viernes, 19 de agosto de 2016

Trabajadores de Clarín: "Más recortes nos empujan al periodismo de escritorio"

Esta es la primera de dos entregas de comunicados que publicaremos en los próximos días. No queremos dejar de hacer un análisis de los anuncios que se realizaron esta semana en la redacción ni de las primeras bajas que tuvieron pero antes queremos reflexionar del correo titulado: “Diarios, Taxis y remises y viajes”, que llegó a nuestras casillas el 28 de julio.

La carta a la redacción anuncia una nueva política de gastos, que sostiene que fue diseñada “teniendo en cuenta nuestras necesidades periodísticas, el mantenimiento e incremento de la calidad de nuestras plataformas”. Y tras un breve encabezado se desglosa una serie de ítems en los cuales habrá recortes, como la compra de diarios, la política de viajes y los taxis y remises. No vamos a reproducir lo que ya todos leyeron, sólo queremos señalar nos resulta curioso que se presente una política de ajuste presupuestario como parte de un plan que apunte al incremento de la calidad periodística.

Las iniciativas de ahorro pueden deberse a situaciones de los más diversas, pero de ninguna manera pueden provocar una mejora de los productos y contenidos que realizamos. Por el contrario, llevamos al menos dos años siendo testigos de cómo las distintas limitaciones en los recursos materiales y humanos genera peores condiciones para hacer periodismo. Somos testigos a diario de cómo los engorrosos procesos de autorización para el transporte o la devolución de gastos atentan no sólo contra los tiempos de nuestro trabajo, sino también contra la celeridad para cobrar lo que pagamos financiando lo que el diario no entrega como adelanto.

Más allá de las plataformas, las historias que escribimos se encuentran en la calle y en el contacto directo con los protagonistas. Pero en los últimos dos años en todas las redacciones y secciones disminuyeron sensiblemente las salidas de los redactores para realizar notas o coberturas. Somos menos, tenemos equipos más chicos pero afrontamos la misma o mayor cantidad de trabajo. La ecuación es simple: si antes hacíamos 5 páginas entre 5 periodistas y ahora sólo hay 2 compañeros para cubrir el mismo espacio y la web; vamos a optar por realizar el reportaje vía mail o teléfono en la mitad de tiempo. Esto nos empuja peligrosamente al periodismo de escritorio.

Después están quienes deben estar todo el tiempo fuera de la redacción, como los fotógrafos. Ellos trabajan con equipos de más de 7 años, que cada 5 o 6 meses se rompen y hay que pagar la mitad de los que cuesta uno nuevo para su reparación. En plan de revisar gastos, quizás éstos deberían también ser apuntados. Cámaras viejas para el periodismo del futuro es una ecuación que tampoco cierra.

Si es verdad hay sectores en los que se producen grandes gastos respectos de algunos de los tres ítems en los que se recortará la dirección periodística y la gerencia de Capital Humano debería plantearlo en esos ámbitos y no aplicarlo de manera indiscriminada en toda la redacción, como si fueran preceptores de secundaria. Por otro lado, nos preguntamos si realmente en las redacciones están los grandes gastos y no en sectores que siguen pasando enormes facturas de comidas, reintegros de viajes, y varios etcéteras, como lo hacían en el Clarín que vendía un millón de ejemplares.
Comisión Interna de los trabajadores de AGEA