miércoles, 2 de marzo de 2016

Convergencia en Clarín: Una mirada desde adentro

Desde hace tiempo en Clarín se viene trabajando para concretar la unificación de las redacciones “papel” y “punto com”. Esto motivó varias reuniones de la Comisión Gremial Interna con responsables de la Redacción. El periodista Matías Longoni, escribió:

Hoy ha sido un día muy raro para mi. Después de trabajar 25 años como periodista de agencia y diario, con una jornada laboral que comenzaba luego del almuerzo (aunque uno siempre empezará a construir sus temas temprano a la mañana), y que terminaba bien entrada la noche, con la adrenalina del cierre, he comenzado a cumplir un horario cuasi de oficina en Clarín, de 8 a 14/15 horas. La intención del diario es que sus periodistas comienzan a pensar en clave de Internet y por eso promueven estos cambios violentos de horario (y estilos de vida).

Por ahora todas son sensaciones. Los beneficios son mayor tranquilidad y sobre todo poder hacer cosas que nunca hice: como ayudar con los deberes con mi hijo o quedar con alguien para ir al cine, sin temor a que todo se frustre a último momento.

El riesgo -la gran tentación del modelo web- es caer en un periodismo mucho menos artesanal y más efímero del que yo hacía para el papel, donde había que aplicar torniquete a fondo para que entraran en la caja todos los datos y las palabras.

El mayor peligro es que este cambio termine esfumando la especialización agropecuaria que yo supe construirme y en la que Clarín se supone que invirtió durante casi 20 años, porque la agenda diaria impondrá otros temas mucho más "urgentes". Espero que no, trataré de evitarlo: me parece clave que haya periodistas con oficio cubriendo el agro.

Mi gran temor, secretamente, es que finalmente triunfe dentro de la línea editorial del diario el periodismo mercachifle con el que he batallado durante todos estos largos años. Ya no estaré a horas de la noche para verificar con mi mirada seria y mi sola presencia -mi poca autoridad, que es solo moral- la lejanía de esos lobbies tan dañinos para el periodismo.

Pero bueno, a joderse. Clarín me paga el sueldo y todos ustedes han dejado de comprar el diario de papel, ahora prefieren leer solo los títulos, y de ser posible con una mina en bolas al costado. A mi, mientras tanto, aquel periodismo duro y artesanal me dejó bastante más pérdidas que ganancias, sin contar un poquito de fama.

Seguiré tratando de contar historias. Como dijo Discèpolo en su Mensaje: "Nunca quieras mal, total la vida que importa, si es tan finita y tan corta que al fin, el piolín se corta..."