jueves, 11 de febrero de 2016

Cristián Hernández Larguía 1921 - 2014

Cristián Hernández Larguía fue director y fundador de Pro Música Rosario, director del Coro Estable de Rosario, pionero en la difusión de la música antigua en Argentina, docente y amante de la vida. De formación principalmente autodidacta, compartió experiencias y se perfeccionó junto a músicos de renombre como Pablo Casals, Noah Greenberg, Erwin Leuchter, Robert Shaw, Juan José Castro, Teodoro Fuchs y Karl Richter, entre otros.

Hernández Larguía contó que su vocación comenzó a moldearse a muy corta edad. Su padre, arquitecto, trabajaba escuchando la música que salía de una gran vitrola a cuerda; y ahí estaba siempre Cristian, a quien -cuando tenía 3 o 4 años- le hizo una escalerita para que llegara al aparato y pusiera sus discos favoritos: uno de coros de los cosacos del Ural y, más grande, el concierto para dos violines de Bach, que se sabía de memoria.

"Esa era la música que se escuchaba en casa, así que yo estaba educado en forma indirecta. Pero creo también hay una disposición natural en las personas, aunque a decir verdad nunca me he preocupado por analizar eso, las cosas son así y que otro se dedique a investigar (risas)", comenta quien, de chico, también disfrutaba las sobremesas musicales en familia.

"Tuvimos la suerte de ir al Colegio Alemán donde se le daba mucha importancia a la música. De grande vine a enterarme que lo que cantábamos en la escuela era Beethoven, Shubert, Mozart, Hayden y esa gentuza (risas). En casa cantábamos lo que aprendíamos en el colegio, mi madre tenía una voz hermosa; y también jugábamos a las adivinanzas: hacíamos un ritmo golpeando en la mesa y el otro tenía que adivinar qué tema era", recuerda con alegría.

"Hace varios años, con mi padre ya muerto, se le hizo un homenaje. Y alguien que había sido su alumno me dijo «vos no te das una idea del disgusto que le diste cuando decidiste dejar la carrera» (risas). El sólo me había dicho «bueno hijo» y no se habló más del asunto. Siempre me apoyó y tuve la suerte de que pudiera ver que yo no había hecho tan mal en abandonar Arquitectura", cuenta entre risas este hombre que se considera un privilegiado por las oportunidades y los maestros que tuvo; y que rehúsa hablar de su propio talento. "No sé, esa parte no la conozco", dice.
Qué hubo además, en su infancia para que su vida se orientara al arte, le preguntó el periodista Raúl Vigini:
"Es una pregunta breve, que da lugar a una larga respuesta. Nací en Buenos Aires muy cerca de las Barrancas de Belgrano, al lado de la estación de trenes. Al año fui a vivir al campo. A los dos años vine a Rosario, ciudad que nunca más abandoné. Con mi hermano Iván tuvimos una infancia envidiable: gran libertad controlada, padres excepcionales que se ocuparon y preocuparon por darnos una buena educación, basada en la cultura y el respeto al prójimo. Especialmente al sexo opuesto.

Mi abuelo, Lucio Correa Morales, fue el primer escultor nacido en la Argentina, que tuvo el país. Varias de sus esculturas se encuentran en parques y plazas de Buenos Aires. “El Negro Falucho” es la primera escultura de autor argentino, erigida en un paseo público, en el país. Entre sus alumnos más distinguidos, se encuentran: Pablo Curatela Manes, Pedro Zonza Briano, Rogelio Yrurtia… Era muy amigo del Perito Moreno, a quien acompañó en sus exploraciones por la Patagonia, en carácter de fotógrafo y dibujante. Tocaba la guitarra, la mandolina y la flauta travesera. El grupo escultórico “La Cautiva”, está emplazado frente al Museo Nacional de Bellas Artes. En San Juan se encuentra el monumento a Fray Justo Santamaría de Oro. En la ciudad de Córdoba el monumento al Deán Funes. En Mercedes, provincia de Buenos Aires, la estatua de Bartolomé Mitre.

Mi abuela, Elina González Acha, perteneció a la primera camada de maestras sarmientinas y se hizo cargo de la Dirección de la Escuela Normal Nº1 de Buenos Aires, a los quince años. Pintaba y ganó en 1915 un premio en una exposición realizada en San Francisco, Estados Unidos.  Escribió varios libros dedicados a la lectura en la escuela primaria y otros dedicados a los niños. Uno de estos fue premiado en Estados Unidos.

Fue una de las primeras feministas argentinas junto a la doctora. Cecilia Grierson, y otras. Fue socia fundadora de la Sociedad Geográfica Argentina y Presidente de la misma, hasta su muerte. Dominaba seis idiomas, entre ellos el griego y el latín. Junto a mi abuelo se dedicó a defender los reclamos de tierras de los indios onas. Cuando mi abuelo murió, el féretro fue cubierto por un poncho tejido por los indios en su homenaje.
Mi tía Lía -hija de Lucio y Elina- pintora, tiene varias obras en el Museo Nacional de Bellas Artes, y casó con el escultor Rogelio Yrurtia, alumno del abuelo Lucio. Mi padre, que se interesaba por las Bellas Artes, fue arquitecto y proyectó el Museo Municipal local, del cual fue su primer director. Mi casa paterna era un museo. Todas las paredes, hasta los mínimos huecos, salvo la cocina y los baños, estaban tapizadas de obras de pintores argentinos, además, una importante colección de obras coloniales de la Escuela Cuzqueña.

Pero quizá lo que más nos marcó, fueron los almuerzos y cenas en mi casa paterna. Allí podíamos, con mi hermano Iván, encontrarnos, con Jorge Luis Borges, Roberto Giusti, Francisco Romero, el pintor japonés Tsuguhauri Foujita, el grabador húngaro Sergio Sergi, las hermanas Cossettini, Julio Payró, Jorge Romero Brest, músicos, artistas plásticos, escritores, poetas, filósofos, en fin, como solía decir mi hermano Iván:”Con esos antecedentes y con un entorno cultural como ése, salvo que fuéramos unos paquidermos, algo debió quedarnos”.

Entre tantos personajes que circularon por la casa paterna, había uno, por entonces, conocido como Héctor Roberto Chavero Aramburu. Años después Atahualpa Yupanqui. Sucede que Juan, el hermano de mi padre, vivía con don Ata y el poeta gauchesco uruguayo, Romildo Riso, autor del texto de “Los ejes de mi carreta”, la conocida obra a la cual Yupanqui le puso música. Se daba entonces, que Chavero nos visitara, de vez en cuando, para darnos una guitarreada.

Como usted verá, la cosa era muy variada: Había de todo como en botica. Pero hay más: mi casa era una de puertas abiertas, y era una norma que los domingos, para la hora del té -five o’clock tea- se arrimaran una cantidad de jóvenes, entre los que podían encontrarse, especialmente poetas y escritores: Felipe Aldana,  Jorge Riestra, Irma Peyrano, Rodolfo Vinaqua, y otros que he olvidado. Piense que estoy hablando de la época de la Segunda Guerra Mundial. Mis padres figuraban como otros más de la patota. Mi padre, Don Hilarión, preparaba los infaltables scones. En la mesa se daban cita los nombrados, más otros amigas y amigos, donde frecuentemente se producían “acercamientos”, algunos de ellos duraderos. Durante un año se agregó a la Patota Dominguera, el doctor Erwin Leuchter.

Es decir, que si bien es cierto que se trataba de una reunión de amigos, eso no excluía el tratamiento de temas trascendentes. Hacia el final de la reunión -19,30- era de cajón reunirnos alrededor del piano y cantar los himnos de los aliados -Segunda Guerra- y canciones antinazis como Die Moorsoldaten.... También las canciones que habían cantado los Republicanos en la Guerra Civil Española: ¡Ay, Carmela!, “Los cuatro generales”, “La Internacional”, etcétera, entre las que nunca faltaba: “Si los curas y monjas supieran la paliza que van a llevar, subirían al coro cantando ¡Libertad!, ¡Libertad!, ¡Libertad!”.
La creación del Pro Música de Rosario
"Mi interés por la Música Antigua se había despertado, como dije, cuando comencé a estudiar piano con una profesora que era clavecinista. Fue a principios de la década del 40, cuando pude concretar ese interés, en mí latente, por dicha música. Se produjo cuando me hice cargo del Coro de Alumnos y creé el Quinteto de Madrigalistas de la Cultural Inglesa. Con el Coro de alumnos realicé algunas obras de la Edad Media. Con los Madrigalistas realizábamos música del Renacimiento inglés. De cualquier forma debo destacar, que por esos años hablar de flautas dulces o de laúdes, era hablar de instrumentos exóticos. De hecho, las partes de laúd, con el Grupo de Madrigalistas, las realizábamos con una guitarra. Recién, finalizada la Segunda Guerra Mundial, fue posible conseguir el material musical y los instrumentos adecuados para hacer esas músicas: Edad Media y Renacimiento. Concretando: lo de la Música Antigua, se me había ocurrido allá lejos y hacía tiempo, pero recién pude llevar a cabo la idea, alrededor de 1960. El obvio objetivo: gozar y dar a conocer esas músicas, por esos años, prácticamente desconocidas. Somos considerados pioneros en la difusión de esas músicas a nivel nacional. También en la difusión de la Música Colonial Latinoamericana".

"El canto coral es la única actividad artística que está al alcance del hombre común", dijo y recordó: "Con Pro Música, hace más de treinta años que realizamos algo que llamamos “Cantemos la Navidad”, donde enseñamos al pueblo a cantar con nosotros algunos villancicos navideños. En algunos de esos “Cantemos”, realizados en el Patio Cívico del Monumento Nacional a la Bandera, hemos llegado a congregar unas dieciocho mil personas -algunos dicen veinte mil-, que, como digo, cantan con nosotros. A veces, a dos voces. A veces, Corales de Bach…"

Dicen de Cristián
Cristián Hernández Larguía, prócer de la cultura universal
A la Argentina la honraron eminentes personalidades. Baste con citar a Jorge Luis Borges entre dicha pléyade. Algunos conquistaron premios Nobel. Cristián Hernández Larguía no lo precisó por ser uno de nuestros próceres. Porque no solo fueron próceres quienes manejaron la espada y el fusil en defensa de nuestro país, o los que nos salvaron del oscurantismo mediante la pluma y la palabra en la escuela. También lo fueron las personalidades de alta calidad y dignidad. Y sobre todo los pocos que dejan huellas palpables e imborrables en el hombre común. Por esto, la gesta de Cristián Hernández Larguía no se reduce al grupo vocal instrumental Pro Música de Rosario, que fundó en 1962; ni por haber sido director titular del galardonado Coro Estable, y de su Grupo Juvenil desde 1946, y de la Orquesta de Cámara de Rosario. Es más aún por la fabulosa irradiación del Pro Música a través de su decena de organismos dedicados a la enseñanza y al fomento de la música desde la niñez con diversos conjuntos, la gran epopeya de Hernández Larguía. Su nombre quedará impreso en la memoria de cientos de miles de músicos y oyentes que pudieron cultivar y conocer la música antigua, desde las épocas del Medioevo y el Renacimiento hasta la del Barroco.
René Vargas Vera - crítico de música y compositor

Cristián es mi gran maestro, mucho de lo que hago y soy se lo debo a él. Que se entienda claramente: no es que con Cristián aprendía Dirección Coral y por eso salí Luthier, no: eso en el derrotero de mi vida fue tan solo una bifurcación inesperada. Hoy somos muy buenos amigos, nos juntamos las dos parejas cada vez que podemos (nosotros somos los grandes hombres que estamos detrás de Carina y Carolina). Me da mucho placer encontrarme con él y continuar aprendiendo. Porque sigue descubriendo y revelando secretos. Lo que nunca quiso contarme es el secreto de la eterna juventud.

Y también estuvieron los verdaderos artistas. Aquéllos que se pusieron al servicio de la música y de sus compositores. Hay unos cuantos nombres a nivel mundial a quienes yo pienso que se puede conferir este crédito. Pero no muchos, sólo un puñado. Y nosotros tuvimos a Cristián.
Carlos López Puccio - dirige Estudio Coral de Buenos Aires e integra Les Luthiers

"Dirigía con moderados gestos que reflejaban cada matiz de la frase musical y un absoluto control de cada sonido. Su dirección fue, en verdad, la de un virtuoso"
The Washington Post

"Saca música de su Conjunto con la naturalidad y persuasión de un Barbirolli"
"The Evening Star", Washington
Autor: Andrés Macera
"Un auténtico maestro entre los maestros dedicados al género"
"El Universal", Caracas

"Cristián Hernández Larguía, un excepcional músico argentino que, merced a su persistente actividad como docente y director de coros, ha convertido a la ciudad de Rosario en foco de irradiación cultural".
Martin Müller, "La Nación", Buenos Aires

"Ojalá contáramos aquí con un Hernández Larguía, sobresaliente conductor y artista"
El Nacional, Caracas

“Cristián Hernández Larguía, un auténtico maestro entre los maestros dedicados al género”
"El Universal", Caracas

"Cristián Hernández Larguía..., vivía cada instante la selecta música que conducía, logrando alcanzar el éxtasis de su sensibilidad musical, consagrado en cada momento, transmitiendo al público el sentir de aquella época a través de sus ingeniosos y discurridos gestos ..."
La Estrella, Panamá

"Su labor y la del Conjunto es de las que legítimamente pueden enorgullecer a sus autores y al medio que los ha producido"
Clarín, Buenos Aires

"Son muchos los rosarinos que andan triunfando por el mundo. Algunos viven en otros países ... Otros lo hacen circunstancialmente, como es el caso de las giras del Pro Música de Rosario, que prueba en cada oportunidad que es, sin duda, uno de los mejores conjuntos internacionales en su tipo y Cristián Hernández Larguía, su director, una figura única a la que tanto le debemos los rosarinos..."
Alberto C. Vila Ortiz, La Capital, Rosario

"... Hermosa conducción del director, que posee una verdadera sensibilidad musical"
Juicio del Jurado.l Concurso Polifónico Internacional de Arezzo 1981

"Músicos de la talla y los conocimientos del Profesor Hernández Larguía hacen variar favorablemente la imagen que se tiene de un país en el exterior"
Keith Mac Millan. Sec. Ejec. Consejo Musical Canadiense

"Fue un deleite observar las sugerentes señas del director. La seguridad con la que el director fue dando los ritmos, respetando los contrastes, nos dio la sensación de que sólo así debía ser"
Hans Toelle. Siegener Zeitung, Alemania

Formación autodidacta
¿Cuáles son las ventajas y desventajas que le encuentra a este tipo de aprendizaje? 
No creo que se trate de ventajas o desventajas. Es un sistema, por llamarlo de alguna forma, que me vino bien a mí. Conozco muchos colegas a los cuales les hubiera ido pésimo. Cuestión de subjetividad.

¿Cómo influye, si es que lo hace, su condición de ateo, a la hora de interpretar música sacra?
Soy ateo pero no soy fanático. Al fin y al cabo es por la misma razón que habiendo afirmado mi fe republicana allá por el año 1931, en la Guerra Civil española me dedico frecuentemente a realizar "Músicas Reales". Respecto a la música del Cristianismo (católica, protestante, ortodoxa, etc.), me considero uno de los directores que más música de esta corriente ha realizado a la fecha en el país. De hecho he participado, en varias ocasiones, en Misas Cantadas con Pro Música realizando el Ordinario.

¿Cuál es el secreto para seguir tan activo y vital a su edad? 
Le diré que normalmente contesto que se debe a que siempre he trabajado en lo que más placer me produce: hacer música.

También argumento que siempre me he dado los placeres en vida. Comer y beber a piacere, sin pensar si es yin o yan. Siempre he comido lo que me gusta, sin pensar si hace bien o no.
También incluyo el no hacer gimnasia ni ningún tipo de deportes.

Sin embargo, mi hermano, una vez que decía mi discurso al respecto, observó: "Te olvidás que nuestro tatarabuelo murió a los 110 años".

Estaba trabajando, apartando hacienda, y murió como consecuencia de una rodada de caballo.
Ser descendiente de longevos parece que es el secreto.

"No tengo ni períodos ni músicos preferidos. Todo depende del día, de la hora y mucho del estado de ánimo. Puedo lagrimear con un Coral de Bach como puedo también, en otro momento, hacerlo escuchando 'La que nunca tuvo novio', en versión de Mederos en bandoneón", contó el destacado maestro.
En 2012 charló con el periodista Pedro Squillaci, del diario La Capital sobre su mirada sobre la música popular: "Me gusta mucho Piazzolla, me gusta mucho el jazz, me gusta el tango, la milonga, no me gusta el cuartetazo, la cumbia, y no me gusta lo que llaman rock nacional, porque es una mentira".

¿Por qué le parece una mentira?
"Porque si es nacional no es rock y si es rock no es nacional. A ningún alemán, que tocan rock más que acá, se le va a ocurrir que porque ellos cantan rock en alemán el rock es nacional. El rock es inglés y norteamericano, pero lo que pasa que como nosotros tenemos ese problema psicológico con los yanquis y con los yonnis no lo podemos tolerar, aunque también hay que admitir que hay razones para no tolerarlos", dijo.

Y ensayó sobre cómo quería que fuera su final: "Cuando muera me gustaría evaporarme. Venimos de la nada y vamos a la nada".
Algunos reconocimientos, premios y distinciones

  • Diploma de Reconocimiento a la Labor Cultural, Universidad Nacional de La Plata, 1977.
  • Premio “Juan José Castro” del Fondo Nacional de las Artes, 1982.
  • "Gloria de la Cultura Nacional", Municipalidad de Buenos Aires, 1984.
  • "Ciudadano Ilustre", Municipalidad de Rosario, 1985.
  • "Konex de Platino" Mejor Director de la Década (1989).
  • "Premio Especial Tribuna Musical" (UNESCO) por CD de la “Pasión según San Mateo de J.S.Bach, 1997.
  • Miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes, 1999. 
  • Premio "Una Manera de Vivir", 2000
  • Premio a la "Trayectoria Honorable como Director de Coro", Senado de la Nación, 2001
  • Premio "Intérpretes Destacados de la Provincia" (al Pro Música y a su director)/ Cámara de Diputados de la Prov. de Santa Fe (2004)
  • Premio TRIMARG de la Tribuna Musical Argentina (UNESCO) al CD "Danzas, Sones y Nanas del Barroco Americano" (Pro Musica Antiqua Rosario) (2005)
  • Incorporado a la nómina de "Mayores Notables" por la Cámara de Diputados de la Nación (2006)
  • Reconocido como “Maestro de la Cultura” por el Gobierno de la Prov. de Santa Fe (2006)
  • Distinción a la trayectoria ACMA (Asociación de Críticos Musicales de la Argentina (2007)
  • “Socio Honorario ADICOFE” (Asociación de Directores de Coros de la Provincia de Santa Fe, 2011)
  • Distinción a la trayectoria (Mozarteum Santa Fe, filial Salzburgo, 2013) 
  • Diploma de Reconocimiento a la Labor Cultural, Universidad Nacional de La Plata, 1977
  • Premio Anual en Mérito a su Labor en Pro de la Cultura, Rotary Club de Rosario, 1977
  • Premio "Juan José Castro" del Fondo Nacional de las Artes, 1982
  • Premio "Santa Clara de Asís", 1982
  • Konex de Platino, 1989
  • Atril de Plata SADAIC, 1991
  • Círculo de Oro, 1992
  • Premio Magazine, a la labor cultural y artística de alcance local y nacional, 1993
  • Ha sido incluído en el "Who is who in Music" (Cambridge, Inglaterra), 1994
  • Nominado "Músico del Año" (Cambridge, Inglaterra), 1994
  • Ha sido incluído en el Diccionario Enciclopédico de la Música Española e Hispanoamericana" editado por el Ministerio de Cultura Española y la Sociedad General de Autores de España, 1995
  • "Nobilísima Orden de la Chaveta", Sociedad Argentina de Artistas Plásticos, 1995
  • Distinción del Museo Municipal de Bellas Artes "Juan B. Castagnino" por su permanente colaboración a la cultura de la ciudad, 1996
  • Premio Especial "Tribuna Musical" (UNESCO) por CD "Pasión según San Mateo" de J.S.Bach, 1997
  • Distinción del Honorable Concejo Municipal de Rosario por la realización de la Pasión según San Mateo" de J.S.Bach (en 1996), "que le valiera el reconocimiento de la crítica nacional e internacional", 1997
  • Miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes, 1999
  • Premio a la "Trayectoria Honorable como Director de Coro", Senado de la Nación, 2001
  • Reconocido como “Maestro de la Cultura” por el Gobierno de la Prov. de Santa Fe (2006)
En 2014 dialogó con el Pastor de la Iglesia Evangélica Misionera Argentina, José María Silvestri, en su Canal Luz:
Fuentes: Diario Castellanos, El Apasionado, Cámara de Diputados de la Nación, Diario La Capital, Grupo Asegurador La Segunda, Canal Luz, Señales