En el marco del 31° Encuentro Nacional de Mujeres, la ONG Mujeres Tras las Rejas nos vemos en la obligación de denunciar que, a pesar de haber participado activamente de las Asambleas generales que se desarrollaron en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, y haber cumplido con todos los requerimientos necesarios para intentar conseguir que las mujeres presas tengan la posibilidad de participar desde el encierro, dicha posibilidad fue cercenada por los organizadores.
De esta forma, un colectivo sistemáticamente invisibilizado y violentado por todos los eslabones de una sociedad que, desde lo discursivo, sostiene el discurso de la reinserción y de la rehabilitación pero que, desde la práctica, excluye y resignifica y reaplica condenas, vuelve a ser silenciado e invisibilizado.
La gravedad de este hecho reside en que esta vez, la discriminación proviene del corazón de la organización de un encuentro cuyo lema es “El encuentro somos todas” y que predica la inclusión en todas sus formas.
La ONG Mujeres tras las Rejas es una Asociación Civil, horizontal, plural e interdisciplinaria, apartidaría y sin fines de lucro, que hace años procura visibilizar lo que sucede específicamente en el Instituto de Recuperación de Mujeres, Unidad Penal N° 5 de nuestra ciudad, con el convencimiento de que sólo a partir de la transformación del mismo y de la cruenta realidad cotidiana que allí se vive, es posible una instancia que aporte a la famosa “reinserción” de la que tanto se habla y que contribuiría enormemente a una sociedad un poco menos violenta e insegura.
Con ese objetivo, desde hace diez años la organización procura llevar adelante un sinfín de propuestas y actividades dentro y fuera del penal.
Las intervenciones que se proponen tienen como único objetivo crear herramientas desde lo práctico y lo teórico para que esas mujeres, que en su gran mayoría están solas y son pobres, analfabetas, desafiliadas, maltratadas y olvidadas, puedan acceder a la oportunidad de desarrollar un camino diferente al que han transitado.
El universo carcelario femenino es un espacio desconocido, oculto, velado y con varias facetas. Retorcido y rebuscado sin dudas, pero ni el recorrido burocrático que realizamos incansablemente para poder desarrollar nuestras intervenciones, ni el cruento vivir diario dentro de un No Lugar, ni un servicio penitenciario obsoleto, jerárquico y opresivo, ni el destrato social, ni el abandono familiar, tampoco el lento camino de la justicia y menos aún el silencio de los medios masivos de comunicación, han logrado que abandonemos nuestra idea central: las mujeres presas “tienen voz propia” y esta realidad es la que venimos canalizando en los espacios que abordamos intra y extra muros.
Así es que vimos en el Encuentro Nacional de Mujeres la oportunidad de hacer oír esa voz, dentro de la multiplicidad de voces que allí se escucharán, para que, desde el encierro, las mujeres presas puedan ser parte y dejar de ser el oscuro secreto detrás de los muros.
Con ese objeto, Graciela Rojas junto a otras integrantes de la comisión directiva se ocupó de participar activamente en las asambleas generales del encuentro desde el mes de marzo de 2016, proponiendo un taller intra muros en donde las Mujeres Presas pudieran ser panelistas, titulado “Mujeres, cárceles y sistema penitenciario”.
Fuimos paso a paso, presentamos la moción y la misma fue aceptada por unanimidad y sin observaciones por una multitud de compañeras presentes. Tomamos la posta e iniciamos el camino “legal” reuniéndonos con el funcionariado que habilitaría la posibilidad de vehiculizarlo, pues con todas las exigencias que tiene la cárcel para llevar adelante cualquier actividad, sin estos pasos sería ingenuo pensar su concreción.
La presidenta del Concejo Municipal de Rosario, Daniela León canalizó por su parte diversos requerimientos provenientes de las organizadoras del encuentro como viandas, baños químicos, espacios y transporte gratuito.
También salió de su rol de funcionaria otorgado por la sociedad y como mujer se sumó al pedido efectivizado por la ONG, de que las mujeres presas tengan en el encierro, una verdadera y activa participación en el Encuentro Nacional de Mujeres.
Muchas otras voces y organizaciones se han sumado a esta propuesta, concejales, diputados, medios de comunicación hicieron llegar su apoyo. Entre ellos Eduardo Toniolli, Fernando Rosúa, Norma Lopez, Alicia Gutierrez, Gabriela Sosa, Silvia Ausburguer, Gabriel Ganón, Carlos Del Frade, Mujeres de Negro, Marcha de las Sábanas, y la lista sigue.
Sin embargo, y a pesar de estar todas las condiciones dadas para la concreción del taller dentro del penal, la Comisión Organizadora del 31° Encuentro Nacional de Mujeres, decidió Rechazar la propuesta alegando que no estaban dadas las condiciones de seguridad.
Con profundo dolor, desde la ONG Mujeres Tras las Rejas, denunciamos públicamente la discriminación de un puñado de mujeres cuyas voces jamás han sido escuchadas, que han sido sistemáticamente negadas y estigmatizadas y privadas de casi todos los derechos humanos con los que acordó el Estado Argentino.
Mucho más grave es esa situación de discriminación cuando proviene desde un comité de mujeres cuya militancia radica en reivindicar los derechos femeninos, pero que han generado la paradójica situación de excluir, de seguir excluyendo a otras mujeres, a las más excluidas y a las que menos derechos tienen y han tenido.
Desde la ONG Mujeres Tras las Rejas decimos que en este encuentro no estamos todas, muchas han quedado afuera.
NdE: la organización Mujeres Tras las Rejas produce varios programas radiales desde el Instituto de Recuperación de Mujeres, Unidad Penal N° 5 y la Unidad Penal N°3 de Rosario. Los envíos se emiten por Aire Libre, Radio Comunitaria