"En los últimos tiempos hemos asistido a una encendida y multiplicada queja de Víctor Hugo Morales por su desplazamiento de la programación de Radio Continental. Por supuesto que comparto lo doloroso que debe ser para él quedarse sin el espacio del que dispuso por muchos años y no me detengo ahora a analizar la razonabilidad de la medida de la radio. He pasado por varios levantamientos de mis programas, a veces con alguna razón, falta de rating, facturación, etc. Otras, nada más que por una decisión política, porque el producto incomoda al poder de turno. Si hay alguien que conoce muy bien esta situación es Víctor Hugo Morales, ya que en 2006 Desayuno, que él conducía y yo producía, con siete temporadas en el aire, fue sacado de la programación sin previo aviso a tal punto que nos despedimos de nuestra audiencia un viernes promocionando lo que haríamos el lunes, y nunca más aparecimos en la pantalla del 7. Quedamos 32 personas sin trabajo, ya que el programa era nuestra única actividad, salvo el caso de Víctor Hugo y algunos pocos más, que tenían otra".
"¿Cuál fue el motivo del levantamiento? Seguramente nuestra línea editorial independiente en la que tenían cabida todas las voces ya que semanalmente pasaban por Desayuno como columnistas Raúl Alfonsín (UCR), Eduardo Duhalde (justicialista), Sergio Massa (en ese entonces director de la Anses) y quienes por ser parte de la actualidad eran de interés para nuestra audiencia, fuesen del signo político o ideología que fuesen. Pero lo que más le molestaba al gobierno de ese entonces, léase Néstor Kirchner , era lo que hoy parece paradójico, la posición de nuestro conductor sobre todo en el conflicto por las pasteras, ya que Víctor Hugo Morales estaba en contra de los cortes de los puentes sobre el río Uruguay y el gobierno los apoyaba. Por ello fui citado varias veces por el secretario de Medios de ese entonces para solicitarme que nuestro conductor cesara en su posición, que molestaba "al presidente Kirchner" (sic). En todas esas oportunidades le dije al señor Albistur que la independencia del programa y del conductor no la alteraría. Desayuno, pese a ser un programa en horario casi marginal, era por lejos el de mayor facturación y el segundo en audiencia entre todos los programas del canal, lo que despeja cualquier duda sobre los motivos de su intempestivo levantamiento".
"Hoy, a casi diez años de los hechos, me llama la atención que Víctor Hugo Morales haya olvidado una situación tan tremenda y similar a la que está viviendo en estos momentos".
Eduardo Metzger, metzgereduardo@hotmail.com
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El productor televisivo Eduardo Metzger, habló con Marcelo Andrada del portal Hurlincom sobre el levantamiento del programa:
¿Cuál fue el motivo por el cual la gerencia de programación de Canal 7 decidió que Desayuno cambiara de editorial y luego que se levantara? En los últimos meses ¿trabajaban tranquilos?
En nuestro trabajo, y más un medio del Estado, nunca se puede trabajar absolutamente tranquilo. Pero por el estilo que tenemos, que es de absoluta libertad, hubiese sido más difícil hacer el programa en un canal privado, porque los monopolios tienen intereses empresariales tanto en lo político como en lo comercial que pueden rozar con un comentario y, entonces el trabajo sería más complicado.
¿De qué forma le avisaron sobre el levantamiento del programa? Rosario Lufrano, la gerente de programación de Canal 7 ¿habló con ustedes?
A mi mandaron una nota muy apresurada, se ve que no se animaron a mandarme una carta documento porque tendrían miedo que no llegara, ya que la enviaron el viernes pasado. A Víctor Hugo (Morales) lo llamó ese mismo día Néstor Piccone (coordinador de contenidos del Servicio Nacional de Medios Públicos) a Alemania para darle la noticia. Y Lufrano nunca vino a hablar con migo, ni siquiera había hablado antes de que tuviera un cargo en el canal. Es raro que un productor que tenga un programa de tres horas en ese medio no sea citado para hablar.
¿Le molestó que Piccone haya dicho que hubo problemas de facturación entre Desayuno y Canal 7?
Ese tema lo voy a arreglar con los abogados. Que me perdonen pero Piccone no tiene la menor idea de lo que es la televisión. ¿Qué antecedentes tiene?. Quizás hizo televisión en otro país, pero yo nunca lo vi trabajar en la TV argentina. Lo que dijo es una chicana, no existe. Lo que hacemos nosotros es una coproducción, el canal como medio nacional necesita que yo le facture. Pero no se puede hacerlo porque tenemos una coproducción. Lo que hago es facturarle a las empresas, y eso hace que hagamos facturas cruzadas para nivelarnos. Es un tema administrativo, no es que yo le deba plata al canal, al contrario me deben una parte de la gestión anterior. Una de las dificultades también era el tema del contrato, que desde fines de 2004 era mensual, y nosotros no queríamos que fuera de esa manera. Era una barbaridad, y eso nos causaba problemas con las facturas.
Una de las hipótesis del levantamiento es que a la gerencia de programación de Canal 7 le molestó el comentario que hizo Víctor Hugo Morales sobre el acto que realizó el Presidente Néstor Kirchner el 25 de mayo
Es probable, siempre molestan los comentarios. Con Víctor Hugo tengo una amistad de muchos años, y tenemos la misma concepción de lo que debe ser un programa periodístico, un magazine como el nuestro, que es darle un espacio a todas las voces, y eso hizo que Desayuno transitara por los últimos cuatro gobiernos distintos. Porque si yo hubiese sido oficialista en el momento en que empezó el programa, durante el gobierno de (Fernando) De La Rúa, y cuando cayó nos podrían haber echado. Esa pluralidad de voces nos permitió seguir con los demás gobiernos hasta este también. Ahora, lo que veo es que se ha acentuado en tratar de dominar lo que se dice, aunque a mi no me venían a decir “vos tenés que decir tal cosa”. Pero, evidentemente hay cosas que irritaron.
Esa dominación en “lo que se dice” a la que usted aduce ¿se acentuó a partir de la asunción de Lufrano a la gerencia de programación?
Si, por supuesto. Pero lo nuestro no pasó para decirnos: “no nos gusta esto”, solamente el 25 de mayo, porque ese comentario les molestó, se entendió mal, ese día yo no había ido al canal pero sé lo que pasó. Lo que dijo Víctor Hugo –era un jueves que hubo estrenos de cine- que las personas que no van al acto en Plaza de Mayo pueden ir a ver tal película. Dio una información, pero no arengó para que no fueran. Además haría el ridículo; es ofender a la inteligencia de Morales pretender que la gente va a dejar de ir a la Plaza para que fueran al cine.
El levantamiento de Desayuno ¿pudo haber influido la amistad que usted tiene con el ex presidente Raúl Alfonsín, que promueve la candidatura a presidente en el 2007 del ex ministro de economía, Roberto Lavagna?
Yo no podría contestar esa pregunta, habría que preguntarle a los funcionarios del gobierno. Pero si observan el programa se darían cuanta que el doctor Alfonsín hace varios meses que no aparece en el programa. Lo llamamos cuando se produce un hecho. Es más, el día del aniversario del derrocamiento a (Arturo) Illía, que no lo dejaron entrar a la Casa de Gobierno, nosotros lo mencionamos como un título, ni siquiera lo citamos para que venga. Lavagna tampoco aparece en Desayuno, ni siquiera hacemos una sutil acción de su candidatura. Pensar eso es ridículo, porque nosotros somos independientes. A mi me parece sorprendente que crean que por mi amistad con Alfonsín voy a promover la candidatura del ex ministro, porque este Gobierno tiene mucha aceptación, una aprobación muy alta por parte de la gente. No sé por qué les preocupan tanto. A mi me da la sensación de que no puede ser eso.
¿Cuándo y en qué circunstancias surgió su amistad con Alfonsín?
Aclaro que yo soy amigo de Alfonsín, pero no soy ni militante radical ni de otro partido. Mi amistad con el ex presidente comienza durante la apertura a la democracia –los militares me habían echado y en 1979 me pusieron una bomba en mi casa-, y decidí que debía apoyar a alguien para que cambiara las cosas. En el 84 tenía una empresa de producción, con móviles y equipos, y le hice toda la campaña. En esa época estuve como un militante, y luego quedó la amistad. Y cuando Alfonsín asume en diciembre de 1983 yo estaba sin trabajo, y yo era la única persona que él conocía que trabajaba en televisión. Me podía haber ofrecido ser el director nacional de toda la televisión, porque los canales estaban en manos del estado o interventor de ATC, y no acepté, lo único que le dije es: “lo que quiero hacer es un programa”, pero no tenía nada armado. Es por eso que salgo con El Espejo en septiembre del 84, diez meses después de su asunción. Pero al final de su gestión fui interventor de Canal 13 por ciertas necesidades, ya que había algunos problemas de manejos económicos y había que entregarle al nuevo gobierno sin dificultades.
El nuevo eslogan Canal 7 es “la televisión pública”, para usted ¿cumple con este lema?
Esta gente que asumió en el canal le cambió el eslogan anterior por “la televisión pública”, y para llegar a tal afirmación es muy serio, porque un canal del Estado no es un canal del gobierno, sino que debe abrir puertas a todas las expresiones; no solo en lo político, sino también en lo cultural y en lo deportivo. Que sea la televisión pública, que sea de todos. Creo que eso lo va a enaltecer a este gobierno. Por otra parte, no tienen que preocuparse por la competencia, sino que debe darle al televidente lo que no ofrece los canales privados, que están obnubilados por el tema de la audiencia, con los programas que no tienen rating. Además, Canal 7 no debe ser.