jueves, 23 de junio de 2016

Romeo Langlois: “las verdades de las guerras las cuentan las víctimas”

Romeo Langlois se presenta como gran reportero por ser quien cubre hechos lejos del lugar de donde vive. Pero para él “el gran reporterismo se puede hacer en la esquina de la calle”. Tal es el lema del medio donde trabaja desde 2013, France 24, un canal público de noticias internacionales que emite las 24 horas en francés, inglés y árabe.

Desde hace dos años se ocupa de temas vinculados con el terrorismo y de las guerras en Mali, África central, Ucrania, Irak, Siria y Libia para el canal francés, aunque su experiencia es mucho más extensa e incluye diez años como corresponsal de Le Figaro. Para Langlois: “el periodismo de guerra no es estar en una trinchera grabando conflictos, bombardeos y muertos. Si bien eso también hay que hacerlo, las verdades de las guerras las cuentan las víctimas”. Por eso apuesta a salir de la primera línea para registrar lo que pasa en el pueblo, la vida de las personas que siguen cultivando la chacra, las negociaciones de la profesora con un grupo armado para que los chicos puedan ir a la escuela. No es otra cosa que “tomar distancia de la violencia inmediata y mostrar el genio y los sentimientos de quienes viven en medio del caos”, opina.

Langlois también conoce el otro lado, en 2012 fue capturado por las FARC. Fue en Colombia, en medio de un reportaje sobre el fracaso de la lucha antidrogas. El periodista acompañaba un operativo antinarcóticos con soldados colombianos financiado por Estados Unidos que cayó en una emboscada de la guerrilla. Luego de un fuerte combate, con varios heridos y muertos, del que él no resultó ileso, fue secuestrado. Fueron 33 los días que estuvo en cautiverio en la selva colombiana de Caquetá. “Después de registrar desde afuera lo que era la guerrilla, después de entrevistar a decenas de víctimas, me tocó vivirlo en carne propia, me tocó preguntarme si iba a salir vivo y cuándo”, expuso.

En 2013 volvió a trabajar desde París, no como periodista independiente sino en una redacción como empleado de France 24: “Eso fue totalmente distinto. Dejé de estar solo haciendo las investigaciones para pasar a tener jefes, colegas, editores y, además, empecé a cubrir conflictos que no conocía para nada”.

En relación al conflicto entre el gobierno y la guerrilla, Langlois sostuvo que los medios –por la pauta o por cercanía con el poder político- invisibilizaron muchos aspectos el tema. “A Uribe le servía mostrar que la guerrilla estaba retrocediendo”, afirmó, y emparentada con esta necesidad desde el poder instalaron la visión de que “el periodismo no puede ser la caja de resonancia del terrorismo”. El reportero francés disiente con esto: “En un conflicto como este hay que darle la palabra a todos, pero se tiene que hacer con mucha a prudencia. Es bueno explicar condiciones de la entrevista, cómo se logra, cómo se da, es decir, poner la cosa en su contexto”.

Si bien la regla general es la primacía de la información, es necesario hacer algunas reservas en determinadas circunstancias como, por ejemplo, cuando los datos publicados pueden poner en riesgo a quien los dio a conocer, aunque se guarde el secreto de la fuente. El reportero también aludió a la cobertura de un conflicto entre milicias musulmanas y cristianas en la república centroafricana para France 24 donde capturaron imágenes de cristianos destruyendo una mezquita. Teniendo en cuenta el público del canal, estaban seguros de que si las difundían podrían desencadenar una masacre. En estos casos, “Hay que tomar decisiones”, afirmó, y “censurar algunas de esas tomas fue nuestra elección”.

Recomendaciones para evitar riesgos
Romeo Langlois destacó el hecho de que los periodistas de la ciudad estén sindicalizados. Esta forma de organización no se da en la mayoría de los lugares que conoce y, como consecuencia, “los trabajadores están solos” y existe entre ellos una “competencia tremenda”. Se refirió a la Guía de Recomendaciones para Minimizar Riesgos en el Trabajo Periodístico que presentó el Sindicato de Prensa Rosario en mayo pasado: “Es clave que hayan realizado este trabajo”, pronunció, y coincidió en que cuando se trata de la protección del trabajador, lo primero a tener en cuenta es el profesionalismo, la honestidad y la cuestión deontológica.

“La situación de los periodistas, especialmente para fotógrafos y camarógrafos, se ha vuelto muy difícil porque son vistos por la sociedad como enemigos y esto se vincula a que se han cometido muchísimos errores. Lo cierto es que en Francia, hay un desprecio por la prensa: la gente ya no nos cree. La mayoría de las personas no lee diarios y escucha muy poca radio, lo que más consume es la televisión y piensa que esa información no es seria”, explicó Langlois.

El gran reportero francés subrayó los apartados de la Guía referidos a proteger a las fuentes de información y a evaluar si es conveniente firmar un artículo cuando se trata de coberturas riesgosas pero, por sobretodo, remarcó la consigna de que “Ningún reportaje vale perder la vida”.

El periodista francés conoce del tema. “Ante la muerte de dos colegas de Le Figaro Internacional en Mali, volvimos a ver los protocolos de protección para la cobertura, desde una marcha hasta un conflicto de alta intensidad”, explicó. Estudiaron primeros auxilios, qué hacer para ayudar a un herido de bala, también los efectos de las armas y la distancia desde la que puede disparar un francotirador. “Esta formación es continua porque las estrategias siempre cambian”, sostuvo. Otro de los aspectos estudiados, de suma utilidad para quienes realizan investigaciones en torno al narcotráfico y a la corrupción, es el de las comunicaciones.

“Las personas que tienen un alto poder económico pueden llamar a un hacker para que revise todo lo que uno está haciendo”, alertó Langlois. Por eso, insistió en cifrar y encriptar los archivos, utilizar claves y tener presente que los documentos que se eliminen de Windows pueden ser recuperados por un especialista. A su vez, agregó: “Internet es de gran ayuda pero, al mismo tiempo, es un peligro tremendo”. Por eso, recalcó la necesidad de preguntarse siempre si las acciones que se llevan adelante desde la cobertura hasta su publicación pueden poner en riesgo a los trabajadores o a sus fuentes.

El reportero de France 24 comentó que con sus colegas inventaron un índice que les permite tomar decisiones rápidamente sobre qué coberturas realizar y cuáles no en función del riesgo, que relaciona dos variables: el valor de la información y el riesgo tomado. “A los jefes del medio les importa más que el periodista vuelva sano que tener una nota increíble”, pero aclaró: “Es un canal público, no sucede lo mismo con los medios privados”.
Fuente: Sindicato de Prensa Rosario
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