El Gobierno de Syriza lanzará una licitación internacional que distribuya las licencias en base a criterios objetivos: las cadenas actuales llevan más de 25 años operando con licencias temporales. Las televisiones privadas tienen una imagen pésima en Grecia y, junto con Nueva Democracia, denuncian ahora un ataque a la libertad de expresión que pocos comparten. El Ejecutivo creará una autoridad independiente audiovisual consensuada por el Parlamento y pedirá a los aspirantes que sean viables económicamente y no tengan conflictos de intereses
Por: Pablo García
Los representantes del Gobierno griego están en Bruselas negociando la reforma de las pensiones antes de la primera revisión del tercer rescate acordado en julio (más de 80.000 millones de euros), la que permitirá un nuevo desembolso. Y algo más, como discutir la reforma que alterará el paisaje televisivo en Grecia. Se trata de una reforma lanzada como proyecto de ley en octubre y que se perfila ahora, que goza de bastante aceptación en el país por la pésima valoración que tienen las cadenas privadas griegas.
Muchos de los grandes conglomerados de televisión (Mega TV, Skai, Star, Ant, Alpha) emiten desde 1989, cuando la televisión era analógica, mediante “licencias temporales”: en la práctica, esto significa que desde hace más de 25 años muchos grupos mediáticos no pagan nada al Estado por operar en abierto. El paso a la televisión digital mantuvo ese estátus. Esa situación propició unas relaciones muy estrechas entre los diferentes Gobiernos de Nueva Democracia y Pasok y los propietarios de los medios, que a su vez poseen constructoras, navieras, contratos en grandes obras públicas, etcétera.
El Ejecutivo de Syriza quiere un marco televisivo que cumpla las normas europeas (la Directiva 2010/13/UE), y por eso discute esta propuesta con la Troika, algo que confirman en Bruselas pero no en Atenas. El primer ministro Alexis Tsipras ha tomado como modelo televisivo y radiofónico el que siguen otros estados miembros, entre ellos España, Portugal o Italia, explican en el Gobierno griego.
El nuevo mercado audiovisual repartirá licencias por un periodo de 10 años a través de una consulta pública seguida de concurso en el que podrán participar medios internacionales. Es un modelo regulatorio que aterra a los dueños de los medios, muchos de ellos tenidos por oligarcas en Grecia. De hecho, la oposición liderada por el partido derechista Nueva Democracia está blandiendo la amenaza a la libertad de expresión, sin demasiado éxito. Entretanto, la televisión pública ERT, clausurada en 2013 por Nueva Democracia y reabierta dos años después por Tsipras, sigue ganando audiencia en detrimento de las privadas.
Ese modelo, según un borrador al que ha tenido acceso eldiario.es, tendrá dos requisitos capitales: en primer lugar, “transparencia en la propiedad”, lo que significa que la compañía candidata tendrá que presentar un programa de viabilidad financiera y tener una deuda sostenible; y en segundo lugar, “pluralismo y competencia abierta”: quedarán excluidos aquellos actores “involucrados en el mercado de la radiodifusión y la publicidad”, los “convictos de delitos graves”, los “dueños de negocios que sostienen contratos con el Estado griego” y aquellos que “carecen de certificados de pago de impuestos y de seguros sociales”.
En la práctica, esto se traducirá en que muchos de los actuales magnates mediáticos muy probablemente se quedarán sin licencia ya que incurren en muchos de los supuestos descritos. Con la sombra de la restrictiva ley de medios que el nuevo Ejecutivo ultraconservador polaco ha aprobado, Nueva Democracia y otros enemigos políticos de Syriza tratan estos días que de hacer una comparación muy discutible.
“Con todo, muchas de las antiguas cadenas que aspiren a una licencia cuentan con ventaja, ya que son las únicas que han venido ocupando este espacio mediático y cuentan con el 'know-how'”, conceden en el Ejecutivo heleno. Las mismas voces estiman entre siete y nueve el número de licencias por repartir y en cuya decisión tendrá un peso preponderante la nueva autoridad independiente, el Consejo Nacional de Radiotelevisión que tendrá que contar con un amplio consenso en el Parlamento.
Hasta ahora, el espectro mediático griego ha abundado en casos de clientelismo y puertas giratorias: el exdirector del periódico Ta Nea, Pantelis Kapsis, fue ministro en el Gobierno del tecnócrata Lucas Papademos. Aunque la Troika pidió desde el comienzo del rescate (enero 2010) aumentar el canon de publicidad de las televisiones un 20%, esta medida nunca se firmó. Sin embargo, el grupo Dol, un conglomerado mediático de la familia Lambrakis, fue de las primeras empresas del país en aplicar una de las prerrogativas de los acreedores y bajó un 22% el salario a todos sus trabajadores.
Un telegrama diplomático difundido por Wikileaks que recogía las palabras del embajador estadounidense en Atenas en 2006 definía así la situación de los medios en Grecia: “A primera vista, los medios griegos pueden parecerse a los americanos, una mezcla de diarios serios y tabloides, televisiones regionales y nacionales, garantías constitucionales a la libertad de prensa… Pero un vistazo más profundo refleja una industria mediática controlada por oligarcas”.
Foto: Agencia EFE
Fuente: El Diario.es