martes, 2 de junio de 2015

Fiebre de fusiones transforma las telecomunicaciones de Europa

Ejecutivos temen que si los rivales de un mismo país no se unen, corren el riesgo de ser devorados por competidores más grandes del extranjero
Por: Shayndi Raice y Ruth Bender

Las empresas de telecomunicaciones europeas están en campaña: quieren construir escala antes de que sea demasiado tarde.

En los últimos 18 meses, los operadores de la región, incluyendo empresas del Reino Unido, Francia y España, han protagonizado un frenesí de acuerdos con el fin de compartir la carga de costos más altos e ingresos más bajos.

Algunos ejecutivos temen que si los rivales dentro de un mismo país no se unen, corren el riesgo de ser devorados por competidores más grandes del extranjero. "La consolidación no es monopolio", dice Patrick Drahi, presidente ejecutivo de Altice SA, quien señala que las empresas europeas necesitan unirse para neutralizar el peligro de ser compradas por firmas extranjeras. "No es el final de la competencia".

La industria europea de las telecomunicaciones ha estado luchando contra la intensa competencia de nuevos proveedores de bajo costo, el cambio de los hábitos de consumo en la era de Internet y regulaciones que han mantenido los precios bajos. Reflejando esa presión, el volumen de acuerdos en el sector de las telecomunicaciones de Europa se ubica en casi US$ 67 mil millones en lo que va del año, el nivel más alto para ese período desde 2000, según Dealogic.

La presión se siente en toda la región. En el Reino Unido, el operador de banda ancha BT Group PLC selló a principios de este año un acuerdo para comprar EE, la mayor empresa de telefonía móvil del país, y Hutchison Whampoa Ltd. de Hong Kong acordó comprar el operador celular O2 de la española Telefónica SA por US$ 13.800 millones.

En Francia, Vivendi SA vendió el año pasado por US$ 23 mil millones su operador de telefonía móvil y banda ancha SFR a Altice, el líder de los acuerdos en el continente durante el último año. La empresa de Drahi sigue interesada en comprar la unidad de telecomunicaciones de la francesa Bouygues SA, pero ésta ha negado firmemente que esté en venta.

En Italia, Hutchison está en conversaciones con la empresa de telecomunicaciones VimpelCom Ltd., con sede en Ámsterdam, para formar una empresa conjunta entre sus filiales locales de telefonía celular. Las partes esperan llegar a un acuerdo en unas semanas, según una persona al tanto.

La fiebre de adquisiciones subraya la feroz competencia desatada en muchos mercados europeos por la llegada de nuevos actores. Al mismo tiempo, los consumidores han cambiado servicios móviles, como llamadas de voz por ofertas más baratas, como WhatsApp, de Facebook Inc.

Entre 2009 y 2015, los ingresos de los operadores europeos cayeron 11%, a 248 mil millones de euros (US$ 273 mil millones), según ETNO, una asociación que agrupa al sector.

Además de un descenso de los ingresos, los operadores sostienen que tienen costos más altos debido a las inversiones necesarias para hacer frente a una mayor utilización de las redes de datos. Con más de 150 operadores, según KPMG, Europa es uno de los mercados de telecomunicaciones más fragmentados del mundo. Gran parte de la consolidación se ha centrado en reducir el número de empresas por país. En algunos mercados europeos, hay cuatro o más competidores, mientras que EE.UU. tiene cuatro grandes operadores en todo el país.

"Esto es casi una casa de locos", dice el presidente ejecutivo de Orange, Stéphane Richard. "No hay un modelo económico que justifique que haya más de dos o a lo sumo tres infraestructuras fijas y móviles en los grandes países europeos".

Algunas empresas están buscando fusionar compañías de telefonía móvil para combinar infraestructuras. Otras están tratando de fusionar telefonía fija y móvil para impulsar el llamado paquete "cuádruple", que ofrece televisión, banda ancha, telefonía fija y servicios móviles, estrategia que permite a los operadores aferrarse a sus actuales clientes y gastar menos en la adquisición de nuevos.

La lógica en ambos casos es reducir costos y aumentar las ganancias.

John Malone, presidente de la junta de Liberty Global PLC, ha insinuado que podría tener sentido para la compañía de cable comprar algunos activos de Vodafone PLC, el mayor operador celular del continente. Un posible acuerdo ayudaría a ambas compañías a ofrecer servicios cuádruples.

Los operadores están aprovechando una ventana regulatoria que parece ser más favorable a las fusiones.

Tradicionalmente, los reguladores europeos se han opuesto a las grandes fusiones bajo la idea de que una mayor competencia beneficia a los consumidores. En los últimos años, sin embargo, la Comisión Europea ha permitido este tipo de acuerdos, dando a los ejecutivos de telecomunicaciones la esperanza de que más fusiones podrían ser aceptadas.

No obstante, la rama ejecutiva de la Unión Europea sigue examinando las propuestas de adquisiciones y fusiones en detalle y a menudo impone medidas que garanticen la competencia.

Por ejemplo, Orange tuvo que aceptar una serie de desinversiones y concesiones en España, para obtener luz verde a la compra del operador móvil y de banda ancha Jazztel PLC por casi US$ 5 mil millones.

"Si tenemos en cuenta que pasaron nueve meses antes de que la comisión aprobara (la compra de) Jazztel, mientras que los reguladores estadounidenses tardaron cinco semanas para aprobar la compra de WhatsApp por parte de Facebook, ese es un problema", afirma Richard.

La lentitud ha llevado a algunas empresas a mirar fuera de Europa. Una de ellas es Altice, que la semana pasada adquirió la compañía estadounidense de cable Suddenlink. Drahi pretende seguir comprando en el mercado estadounidense, en donde menos jugadores se reparten una tajada más grande de los ingresos.
Fuente: The Wall Street Journal Americas