Rubén Espinosa, fotoperiodista asesinado, trabajaba por su cuenta y carecía de seguridad social; bajos salarios, relaciones laborales difusas y falta de protocolos aumentan el riesgo del oficio
Por: Gabriela Gutiérrez
Rubén Espinosa a los 31 años se convirtió en el periodista 104 asesinado en el país en los últimos 15 años. Llegó a la Ciudad de México solo con 4,900 pesos, pues buscaba refugiarse del acoso que sufría en Veracruz por su profesión, según lo relató él mismo en entrevistas a otros medios.
Espinosa trabajaba por su cuenta como fotógrafo-corresponsal de la revista Proceso, de la agencia Cuartoscuro y AVC Noticias, pero no tenía una relación laboral fija con ninguno de ellos. No tenía seguro de vida ni acceso a seguridad social, según comenta un amigo suyo que solicita reservar su nombre.
México es el país más peligroso de América Latina para quienes ejercen el periodismo de acuerdo con la organización Reporteros Sin Fronteras, seguido de Colombia, Brasil y Honduras.
La prevalencia de salarios bajos, poca o nula capacitación en temas de seguridad, la impunidad y la carencia de protocolos básicos en situaciones de riesgo aumentan la vulnerabilidad de periodistas, ante agresiones del crimen organizado y de las autoridades, sobre todo si cubren temas de seguridad, derechos humanos, o manifestaciones sociales como Rubén, coincidieron expertos.
El inconveniente de ser freelance
La figura de periodista freelance o independiente se ha popularizado en la última década, pues la contratación de sus servicios es más un aspecto comercial que laboral, y las empresas de medios no tienen que pagar IMSS, impuestos, antigüedad, vacaciones, entre otras prestaciones.
“El freelance (sufre) todas las vulnerabilidades que ofrece el oficio y agregan el de la ausencia de una estructura”, coincidió el director general de revista Proceso, Rafael Rodríguez Castañeda.
Sin embargo el servicio que presta un profesionista independiente a una empresa también se trata de una relación laboral. “Aunque se disfrace con contratos eventuales o pago por honorarios”, puede reclamar derechos, dijo el abogado del Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL), Jorge Barajas.
En un momento dado un profesionista independiente puede demandar a la compañía para la que trabaja para exigir ciertos derechos ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, no obstante los juicios pueden llevar hasta cinco años, advirtió el abogado Manuel Fuentes Muñiz.
El director de la agencia fotográfica Cuartoscuro, Pedro Valtierra, aseguró que como uno de los medios para los que trabajaba Espinosa, apoyarían económicamente a su familia, aunque no especificó montos o fechas para ello.
“Vamos a responder, tenemos un compromiso moral con Rubén. Él iba a empezar a trabajar con nosotros (de manera formal)”, dijo.
Salarios que comienzan desde los 80 pesos diarios se suman a la vulnerabilidad de los periodistas, pues se presta a que reporteros y medios sean coptados por autoridades o el narco, explicó el abogado Fuentes Muñiz.
Según la Tabla de Salarios Mínimos Generales y Profesionales 2015 los periodistas tienen un tope mínimo de 210 y 204 pesos para las zonas A y B, respectivamente. En los hechos muchos ni siquiera están inscritos al Seguro Social ni tienen prestaciones.
Algunas empresas de medios recurren a otros esquemas para reducir costos mermando aún más las condiciones laborales, señaló Fuentes Muñiz. Algunos evitan la firma de contratos , los inscriben al Seguro Social con salarios menores a los reales, o pagan sus servicios bajo otros regímenes con menor protección social, como el de “salarios asimilados”.
Falta de protocolos de seguridad
A pesar de que los delitos en contra de periodistas se incrementaron en 27%, entre 2011 y 2014, pocos medios de comunicación ofrecen capacitación en seguridad o cuentan los protocolos necesarios para responder en situación de riesgo.
“El principal actor para proteger a un periodista es el Estado, pero las empresas tienen la responsabilidad de mejorar sus condiciones de sus trabajadores”, dijo Francisco Cerezo, coordinador general de Comité Cerezo organización que ofrece talleres de seguridad para defensores en derechos humanos y periodistas.
El organismo da desde 2006 unos 75 talleres al año con un cupo de hasta 20 personas. “Ningún medio nos ha llamado para dar una capacitación”, dijo. Por lo general los periodistas toman por su cuenta estos talleres o bien a través de una organización gremial, agregó.
“Las empresas (mediáticas) han sido omisas en emprender estrategias, como tampoco han cobijado a las familias víctimas, ni protegido a sus periodistas cuando son arrojados al exilio”, señaló el director del Programa de Medios y Justicia del Instituto de Justicia Procesal Penal, Marco Lara Klahr.
Ante las amenazas que recibió del gobierno de Veracruz, Rubén Espinosa notificó a los principales medios para los que trabajaba sus temores.
En el caso de la revista Proceso, informó de los hechos a las autoridades y a las organizaciones defensoras de la protección de periodistas. “Rubén no tenía confianza en las instituciones, ni en las federales ni en las estatales. No quiso acudir a ellas, como otros compañeros, para acogerse a medidas cautelares, como vigilancia personal y otras de tipo confidencial”, dijo Roberto Rodriguez Castañeda.
Entre las buenas prácticas que según la Fundación Rory Peck deben tener los periodistas en zonas de riesgo están: contar con seguro de vida, acceso a servicios de salud, equipo de comunicación y localización, atención psicológica para hechos traumáticos, talleres para compartir su experiencia y ser aprovechada por periodistas jóvenes.
Sin embargo según el experto en seguros Eloy López Jaimes, una cláusula no escrita en las pólizas de seguro de vida y de gastos médicos mayores en México, es que los periodistas no son “asegurables”, dijo Eloy López Jaimes, un agente independiente de seguros con 20 años de experiencia.
Fuente: cnnexpansion.com