de Zepita la oferta sólo consiste en sumarle 6 meses de sueldos. Para los jornaleros es peor aún: su liquidación únicamente toma en cuenta el último semestre trabajado.

Son los jornaleros, y en las peores condiciones, quienes más están sufriendo las consecuencias del ajuste y la reducción del trabajo. Como ya denunciamos la empresa tiene montado un sistema con personas a las que llaman (o no) a trabajar por día. Así, quienes esperan (en algunos casos más de 13 años) poder gozar de unas vacaciones pagas, actualmente cobran muy por debajo del salario mínimo vital y móvil ($8.060). Ese es el caso del delegado por el SiPreBA, Alejandro Ontivero, quien, al igual que otros tantos compañeros, hace 12 años aguarda su efectivización. Mientras, convive con trabajadores efectivos y también con tercerizados por empresas como UNIR S.A. o Más Logística S.A., ambas vinculadas a AGEA-Clarín.

Lo inexplicable del achique feroz es que por falta de personal la empresa paga altos costos. Por ejemplo, se desperdician cientos de ejemplares impresos porque no hay personal suficiente para recibirlos al salir de las máquinas.

Engaños para tercerizar, bajar sueldos e imponer más tareas
Por otra parte, también hubo un grupo de trabajadores efectivos a los que les ofrecieron pasar a una empresa tercerizadora. Pero todo era parte de una estrategia de vaciamiento. La propuesta se hizo en un amistoso tono: “Firmá tranquilo, si no te gusta volvés y arreglamos el resto del retiro”, les dijeron. Al ver las desventajosas condiciones laborales que implicaban un día más de trabajo por semana con un salario menor, quienes decidieron regresar para arreglar el retiro, se encontraron con otra respuesta: “usted no pertenece a esta empresa”. Engaño y abandono, tal es el tipo de prácticas que aplica RR.HH. en Zepita.

Persecución explícita
“Te voy a perseguir viernes y sábados” amenazó un jefe al delegado Alejandro Ontivero, profundizando la vulneración de derechos como la tutela gremial y la libertad de expresión. Cabe recordar que la empresa intentó despedir a Alejandro y por vía judicial se vio obligada a reincorporarlo.

Además, como parte de la persecución impune, las cámaras de seguridad de la planta filmaron un seguimiento de las actividades del ex delegado Diego Bruschini. Luego le hicieron llegar el video editado al mismo compañero como forma de amedrentarlo bajo la sensación de estar siempre siendo observado y perseguido.

Atrasos en las categorías
En ese contexto, no extraña que también ignoren el estatuto: hay trabajadores de la planta que hace más de 13 años cobran como Ayudantes, cuando, pasados los 2 años en ese rol, se los debería haber recategorizado como Operarios Calificados.

El rol de la UTPBA en Zepita
Como denunciamos varias veces, el cuadro se completa con delegados de la UTPBA nombrados de forma fraudulenta. Fue la empresa la que eligió a Héctor “Tito” Martínez, Marcelo Erramuspe y Alejandro Flores (Suplente). ¿Qué hacen por sus compañeros? Difunden el miedo. Circulan entre los trabajadores una versión particular sobre la reincorporación de Alejandro, delegado de SiPreBA. Afirman que “Ontivero está trabajando de vuelta para que la empresa vea quien se junta con él. Cuando vean quienes son, los van a echar a todos”. De esta manera buscan intimidar y desalentar la participación gremial en el nuevo sindicato SiPreBA.

Se termina el 2016 y la situación en lugar de mejorar, empeora. El reclamo y la solidaridad siguen siendo los mismos: basta de jornaleros, ajustes y persecución sindical en la planta de Zepita.
Comisión Interna Trabajadores Clarín-Agea