martes, 6 de enero de 2015

Ángel Remigio González y González, guerrillero de los medios en América Latina

El magnate mexicano-estadounidense sorprendió a la región con la compra del periódico El Comercio, de Quito
Por: José Meléndez
Odiado y temido por políticos y competidores pero sorpresivo, escurridizo y hábil, parece jugar a la guerra de posiciones aunque tras bastidores es un guerrillero irregular que inesperadamente emerge por un nicho olvidado, hostiga por un flanco descubierto, ocupa un emplazamiento de privilegio y despliega una batería de ataque y defensa, sin dejar de ser un meticuloso y preciso francotirador al acecho y en constante asedio.
¿Quién es esta figura estelar del negocio latinoamericano y caribeño de las luces y las cámaras, siempre reacio a los fotógrafos y a los periodistas y a exponer su imagen a la ostentación pública de su opulencia? Es mexicano nacionalizado estadounidense, nacido hace 70 años en Monterrey, con el nombre de Remigio Ángel como hijo del matrimonio González González formado por Jesús y Concepción. Por su carácter elusivo, algunos medios lo llaman “el fantasma”.
Con una fortuna de más de dos mil millones de dólares, sigue siendo un típico insurgente en montaña que retrocede o avanza, zigzaguea o se escabulle y mueve sin aparente rumbo para desconcertar a todos aquellos que presumen de vigilar sus pasos de apasionado de los monopolios. A todos los observa, en su sitial de control, mando y manipulación en Miami, Florida, como fichas e interlocutores de una amplia constelación de personajes que tocan a su puerta —desde aspirantes presidenciales o a dictadores y empresarios en ascenso hasta compradores y vendedores de productos mediáticos, honestos o impostores— y a los que acorrala con su puntería de implacable poder.
El más reciente e inesperado movimiento de este dueño de un emporio continental de medios y de un agudo olfato de veterano agente de publicidad ha sido el de, por primera vez en su carrera, penetrar los medios impresos, al comprar el periódico El Comercio, de Quito, uno de los símbolos de la prensa escrita en Ecuador.
Aunque los entretelones de esta transacción apenas están siendo develados, la incursión de este discreto empresario confirma que su interés es el billete más que la ideología. Hace más de 40 años, al llegar a Nicaragua, hizo negocios con la dictadura de la familia Somoza, que gobernó de 1934 1979, y los ha seguido haciendo ahora con el gobierno del sandinista Daniel Ortega, al igual que en Guatemala logró ganancias al pactar con los regímenes militares de las décadas de 1970 y 1980.
“Con la compra del periódico en Quito, González está ampliando su presencia en los medios de América Latina”, dijo el nicaragüense Guillermo Rothschuh, investigador de la comunicación, a El Universal. Rothschuh sugirió recordar que “desde México hasta Argentina, González ha sido tradicionalmente dueño de estaciones de radio y televisión” o cadenas de salas de cine (y restaurantes). “Yo no pensaba que se iba a meter también al campo de los medios escritos y eso ha resultado sorprendente. Me llama la atención que lo haga, cuando hay malas noticias sobre el futuro de la prensa escrita, que está en un mal momento y vive una enorme crisis de la que no ha sabido reponerse. Me resultó raro que él se metiera en periódicos, a no ser que haya otros intereses de por medio”, afirmó.
Forjado como un contador más, alguna vez a inicios de la década de 1970 llegó a Guatemala a vender publicidad y seriales televisivos mexicanos y estadounidenses. Allí se casó y enviudó y retornó en el decenio de 1980. Se volvió a casar (su esposa es la guatemalteca Alba Elvira Lorenzana, en cuyo honor designó Albavisión a su empresa internacional de Radio y Televisión) e incursionó en el mercado de la televisión, para ir construyendo un influyente conglomerado continental de medios.
Si hoy tiene más de 30 canales (pequeños y grandes) de televisión y 80 cadenas de radio en México, Miami, República Dominicana, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Perú, Chile, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Argentina, quizás mañana pueda aparecer con más y más medios sometidos a su control.
Brinca con facilidad de la negociación de canales televisivos con señales de alta o de ultra frecuencia a las ofertas de centrales de radio que aglutinan el espectro de una ciudad o de un país o a las telenovelas mexicanas o peruanas y a los más famosos seriales enlatados estadounidenses o a los partidos de los campeonatos mundiales de futbol. Impone su voluntad cuando un político llega a su despacho a gestionar espacios propagandísticos electorales y cuando parece ceder, lo que está es gestando un movimiento de corto o mediano plazo.
¿Cuál será la próxima movida de este francotirador que aprovecha nichos y se desliza —con su abultada billetera— por el negocio americano multimedia? Aunque es enigmático y parece oscilante, sabe que vive en la guerrilla mediática: y él es un guerrillero.
Fuente: Diario El Universal
Ver anterior: El dueño de Canal 9, Ángel Remigio González y González compra el periódico ecuatoriano El Comercio