Se cumple un año ya de la gestion Macri pero también de la relación del monopolio Clarín con un nuevo Gobierno. La tradición clarinista apuntala en el inicio de los mandatos, obtiene concesiones para luego gradualmente ir mutando hacia otros candidatos a medida que los gobernantes se desgastan.
Hoy el negocio en el sector al que apunta Clarín es el de ofrecer banda ancha de alta velocidad. Los contenidos van a confluir en Internet. Ya es sabido. Hoy la infraestructura existente se divide en dos, la de las telefónicas y su vieja red de cobre, y la de la TV por cable con su también vieja red de cablecoaxil. ambas ya dieron todo en cuanto a velocidad. Para los contenidos y servicios que se avecinan es necesario llegar con fibra óptica a todos los hogares y con 300 mega de velocidad. El costo de la inversión ronda entre 500 y 1.000 dólares por hogar. ¿Cómo recuperan las empresas esa inversión? Mientras más ofertas combinadas se puedan hacer, más recupero de la inversión en fibra óptica se logra. Por ello entran en escena el "triple play" (telefonía fija, TV por cable e Internet) y el "cuádruple play" al que se le agrega la telefonía celular. El monopolio Clarín va por ello con privilegios al tiempo que busca imponer trabas o demoras a sus competidores. El mercado argentino está caracterizado por una enorme penetración tanto de la TV por cable como la de Internet. Y en un clima tecnológico propicio por la gran cantidad de desarrolladores de aplicaciones, y uso de las redes sociales. Pero el servicio de Internet es de bajísima velocidad, de 4,5 megas en promedio. Es que para beneficiar a Clarín en los últimos 20 años, la regulación separó lo que la tecnología unió. No se dieron más licencias de TV satelital. Tampoco de cable. El monopolio fue salvado por Eduardo Duhalde con la ley de Bienes Culturales y la modificación a la ley de Quiebras. Se oponía el ministro Jorge Remes Lenicov y tras una campaña en su contra del monopolio, renunció a los pocos meses. Con Néstor Kirchner obtuvieron la autorización a la fusión de Multicanal y Cablevisión pese a que detentaban 65% del mercado. Para camuflar el monopolio que ostentaban en gran parte de los centros urbanos del país (más del 90%), primero lograron que sólo se tome como mercado el nacional y luego, como aún detentaban una alta concentración incluyeron a la TV satelital y los "mercados desafiables" para lograr su autorización. Le ley de Medios posteriormente sancionada ha quedado en la nada, con los desguaces comprometidos. Lo único en ese momento que hubiera dañado al monopolio hubiera sido que las telefónicas dieran servicios de radiodifusión (TV por cable o satelital) proyecto que fue detenido en el Congreso por sectores de izquierda y opositores.
Apenas asumió, Mauricio Macri tuvo el gran gesto con el monopolio Clarín. El lunes 4 de enero firmó el DNU 267 creando el ENaCom (Ente Nacional de Comunicaciones), disolviendo el AFSCA, pero además amplía los derechos para Cablevisión, mientras las empresas de telefonía básica y móvil sólo podrán ofrecer televisión por cable el 1 de enero de 2018. Por si fuera poco, ese plazo puede extenderse por un año más por decisión del ENaCom. A Direct TV le prohibía directamente dar servicios de Internet. Sabido es que al cable ya instalado únicamente se le puede competir con el satélite. "No es momento de tirar piedras, necesitan a Clarín, tienen minoría en ambas cámaras" era la conclusión a la que llegaban en las embajadas (Estados Unidos y España básicamente) en diálogo con ejecutivos de las empresas afectadas. En enero de este año también el monopolio Clarín a través de Cablevisión completó la compra del 100% de Nextel Argentina. Va por el cuádruple play: telefonía fija y móvil, Internet y televisión por cable. Recuérdese que las empresas telefónicas recién podrán ofrecer los cuatro servicios en 2018 extendible al 2019. Cablevisión y Nextel pueden hacerlo desde ahora mismo.
El kirchnerismo en 2014-2015 licitó espectro para proveer 4G y, con escasez de dólares en esa época, requerían un alto pago inicial. Telefónica, Telecom y Claro (pagaron entre u$s500 millones y u$s600 millones cada una). La cuarta empresa Arlink (Vila-Manzano), no pagó y el caso se judicializó. Con Nextel, el monopolio se hizo de 5 compañías ignotas del servicio inalámbrico de las telecomunicaciones y presiona al Gobierno de Macri para que les hagan un "upgrade" de esas licencias a 4G. Gratis obviamente. Sin plazo ni compromiso de inversión. El expediente de esa operación sugestivamente el ENaCom lo mantiene reservado. En simultáneo, esa transacción le sirve al monopolio Clarín para negociar mejor con Fintech su desembarco en Telecom, empresa en la cual ya se desempeñan en altos cargos directivos ejecutivos provenientes de Cablevisión. Por último, un activo "intangible" para el monopolio: cualquier crítica a su accionar, ahora se la asocia al kirchnerismo, por lo que automáticamente la misma pierde intensidad. Onda verde para Héctor Magnetto.
Fuente: Ámbito Financiero