Me viene a la cabeza la imagen de algunos de mis alumnxs de 6° grado. Sobre todo tengo presente a P. que a principio de año se negaba a leer y a escribir porque lo avergonzaban las dificultades que tenía para hacerlo. Hace una semana me contó que ahora leía más rápido porque, fanático de los animé, los mira por youtube y tiene que apurarse para leer el subtitulado. Ayer me dijo que estaba escribiendo una historieta para presentarse a un concurso. También pienso en S, a la que sus compañeros le reconocen el interés que pone ahora en estudiar cuando "antes nunca hacía nada". Y en J a la que culparon de la tormenta de Santa Rosa porque ahora lee "perfectamente" y se preocupa por completar sus tareas. F en cambio, no logra salir adelante debido a que se ausenta continuamente porque la madre se la pasa haciendo trámites para que le renueven la exclusión perimetral al marido, o porque la señora se deprime, se queda dormida y no la despierta para ir a la escuela o porque tiene que quedarse cuidando la casa porque el papá violentó la puerta y tardaron días en arreglarla para poder cerrarla.
¿Cómo podrán unas pruebas estandarizadas medir los progresos de P, de S, de J o las dificultades de F limitada por los problemas que le crean los adultos? Ninguno de estos chicxs, estoy segura, completaría satisfactoriamente esas pruebas, y sin embargo, han aprendido, han avanzado, comenzaron a sentir curiosidad por la realidad y al ritmo de sus progresos han aumentado también su autoestima. Sumarme a este programa sería ser desleal con ellos porque estas pruebas van reflejar sus fracasos, sin reconocer sus progresos, y por lo tanto, sería ser desleal también conmigo, con mis convicciones, con mi tarea, con la dirección de mis esfuerzos: que crean en sí mismos, que deseen aprender, que puedan salir del lugar al que fueron marginados.
Tampoco voy a ser cómplice de un operativo evaluador que busca establecer un ranking de escuelas: de las de mejor rendimiento a las de peores resultados y emplear este criterio para distribuir los recursos y calificar a los docentes, desconociendo las realidades de las diferentes escuelas.
Realicé muchos esfuerzos durante mis más de 30 años como docente por problematizar mis prácticas, por reconocer los diferentes contextos y realidades de mis alumnxs, por ser una maestra innovadora y creativa para responder a sus necesidades, posibilidades y aspiraciones, como para aceptar que se me reconozca como una mera "aplicadora" de pruebas diseñadas por otros, que no me han demostrado tener el conocimiento mínimo de nuestros chicos y chicas, de las diversas realidades escolares y del sistema educativo. En todo mi trayectoria docente nunca "apliqué" nada, todo lo que hice fue reflexionado, analizado y elegido y jamás obedecí una directiva con la que estuviese en desacuerdo. No lo pienso hacer ahora.
Tampoco voy a subordinarme a que quienes se niegan a reabrir las paritarias quieran extorsionarme pagándome 1000$ por participar de un montaje para atacar a la educación pública. Por todos estos motivos, renuncié a ser aplicadora en el Programa Aprender 2016.
Fuente: Leticia Walther
AMSAFE dice NO!
Desde AMSAFE/CTERA hemos dicho muchas veces que consideramos a la evaluación como una herramienta fundamental e inescindible de la experiencia educativa; que buscamos que la misma esté contextualizada y que considere las condiciones de trabajo, los procesos de enseñanza y de aprendizaje y las políticas educativas.
Las/os docentes queremos tener voz en la construcción de las evaluaciones, porque somos quienes conocemos a los niños/as y jóvenes y a sus comunidades, por lo que no podemos quedar fuera del debate. Porque somos “docentes” y no veedores ni aplicadores, nosotros también queremos evaluar. Porque sabemos que nuestra tarea no está escindida de las condiciones de vida de nuestros pibes y pibas y porque entendemos que las políticas educativas favorecen u obstaculizan nuestra tarea y los aprendizajes de los y las estudiantes.
Las autoridades educativas buscan que escuelas y docentes incorporemos la “cultura de la evaluación”. Nosotros queremos evaluar lo que ellos no evalúan: Las políticas educativas.
Informe de la Secretaría de Educación de CTERA
Con motivo de la aplicación del Operativo Nacional de Evaluación “APRENDER 2016”, desde la Secretaría de Educación de CTERA ponemos a disposición una serie de materiales para que sean analizados y utilizados en las respectivas entidades de base, en el marco de la campaña nacional de rechazo que encabeza nuestra Confederación.
Ni bien conocimos el anuncio de la aplicación de este operativo por parte del Ministerio de Educación y Deportes, CTERA manifestó su rechazo.
Enlace documento de rechazo CTERA
Desde CTERA hemos dicho muchas veces que consideramos a la evaluación como una herramienta fundamental e inescindible de la experiencia educativa; que buscamos que la misma esté contextualizada y que considere las condiciones de trabajo, los procesos de enseñanza y de aprendizaje y las políticas educativas.
En tal sentido, en el año 2013 logramos un acuerdo paritario para la creación del Programa Nacional de Formación Permanente (PNFP) y en ejercicio donde conseguimos instalar la idea de la evaluación institucional participativa como componente formativo.
La propuesta de autoevaluación institucional de la CTERA en el marco del componente institucional del PNFP se puede ver en los documentos adjuntos Nº 1 y Nº 2.
Enlace Documento N° 1
Enlace Documento N° 2
Las/os docentes queremos tener voz en la construcción de las evaluaciones, porque somos quienes conocemos a los niños/as y jóvenes y a sus comunidades, por lo que no podemos quedar fuera del debate. Porque somos “docentes” y no veedores ni aplicadores, nosotros también queremos evaluar. Porque sabemos que nuestra tarea no está escindida de las condiciones de vida de nuestros pibes y pibas y porque entendemos que las políticas educativas favorecen u obstaculizan nuestra tarea y los aprendizajes de los y las estudiantes.
Es por ello que también pensamos en posibles instrumentos de recolección de información sobre el sistema educativo que nos puedan brindar datos acerca del cumplimiento de las políticas educativas en el contexto actual (Ver documento adjunto Nº 3)
Enlace Documento N° 3
-Compartimos además una serie de entrevistas y reportajes donde se brindan fundamentos pedagógicos, políticos y metodológicos acerca de este operativo y las razones por las cuales nuestra Confederación rechaza el “APRENDER 2016”.
Enlace: Entrevista a Miguel Duhalde, Secretario de Educación de CTERA, sobre el Operativo de Evaluación Nacional “Aprender 2016”
Enlace: Entrevista a Roberto Marengo quien explica los principios pedagógicos en los que se basa el Operativo Aprender 2016, diferenciando medir de evaluar.
-Artículo de Myriam Feldfeber “La cultura de la evaluación y sus des(vinculaciones) con el derecho a la educación”, publicado en el espacio “Conversaciones Necesarias”.
Enlace: Nota completa
-Artículo de Cinthia Wanschelbaum sobre los peligros de la evaluación estandarizada y la destrucción de la escuela pública que está pensando el macrismo.
Enlace Artículo completo
Desde CTERA hemos dicho muchas veces que consideramos a la evaluación como una herramienta fundamental e inescindible de la experiencia educativa; que buscamos que la misma esté contextualizada y que considere las condiciones de trabajo, los procesos de enseñanza y de aprendizaje y las políticas educativas.
En tal sentido, en el año 2013 logramos un acuerdo paritario para la creación del Programa Nacional de Formación Permanente (PNFP) y en ejercicio donde conseguimos instalar la idea de la evaluación institucional participativa como componente formativo.
La propuesta de autoevaluación institucional de la CTERA en el marco del componente institucional del PNFP se puede ver en los documentos adjuntos Nº 1 y Nº 2.
Enlace Documento N° 1
Enlace Documento N° 2
Las/os docentes queremos tener voz en la construcción de las evaluaciones, porque somos quienes conocemos a los niños/as y jóvenes y a sus comunidades, por lo que no podemos quedar fuera del debate. Porque somos “docentes” y no veedores ni aplicadores, nosotros también queremos evaluar. Porque sabemos que nuestra tarea no está escindida de las condiciones de vida de nuestros pibes y pibas y porque entendemos que las políticas educativas favorecen u obstaculizan nuestra tarea y los aprendizajes de los y las estudiantes.
Es por ello que también pensamos en posibles instrumentos de recolección de información sobre el sistema educativo que nos puedan brindar datos acerca del cumplimiento de las políticas educativas en el contexto actual (Ver documento adjunto Nº 3)
Enlace Documento N° 3
-Compartimos además una serie de entrevistas y reportajes donde se brindan fundamentos pedagógicos, políticos y metodológicos acerca de este operativo y las razones por las cuales nuestra Confederación rechaza el “APRENDER 2016”.
Enlace: Entrevista a Miguel Duhalde, Secretario de Educación de CTERA, sobre el Operativo de Evaluación Nacional “Aprender 2016”
Enlace: Entrevista a Roberto Marengo quien explica los principios pedagógicos en los que se basa el Operativo Aprender 2016, diferenciando medir de evaluar.
-Artículo de Myriam Feldfeber “La cultura de la evaluación y sus des(vinculaciones) con el derecho a la educación”, publicado en el espacio “Conversaciones Necesarias”.
Enlace: Nota completa
-Artículo de Cinthia Wanschelbaum sobre los peligros de la evaluación estandarizada y la destrucción de la escuela pública que está pensando el macrismo.
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