Posmodernidad es la palabra con la cual los pensadores han denominado la época actual, que ha nacido de una manera vertiginosa, moldeando los hábitos humanos y las configuraciones sociales.
Sin embargo, ante el intento de una descripción de la posmodernidad, las teorías son insuficientes, pues es una época aun en formación, que puede alcanzar dimensiones insospechadas.
El modo de transmitir la información también ha sido modificado. El camino de implantar y compartir ideas ha sido transformado. Los medios de comunicación, los autores y todo tipo de personas que se dirigen a las audiencias, han debido asumir el reto de mantener el interés y la credibilidad, respondiendo a los intereses y necesidad de la nueva sociedad.
Pongamos un ejemplo. El concepto meme aún no está registrado en el diccionario de la Real Academia de la Lengua; sin embargo, es ampliamente conocido por el cibernauta de a pie y usado enormemente a través de las redes sociales.
El meme es la unión de una imagen y un texto, para ser replicado, especialmente por medios de comunicación digitales que quieren transmitir una idea. Las cuentas de las diversas redes sociales son inundadas con este tipo de publicaciones: mensajes de superación, criticas, burlas, son multiplicadas sin cesar por medio de esta herramienta.
Más aún, los memes no se limitan a información trivial. Son ahora un nuevo modo de periodismo que muestra la verdad, que revela problemáticas sociales, que analiza acontecimientos. Es la unión del mundo fotográfico con la ironía de la caricatura; la suma del hecho noticioso con la profundidad de la opinión.
El éxito del meme consiste en responder a las características de la sociedad posmoderna. Su contenido se capta rápidamente, atributo adecuado para una sociedad dromológica, ocupada y sin tiempo; permite la democratización de la opinión, lo que gusta en un mundo donde nadie quiere vivir bajo el anonimato.
Así pues, que no descarte la efectividad de los memes quien esté interesado en transmitir la verdad
*Universidad Católica de Oriente. feralogircas@gmail.com
Fuente: El Colombiano