lunes, 23 de mayo de 2016

La guerra de las convergentes: telcos y cableras presionan por la nueva ley

Las empresas invertirán este año unos US$ 3000 millones, pero el Gobierno quiere que dupliquen el esfuerzo en 2017; reuniones al más alto nivel y la posibilidad de que se anticipe la apertura del mercado
Por: José Crettaz
Dólar a dólar el gobierno nacional está relevando las inversiones comprometidas por el sector convergente de las telecomunicaciones y la radiodifusión. Y hasta el momento esa suma arroja que este año las telefónicas y los cableoperadores invertirán unos US$ 3000 millones. Más de dos tercios de esos recursos serán aportados por los grandes operadores (Telefónica y Telecom Argentina) y también por el fuerte despliegue de redes que prometen hacer Claro y Cablevisión-Nextel. Ese flujo de fondos será reforzado por la inversión que en sus respectivas redes y servicios se espera de un centenar de empresas de televisión por cable, cooperativas de telecomunicaciones y firmas tecnológicas del entorno convergente.

Según un relevamiento hecho por La Nación, Telefónica de Argentina prevé cerrar el año con $ 9000 millones de inversión (unos US$ 620 millones). Y el plan para el trienio 2016-2018 tiene un presupuesto de $ 36.000 millones. Telecom Argentina, que ya es controlada por el fondo Fintech Advisory, liderado por el mexicano David Martínez, prevé invertir este año $ 10.600 millones (unos US$ 700 millones).

En tanto, Claro aportará US$ 500 millones, y Cablevisión (Grupo Clarín) prevé desembolsar unos US$ 400 millones -urgido para poner en valor la red móvil de Nextel, que podría complementar su oferta celular como Operador Móvil Virtual (OMV), es decir operar sobre redes de terceros-. También para sus servicios de OMV, deberán invertir en tecnología las cooperativas -entre las cuales se destacan las que integran la cámara Catel- y Telecentro, el único que ya obtuvo licencia para ese servicio según el nuevo reglamento.

Las comunicaciones, como la energía y el campo, serán protagonistas del proceso de inversión que impulsa el gobierno. Y como nadie quiere quedarse afuera de la foto, directivos de las tres grandes telcos fueron llamados a exponer en el plenario de comisiones de Defensa de la Competencia y de Comunicaciones de la Cámara de Diputados, presididas ambas por el Frente Renovador. Allí, los legisladores corrieron a los ejecutivos con la calidad del servicio y los ejecutivos se defendieron reclamando espectro y sitios para colocar radiobases (todo el mundo quiere tener buena comunicación móvil pero nadie quiere una antena cerca de su casa).

A las inversiones de este año y el próximo también hará su aporte a la estatal Arsat que el martes pasado anunció que para diciembre de 2017 habrá conectado a Internet de calidad a 1200 localidades (repartidas en el 70% del territorio donde vive el 30% de la población).

Ese plan demandará $ 4600 millones y busca llevar la fibra óptica a la puerta de cada pueblo para que la última milla sea provista por los proveedores locales (que accederán al servicio mediante tarifa plana mayorista nacional de 20 dólares el mega -ahora ese precio según el lugar y el proveedor puede costar hasta US$ 180-). Mediante el programa Argentina Conectada, el gobierno kirchnerista había construido 32.000 km de red de fibra óptica, de los cuales sólo 6500 km estaban en funcionamiento -o "iluminados", como se dice en la jerga técnica- en diciembre pasado. En los últimos cinco meses, según Arsat, el tendido iluminado llegó a los 15.000 kilómetros.

"Un 10% de aumento de la penetración de banda ancha implica un aumento de hasta el 3,2% del PBI y del 0,5% del empleo, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)", afirmó Rodrigo de Loredo, presidente de Arsat, en el acto encabezado por el presidente Mauricio Macri en el que se anunció aquel plan en la localidad bonaerense de Azcuénaga. Del anuncio participaron el ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, y el de Modernización, Andrés Ibarra.

En una entrevista con la agencia estatal TelAm, Aguad reveló que "el 47% de la población no tiene acceso a la banda ancha. La Argentina tiene un promedio de 3,5 megas de velocidad de Internet, lo que es relativamente bajo en comparación con los países de la región que tienen un promedio por encima de los 5 megas. Además, hay 19 provincias argentinas con penetración de banda ancha inferior al 50% de la población".

En el gobierno afirman que Arsat no se vende sino que aumentará sus ventas a las telefónicas. Por lo pronto Claro y Telefónica ya renovaron sus contratos con el mayorista estatal. Y lo hicieron con el nuevo valor del dólar, dicen cerca de De Loredo.

En los casi US$ 3000 millones de inversión en comunicaciones para este año también están incluidos los fondos que las operadoras móviles están obligadas a poner para cumplir los compromisos asumidos en la subasta de espectro para 4G de 2014, que venía con un plan de despliegue gradual pero muy exigente (heredado de la gestión de La Cámpora en ese área). Para verificar que esas inversiones se concreten, la administración Macri encararía un mapeo de despliegue en el que se prevé que participen los gobiernos provinciales -que exigen una mejora sustancial de las comunicaciones móviles y la calidad del acceso a Internet en sus jurisdicciones-.

Las telefónicas se sienten presionadas por el gobierno nacional, que les insiste en que aumenten el flujo de inversiones. En el mundo, las empresas de telecomunicaciones invierte entre el 15% y el 20% de su facturación cada año. En la Argentina, según estimaciones gubernamentales, el año pasado ese porcentaje estuvo levemente por encima del 10%. Por eso, para el año próximo el objetivo oficial es superar largamente los US$ 5000 millones.

Sabedores de que están bajo la lupa, las telefónicas se defienden. Consideran que no están generando las condiciones para la inversión: no hay reglas claras (la nueva ley va a demorar), ni se asigna el espectro comprometido en la última subasta (la banda de 700 mhz debería entregarse antes del 16 de julio próximo) y e protege a los cableoperadores (asegurándoles dos años más sin competencia), a los que además se les permite dar movilidad sobre las redes 3G y 4G de las tres operadoras mediante la forma de OMV. Detrás del energético, el sector telco es el segundo que más invierte en el país, afirman y agregan que detrás de YPF, en el ranking de los que más ponen están Telecom, Telefónica y Claro.

El shock: liberar el mercado
¿Se puede duplicar el nivel de inversión en este sector de un año para otro? En el gobierno creen que sí y estarían dispuestos a apelar a una terapia de shock: la inmediata apertura del mercado, justamente lo que las telco reclaman. Algunos pasos concretos se están dando en esa dirección: el presidente Macri se reunió días atrás con el magnate mexicano Carlos Slim -que pasa cada vez más tiempo en Buenos Aires, donde habría alquilado una residencia para no tener que hacer vida de hotel-. En esa reunión, se habló de varios temas, pero principalmente de petróleo y de telecomunicaciones. La operadora Claro, una empresa de Slim, está dispuesta a comprar Telecentro, el cableoperador de Alberto Pierri, y Supercanal, la empresa de TV paga del grupo Manzano-Vila.

Otro que pasó por la oficina presidencial es Ralph de la Vega, un cubanoamericano que es vicepresidente y director del negocio internacional de la estadounidense AT&T, la mayor empresa de telecomunicaciones del mundo. Aunque el Gobierno sostiene que esa firma -que en Argentina controla DirecTV, con 2 millones de clientes de TV paga y algunas decenas de miles en banda ancha- podría convertirse en un cuarto jugador eso sigue siendo muy poco probable.

AT&T ya decidió vender todas sus operaciones en América del Sur para concentrarse en el norte del continente tras su desembarco en México. Para ser un jugador relevante en el país tendría que invertir no menos de US$ 3000 millones (y sumar deuda a su ya abultada cuenta de más de US$ 100.000 millones). Por eso, la reunión de De la Vega habría tenido más que ver con la salida del negocio en la Argentina que con su entrada, dado que tiene en venta DirecTV Latam, que tiene como principal interesado a Telefónica. En el mercado argentino, esa eventual transacción regional, implicaría para el grupo español el automático desembarco en el negocio de la TV paga con un volumen de mercado respetable.

En síntesis, tres grandes operadores convergentes compitiendo en todos los servicios parece el objetivo a lograr en el corto plazo, con la empresa estatal Arsat asegurando la supervivencia de cooperativas y pymes y arbitrando las asimetrías con infraestructura propia.

Lo que podría disparar estos movimientos sería una eventual fusión Telecom-Cablevisión (que está en conversaciones, aunque se lo niegue). Si eso sucede, el mercado convergente "se libera ya", dice una fuente del gobierno nacional. En otras palabras, si eso ocurriera, de inmediato caerían las barreras que aún separan a telefónicas y cableoperadores porque se eliminaría el plazo de dos años y se permitiría a los operadores satelitales dar acceso a Internet fija y móvil (ambas cosas ahora prohibidas por el DNU 267 con el que Macri reformó las leyes de medios y de telecomunicaciones).

Fintech Advisory, nuevo dueño de Telecom, tiene el 40% de las acciones de Cablevisión-Fibertel. El nuevo presidente de la telefónica, Mariano Ibáñez, fue CEO de Cablevisión cuando esa empresa se fusionó con Multicanal. A Telecom acaba de sumarse como director general operativo Roberto Nobile, que hasta hace pocos días ocupaba la misma función en la cableoperadora de Clarín, de la que también fue subgerente general. Por otro lado, esta semana la asamblea de accionistas de Cablevisión autorizó al directorio a emitir Obligaciones Negociables por hasta US$ 1000 millones, monto que podría incrementarse.

El camino parece allanado, pero esa fusión sólo ocurrirá -si ocurre- cuando ambas empresas sientan que están suficientemente consolidadas para pelear mejor la nueva participación accionaria, lo que podría demandar al menos un año y medio.

Mientras tanto, el riesgo de demorar las inversiones es cada vez más alto.

Hombres en pugna. Los líderes de las empresas y sus respectivos intereses
Carlos Slim, Claro-América Móvil
El empresario mexicano visitó días atrás al presidente Mauricio Macri: está listo para comprar Telecentro y Supercanal y consolidar su filial de Claro.

José María Álvarez-Pallete, Telefónica de España
El sucesor de César Alierta tiene entre manos la negociación con AT&T para la compra de DirecTV Latam.

Ralph De La Vega, AT&T
El vicepresidente de la telco estadounidense estuvo con el presidente Macri aunque no quedó claro si para invertir más o para salir de DirecTV Latam.

David Martínez, Fintech-Telecom Argentina
El CEO del fondo Fintech asumió el control de Telecom y no descarta una fusión con Cablevisión (Clarín), donde es socio minoritario.
Fuente: Diario La Nación