Con la firma de Fernando Krakowiak, el matutino presenta el reclamo de Telefónica, que no está conforme con las modificaciones que preparan el Gobierno y amenaza con ir al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI). Estos cambios permitirán a las telcos a dar televisión en 2018, pero mantendría la prohibición para que brinden TV satelital y le daría luz verde a Clarín para dar telefonía 3G y 4G
El Gobierno tiene previsto introducir en los próximos días cambios en la regulación de la radiodifusión y las telecomunicaciones. El objetivo oficial es generar mayor previsibilidad para incentivar las inversiones privadas. Sin embargo, Telefónica presentó el martes una carta ante el Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) donde explicitó su malestar por las modificaciones que se preparan. Si bien el decreto va a confirmar que las telcos podrán ofrecer televisión a partir de 2018, se mantendría la prohibición que les impide brindar televisión satelital y se le daría luz verde al Grupo Clarín para que pueda modificar la atribución de una serie de frecuencias del espectro y ofrecer así servicios móviles de 3G y 4G, lo que puso en pie de guerra a los españoles. Fuentes de la compañía aseguraron a PáginaI12 que si se confirman las novedades podrían demandar al Estado ante el CIADI, el tribunal del Banco Mundial. “Estamos evaluando ir al CIADI para defender los activos de la empresa, las fuentes de trabajo y los derechos del consumidor a poder elegir”, explicaron. Desde el Grupo Clarín respondieron a este diario que lo que busca Telefónica es que no se altere el statuo quo del mercado. “Lo del CIADI es cuasi extorsivo para intentar forzar cambios de último momento”, agregaron.
El Grupo Clarín desembarcó en septiembre del año pasado en el segmento móvil a través de la compra de Nextel. Sin embargo, esa compañía no posee frecuencias para brindar 3G y 4G. Por lo tanto, en junio la firma sorprendió al anunciar la compra de las compañías Trixco SA, Skyonline Argentina SA, Netizen SA, Infotel SA y Callbi SA por 138,2 millones. Así se quedó con unos 120 MHz en la frecuencia de 2,5 GHz y otros 20 MHz en la de 900 MHz. Inmediatamente, solicitó el cambio de atribución de esas frecuencias para brindar servicios de valor agregado, como datos móviles. Telefónica argumenta que esas porciones del espectro habían sido atribuidas originalmente a la prestación de servicio fijo de transmisión de datos. Por lo tanto, si el Grupo Clarín quiere usarlas para servicios móviles debería desembolsar un pago adicional acorde con la valorización que obtenga ese activo a partir de su nueva atribución. Desde el Grupo Clarín, responden que la frecuencia de 2,5 GHz no es comparable con las que poseen las telefónicas en cuanto a cobertura y recuerdan que en 2012 en Chile se abonaron 12 millones de dólares por 120 MHz en la frecuencia de 2,5 GHz, sustancialmente menos de lo que ellos pagaron este año.
El regulador ya tomó la decisión de autorizar el cambio de atribución de las frecuencias del Grupo Clarín, aunque resta definir cuánto deberá pagar el multimedios por ese “refarming”. En las negociaciones con el gobierno y las telefónicas, Clarín dejó trascender que de los 120 MHz que posee en la frecuencia de 2,5 GHz necesita solo 60 MHz para desplegar su servicio. Por lo tanto, estaría dispuesto a otorgarle al Estado como pago por el “refarming” los 60 MHz restantes e incluso otros 11 MHz que posee en la banda de 850 MHz. En ese esquema, se exploró incluso la posibilidad de que el regulador repartiera ese espectro entre las tres operadoras de telefonía móvil dominantes. Sin embargo, Telefónica rechazó la oferta porque considera que lo que estaría poniendo Clarín está muy por debajo de lo que tuvieron que pagar ellos en la licitación de espectro de 2014. En el Grupo Clarín responden que Telefónica en verdad busca evitar que ellos se conviertan en un cuarto operador en condiciones de ofrecer cuádruple play (telefonía fija, móvil, banda ancha y televisión).
Si bien Clarín debería empezar de cero en el negocio de la telefonía móvil, al ser un operador entrante el regulador lo podría habilitar a usar las redes de sus competidores mediante acuerdos de roaming a precios de interconexión asimétricos (más bajos de los que pagan Movistar, Claro y Personal entre sí) para incentivar su desarrollo, como pasa en mercados donde se busca promover la competencia. A Telefónica le preocupa esta posibilidad porque dice que de ese modo Clarín aprovecharía las redes existentes sin realizar mayores inversiones.
El otro punto de tensión es que las telcos seguirían excluidas del servicio satelital. Desde Clarín afirman que Telefónica presiona para obtener esa concesión porque le permitiría sumar clientes sin tener que invertir en redes de fibra óptica. Los españoles responden que eso no es cierto e incluso dicen estar dispuestos a que le fijen exigencias de fibrado a cambio de abrirles la puerta al negocio satelital.
Foto: Leandro Teysseire
Fuente: Diario PáginaI12