domingo, 24 de enero de 2016

Tiempo Argentino y Radio América: Una salida parcial fruto de la inmensa lucha del gremio de prensa

A medio día del viernes 22/01 se supo que, finalmente, la patronal vaciadora de Sergio Szpolski y Matías Garfunkel habrían vendido el 100% de las acciones de Balkbrug S.A . (Tiempo Argentino) y Desup S.A. (Radio América) al grupo inversor M – Deluxe. Se trata de una compañía correntina ajena a la industria de medios que se desempeña en el mundo del espectáculo y como un fondo de inversión con capitales norteamericanos

El protagonismo de la lucha
A la hora de informar la operación, el propio Sergio Szpolski reconoció a los delegados que su intención inicial era la de capitanear una salida propia (incluso a costa de seguir hambreando a los trabajadores), pero que las dificultades financieras y, fundamentalmente, el estado público del conflicto —resultado de la intensidad de la lucha— lo obligaron a deshacerse de ambos medios en las condiciones existentes.

Es que los trabajadores de Radio América cumplieron su 15° día de paro mientras que el conjunto de los medios del G23 vienen desarrollando un plan de lucha desde hace ya casi dos meses. En el caso de Tiempo Argentino, por ejemplo, con quites de firmas, paros 6 y 24 hs y estado de asamblea permanente con afectación de tareas.

Desde las primeras señales de vaciamiento, cuando la patronal no depositó los salarios de noviembre a las ediciones zonales del diario gratuito El Argentino (Córdoba, Rosario, Mar del Plata, GBA Sur y GBA norte) se dio inicio a un plan de lucha conjunto de los medios de todo el G23 acompañado desde el primer momento por el nuevo sindicato de los trabajadores de prensa, el Sipreba. En un mes se sucedieron tres movilizaciones al Ministerio de Trabajo y a las oficinas de la compañía, actos, colectas y ollas populares.

Ese estado de la movilización puso el conflicto en el centro del debate político y acorraló a la patronal vaciadora que, al mismo tiempo que expuso una supuesta crisis interna en su directorio, se negó a dar respuesta con su propio patrimonio al incumplimiento en el pago del aguinaldo y el sueldo de diciembre en la mayoría de las empresas del grupo.

Esta lucha del G23, que sigue en curso, ha ganado un inmenso apoyo dentro del gremio y a escala de la población en general. En sólo tres semanas el fondo de huelga reunió más de 100 mil pesos a través de donaciones directas, colectas en las plazas y en las redacciones (en Clarín se juntaron más de 7 mil pesos y en la TV. Pública 8500). Los trabajadores de prensa saben que todas las patronales preparan un ajuste en regla y esta batalla, por lo tanto, es estratégica.

Los más de 800 trabajadores distribuidos en alrededor de 10 medios gráficos, digitales, radiales y televisivos dieron sobradas muestras de organización y disposición a la lucha. El cuerpo de delegados independiente de la patronal —parte sustancial de la construcción del Sipreba y del proceso de unificación de los trabajadores de prensa con una marcada orientación de independencia política con las patronales— actuó en todo momento en forma coordinada y unificada.

Macrismo, kirchnerismo e independencia política
El Ministerio de Trabajo hizo oídos sordos a los reclamos de los trabajadores con la idea de dejar que la empresa se derrumbara por su propio peso como parte de un ajuste de cuentas con el kirchnerismo. Recién comprometió una intervención a partir de la decidida y masiva movilización de todo el gremio el miércoles 20/01, a partir de la cual intimó a la empresa a comparecer en una audiencia para la semana próxima.

El kirchnerismo que, además de financiar durante un lustro a la patronal vaciadora, llevó como candidato a intendente de Tigre al propio Sergio Szpolski, dio un apoyo formal al conflicto a través de su bloque de diputados pero sin aportar al fondo de huelga (actitud distinta a la de la base K en las colectas callejeras) y limitando el reclamo a un cuarto de los trabajadores a través de la consigna “No al cierre de Tiempo Argentino” e intentando colocarla en la órbita de la disputa ideológica entre el kirchnerismo y el nuevo gobierno de la mano de La Cámpora y 678. Los rumores de una salida por la vía de una asociación entre la camarilla kirchnerista y un empresario afín se habrían visto desmentidos por la realidad. En todo momento los trabajadores, sin rechazar los apoyos de donde vinieran, actuaron con la conciencia de que la lucha es un conflicto gremial del conjunto del G23 y que, en este escenario, asociarla a una “epopeya camporista” iba a actuar más como un lastre que como un impulso.

El operativo rescate, según las primeras percepciones, vendría de la mano de la “liga de los gobernadores” del PJ que estarían buscando una plataforma de medios independiente de la camarilla K.

Salida parcial, la lucha continúa
La nueva patronal asumió el compromiso verbal (el martes lo formalizaría) de resolver la deuda salarial en cuatro pagos semanales y de mantener los puestos de trabajo. Además, aseguraron tener un plan de inversión (basado en ganancias futuras) para normalizar la empresa y ampliar la tirada y distribución al interior del país.

La operación de traspaso de la licencia de radio América todavía debe ser homologada por los organismos del Estado. Los trabajadores se encuentran en estado de alerta y movilización a la espera del cumplimiento de los compromisos, la confirmación oficial de la operación y la garantía del respeto de las conquistas obtenidas durante 6 años de intensa actividad gremial. El paro en radio América continúa hasta tanto se depositen efectivamente los salarios.

Por otro lado, la venta de dos de los principales medios del G23 abre definitivamente una política de desguace del G23. La patronal ya ha planteado la supuesta venta de El Argentino sin informar el comprador, el cierre de los zonales y posiblemente de la revista 7 días y Cielos Argentinos, comprometiendo cerca de 50 puestos de trabajo. Esta planteada la continuidad de la lucha por el pago de los salarios adeudados, contra el vaciamiento y el desguace y por la defensa incondicional de los puestos de trabajo en todo el gremio de prensa. Esta semana serán días decisivos para el destino de la lucha. El Estado debe intervenir sobre los activos del G23 y el patrimonio personal de los miembros del directorio para garantizar los derechos de los trabajadores.

El próximo domingo se realizará en Parque Centenario un masivo festival solidario con prestigiosas bandas, se profundizarán las medidas y se mantendrá el fondo de huelga en todo el gremio de prensa.

Tanto el gobierno como todo el movimiento obrero deben tomar nota de esta gran lucha y de la respuesta decidida de los trabajadores de prensa. Los unos como una señal de que el ajuste no pasará con facilidad, los otros para confirmar, una vez más, que la lucha siempre garpa.
La Naranja de Prensa

Ilustración: Cecilia Martínez Rupell