La Dirección de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata dio a conocer un comunicado para atacar el plan de lucha que llevaron adelante los trabajadores de Radio Nacional en todo el país, en procura de mejoras salariales y por el pase a planta de 300 compañeros contratados, es decir contra la precarización laboral.
Al mejor estilo “Carta abierta”, la kirchnerista Florencia Saintout, directora de esa casa de estudios, pretende, con palabrerío esquivo, tapar la realidad de las legítimas demandas de los trabajadores de la radio pública y no dice una sola palabra acerca de los métodos anti sindicales que aplicaron las autoridades de Radio Nacional para enfrentar el conflicto, en lugar de satisfacer los reclamos de los compañeros.
No menciona el “falso vivo” del grabado de programas previos al inicio de una medida con el que se intentó, por un lado, estafar a la audiencia vendiéndole gato por liebre, mientras por el otro se buscaba, infructuosamente, romper el paro y dividir a los trabajadores. Tampoco menciona los comunicados intimidantes que la directora María Seoane envió a los trabajadores para que no se adhieran a la medida, para lo cual contó con el concurso de lo peor de la burocracia sindical que tiene presencia en Radio Nacional, cuyos dirigentes “estarán en la radio para garantizar el derecho al trabajo”. Es decir, el derecho a carnerear.
Y no menciona, claro, que en un ataque abierto al derecho de huelga, la dirección de la radio anunció que descontará los días de paro realizados por la totalidad de sus trabajadores.
Es por todo esto que Saintout recurre a la expresión “cese temporario de actividades” en lugar de hablar de paro, que fue lo que hicieron, entre otras medidas de protesta, los compañeros de la radio, como resultado de resoluciones votadas en masivas asambleas. Sin los condicionantes concretos que muchos compañeros al interior de su lugar de trabajo podían tener al adoptar medidas, Saintout se coloca a la derecha de las decenas de compañeros que, subordinando sus simpatías políticas con el Gobierno que defiende la directora de la carrera, privilegiaron la defensa del interés del conjunto de los trabajadores y votaron y cumplieron los paros. Ni hablar de los periodistas y conductores de conocida filiación kirchnerista que se negaron a realizar los falsos vivos que pretendían las autoridades.
Está claro que no es lo mismo oportunismo que sentido de la oportunidad. A la dirección de la carrera platense de Periodismo y Comunicación se le ocurre hablar ahora, justo ahora, de la inconveniencia de parar por demandas salariales en Radio Nacional “en momentos de ofensiva mediática, política y económica contra los proyectos nacionales en Latinoamérica”. Para Saintout, como para Cristina en su última cadena, denunciar que el gobierno del PT en Brasil se robó la mitad de Petrobras es sumarse a la ofensiva de la “derecha”.
Y dice, cuando los fuegos de la represión al pueblo tucumano en lucha contra el fraude aún no se han apagado, que “el cese temporario de actividades de la radio pública perjudica la circulación de información de interés del pueblo, facilitando el avance de los grupos mediáticos monopólicos que tienen como objetivo el retroceso del conjunto de los trabajadores y el campo popular”
¿De qué información de “interés del pueblo” habla Saintout? De la que anoche aviesamente ocultaron el alperovichista Canal 10 de Tucumán, que transmitió "Showmatch" y "Las mil y una noches" mientras los manifestantes eran reprimidos salvajemente por la Policía frente a la Casa de Gobierno?
El bochorno de actitud editorial del canal que controlan el Poder Ejecutivo Provincial y la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) obligó a los trabajadores de ese medio a deslindar públicamente responsabilidades, atribuyendo, claro, la decisión del ocultamiento a su patronal.
¿Incluye Saintout al Canal 10 de Tucumán entre los medios del sistema de medios públicos que “en estos 12 años el Estado nacional recompuso” tras ser “desguazados durante las administraciones neoliberales”.
El lenguaje retorcido de todo el comunicado indica que estamos ante la transición lingüística con la que Saintout pretende acomodar su figura a los nuevos vientos del voto al menemista Daniel Scioli. Es lo viejo que no termina de morir (la demagogia nacional y popular con las demandas de los trabajadores) y lo nuevo que no termina de nacer (el disciplinamiento, con algún floreo idiomático y alguna voltereta argumentativa, al plan de ajuste que el ex motonauta llevará adelante).
Nos solidarizamos incondicionalmente con los trabajadores de Radio Nacional, que dieron un vigoroso ejemplo de lucha en defensa de sus reivindicaciones, los únicos que en definitiva garantizan el funcionamiento de la radio pública en todos los rincones del país con la sistemática defensa, además, de las condiciones de trabajo de “todas y todos” y peleando por ponerle límites al vaciamiento y al derrumbe de la infraestructura que permiten las autoridades.
La Naranja de Prensa
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