domingo, 24 de julio de 2016

'El reto, encontrar nuevas formas de contar historias'

El editor ejecutivo de 'The Washington Post' habló sobre el momento que viven los medios. Baron fue editor general en 'The Boston Globe' y editor ejecutivo de The Miami Herald, antes de 'The Washington Post'
Por: Cristóbal Vázquez
En una charla pública entre el editor ejecutivo de The Washington Post, Marty Baron, y su jefe y dueño de uno de los periódicos más influyentes, Jeff Bezos, Baron le preguntó sobre la decisión “loca” de haber comprado el periódico y meterse en un negocio que aún explora las fórmulas para salir de una crisis.

En respuesta, el dueño de Amazon (la tercera persona más rica del mundo) le dijo que se había metido con plena confianza y convencido de que con su editor y los periodistas del Post iban a encontrar una respuesta para el periódico y para los medios en general. El Tiempo lo entrevistó sobre la actualidad de la prensa y los desafíos que se le plantean.

¿Cuáles son los mayores retos que enfrenta usted como editor ejecutivo de uno de los periódicos más importantes del mundo? ¿Son los mismos que enfrentan los medios en general?
Hay muchos, el primero es asegurarnos financieramente, porque para que podamos seguir haciendo buen periodismo necesitamos tener unas buenas bases económicas. Nosotros, como cualquier otra institución periodística en Estados Unidos y alrededor del mundo, estamos enfrentando grandes presiones financieras y como respuesta buscamos ese nuevo modelo económico que nos permita ser un negocio rentable.

Estamos trabajando duro para encontrarlo y creo que hemos progresado bastante, pero aún no hemos resuelto el rompecabezas.

Este es un gran reto que exige trabajo constante. El otro es que, dada la transición a los nuevos medios de comunicación, tenemos que responder a la demanda de información con mucha rapidez y con nuevas formas y estilos de contar las historias. (Por eso contrataron a más de 100 personas haciendo énfasis en nuevas formas de contar la noticia). Sin embargo, pese a estas nuevas demandas de los lectores, tenemos que asegurarnos de seguir haciendo reportería de los hechos, para construir buenas investigaciones, hacer una buena narración de las historias.

Necesitamos además revisar bien cada dato que publicamos y esto toma tiempo, recursos, pero aún así estamos bajo mucha presión de reportar rápido, de competir con todo el mundo, de atraer tráfico y todo lo demás. Entonces, como resultado de lo anterior, surgen las tensiones que llevan a menos edición para cada historia de la que solía haber, por darle un ejemplo.

En cuanto a estos nuevos medios y formas de contar la noticia, ¿cuáles representan los mayores retos para el periódico?
Hay mucha competencia en estos días, pero varias de estas nuevas páginas web que se declaran portales de noticias están asociadas con una ideología en particular, un partido en particular e incluso con un candidato en particular. A lo mejor no lo muestran de manera formal, pero informalmente lo están haciendo y terminan propagando y divulgando todo tipo de falsedades inventándose los hechos.

Por ejemplo, el señalamiento de que el presidente Obama no había nacido en Estados Unidos. Por supuesto que nació acá, hay clara evidencia que lo demuestra y no la hay de la hipótesis contraria. Entonces se ha vuelto muy desagradable, porque hay personas que viven en su propia realidad divorciada de los hechos reales. Ese es un gran reto para nuestra profesión y para la democracia, porque en el pasado existía una línea base de hechos y datos comprobados y uno podría no estar de acuerdo en el análisis de esos hechos, discrepar en la interpretación de esos hechos o estar en desacuerdo en la prescripción para solucionar los problemas que se estaba perpetuando, pero uno no cuestionaba la afirmación base y los hechos que la respaldaban. Entonces, ¿cómo sostener una democracia en ese ambiente, y cómo pueden los medios, que ya luchan contra problemas de credibilidad, operar en un lugar donde la gente cree que los medios son parte de la conspiración?

Sobre el nuevo modelo económico que están tratando de encontrar, ¿podría dar alguna pista en cuanto a la dirección que tiene este?
Creo que debe ser diferente para cada medio de comunicación. Para nosotros, obviamente el reto es ser un medio de noticias nacional y convertirnos muy probablemente en un medio internacional. Con esto en mente estamos tratando de atraer un mayor número de lectores en línea. Si construimos fidelidad en esos lectores virtuales y nos convertimos en su fuente de noticias preferida, seguramente, desearán suscribirse a nuestro servicio. Atado a este incremento en el tráfico por volvernos un medio nacional e internacional, está el incremento en la publicidad y un crecimiento en el número de suscriptores que pagan para tener acceso a nuestra información.

Usted habla de construir fidelidad de los lectores en línea, pero más del 70 % de los ingresos del ‘Post’ proviene de la publicidad del impreso. ¿Por qué seguir apostándole tanto a lo digital? ¿Se podría considerar el fin del impreso, aunque este termine financiando el medio? ¿Qué solución plantearía?
No sé cuál es la solución, si la supiera la vendería. Creo que es posible que la versión impresa desaparezca, o desaparezca en gran medida en los próximos 5 a 10 años, pero incluso puede tardar más. Lo que sí sé es que ese no es nuestro futuro. Vivimos en una sociedad digital, móvil en la que todo el mundo espera que en cualquier momento del día y cualquier día de la semana, pueda encontrar toda la información que quiera de forma inmediata en un aparato que cabe en el bolsillo. Ese es el futuro.

Existen costos asociados a la impresión que se ahorrarían si esta desaparece. Por ejemplo, en la versión en línea no tenemos que rediseñar la primera página todos los días, mientras que en la versión impresa sí tenemos que hacerlo.

En lo digital hay páginas prediseñadas que nosotros rellenamos, y solo ahí dejaríamos de pagar una parte importante de los diseñadores. Hay mucho trabajo relacionado con la producción que también desaparecería. La versión impresa tiene muchos costos, entre ellos el papel, la tinta, los camiones, todo el sistema de distribución... Esos son grandes costos que desaparecerían si no tuviéramos la versión impresa. Entonces, la respuesta a si hay un modelo con el cual los medios de comunicación virtual pueden sostenerse solo a punta de publicidad no es clara en este momento. Aún es incierto si va a funcionar o no, aunque ya hay algunos que lo están logrando.

¿Le parece legítimo que se cuestione la independencia del medio porque es propiedad de Jeff Bezos?
Las personas pueden cuestionar nuestra independencia, pero afortunadamente hay en Estados Unidos mucha variedad de medios de comunicación. Entonces, si alguien cuestiona nuestra independencia y nuestra forma de hacer periodismo puede encontrar y comparar nuestro trabajo con miles de otros medios en el país que también son propiedad de otros millonarios. Hay que tener en cuenta, además, que nuestro dueño no es dueño de un emporio de comunicaciones. Jeff Bezos, tan rico como es, solo es dueño de The Washington Post. El no es dueño de The New York Times o de la red de distribución.

No tiene nada de esas cosas. Incluso Rupert Murdoch, quien posee un conglomerado, no posee un gran porcentaje del sistema completo de medios en Estados Unidos. Él es dueño de Fox News, de The Wall Street Journal, de The New York Post, pero no es dueño de un gran porcentaje de los medios en este país.

Desde su experiencia en los periódicos que ha dirigido, ¿en qué medida las fuerzas del mercado, el consumo y la publicidad influencian hoy el trabajo del periodista y su papel?
No, para nada. Si usted se refiere a la influencia que tenga la publicidad en lo que hacemos, la respuesta es no. No es nuestro caso. Tenemos una gran variedad de anunciantes, pero históricamente hemos mantenido la independencia en nuestra sala de redacción. Si los anunciantes influenciaran lo que hacemos se armaría una revolución interna.

Lo más valioso es nuestra credibilidad e independencia, y si el público se enterara de que somos influenciados por lo que la publicidad quiere, acabaríamos con nuestra credibilidad y esto afectaría gravemente el negocio. Nuestro éxito depende de la percepción del público y de nuestra independencia.

En cuanto al tráfico en línea, eso sí que está teniendo una influencia en nuestro trabajo porque queremos que más gente nos lea, entonces tenemos que ser mucho más rápidos y escribir de una forma que le llame la atención a los lectores de hoy. Además tenemos que escribir de una forma distinta, que se adapte a las condiciones de hoy. En este sentido, sí nos tenemos que adaptar al mercado y a las nuevas formas de consumir las noticias.
Foto: The Washington Post
Fuente: El Tiempo