Esta publicación, de una empresa periodística perteneciente a la Iglesia Católica Argentina, pretende acusar a los directivos de FATPren de incidentes que nunca provocaron y de conductas que jamás asumieron, además de mentir a sabiendas sobre una situación presenciada por decenas de testigos (empleados de esa empresa, agentes policiales y vecinos).
Además, la FATPren denuncia la censura al programa “Realidad 2000”, que se emite diariamente por LT 20 Radio Junín (AM 1470), emisora perteneciente a Pincén SCA y ubicada en calle Yrigoyen 86. Esta organización repudia la decisión de quitar al programa de la grilla, adoptada por el director de esa emisora (y también director de La Verdad), Omar Bello, que dejaría a tres trabajadores de prensa sin la posibilidad de ejercer su tarea. Exigimos la inmediata reinstalación de este espacio radial en el aire de la emisora y el cese del hostigamiento empresarial hacia los periodistas que lo conducen.
Asimismo, y con el único fin de aclarar los hechos ante la opinión pública de Junín y del país, la FATPren se ve en la necesidad de relatar el lamentable episodio ocurrido en instalaciones del diario La Verdad, tal cual sucedieron los hechos y de acuerdo a la denuncia policial radicada ese mismo día en la Comisaría Primera de Junín, cuyo contenido se adjunta a este comunicado.
Al atardecer del jueves 10 de abril, mientras regresaban de Mendoza (donde acompañaron al Sindicato de Prensa local en una audiencia pública celebrada el día anterior en la Corte Suprema de Justicia de esa provincia), el secretario general, Roberto Omar Zorrilla, y los responsables de la Secretaría de Interior de FATPren, Miguel Iademarco y Flavio Frangolini, se detuvieron en Junín para visitar a los trabajadores de prensa de APeNoBA (Asociación de Periodistas del Noroeste de Buenos Aires). Allí fueron informados de que el director de La Verdad, Omar Bello, había convocado a una reunión a todo su personal (y no una “asamblea”, como pretende la referida nota) y acudieron hasta las instalaciones del diario para conocer in situ la situación.
Efectivamente, al llegar al diario (aproximadamente a las 20 horas), los directivos de FATPren observaron desde la vereda que en el hall de entrada del edificio Omar Bello vociferaba y gesticulaba ante un grupo de cabizbajos empleados. Llamaron a la puerta y fueron recibidos a los gritos por el empresario, quien los acusó de “patoteros y coimeros” antes de que pudieran pronunciar siquiera un saludo. Luego ordenó a uno de sus guardaespaldas (un ex policía de apellido Zanchetta) que convocara a los móviles policiales, y comenzó a insultar y agraviar a los tres dirigentes de FATPren, a los gritos y delante de todos los empleados presentes. Como la escena se podía observar desde la calle, decenas de vecinos se congregaron frente al edificio. Mientras los directivos de FATPren le pedían amablemente que se calmara, Bello protagonizó un escándalo colosal, argumentando que se hallaba “muy alterado por las amenazas de muerte del narcotráfico”. Ante la imposibilidad de calmar al empresario, que mostraba signos evidentes de alteración física, psíquica y emocional, los policías invitaron a los dirigentes de FATPren a retirarse y sugirieron realizar la denuncia correspondiente, por maltrato, amenazas e intento de agresión.
Mientras Zorrilla, Iademarco y Frangolini se retiraban, Bello simuló una indisposición, solicitó una ambulancia y se acostó en el piso de su oficina, donde se hizo fotografiar como si fuera víctima de alguna agresión. Cuando llegó el médico, se negó a ser trasladado a un servicio de urgencias para la atención de su presunta indisposición cardíaca y permaneció en el diario hasta terminar la edición. Los tres dirigentes de FATPren acudieron a la Comisaría Primera y radicaron la correspondiente denuncia.
Es mentira que fueran “una decena” los dirigentes de prensa que visitaron el diario, ni que asumieran una “actitud hostil” o “de apriete”. Nada tiene que ver el episodio de marras con un ataque a la Libertad de Prensa (derecho humano fundamental, imprescindible para el ejercicio de la democracia, que FATPren ha defendido, defiende y defenderá sin condicionamientos). Es falso que policías de calle intervinieron por propia decisión: fueron convocados por el empresario. No es cierto que los dirigentes amenazaron a Omar Bello: fueron ellos los amenazados por él, y ante una gran cantidad de testigos. Finalmente, la presencia de los dirigentes en Junín no tuvo nada que ver con los supuestos “temas de sensibilidad social” que trata el diario La Verdad.
La FATPren alerta a toda la comunidad y a todos los sindicatos de base que esta situación no es nueva y quedó demostrado una vez más, como el empresariado de Prensa intenta criminalizar cualquier movida sindical que surja en defensa de los Trabajadores. No permitiremos que esto pase y solicitaremos legalmente las imágenes de video que Omar Bello dice tener y que demostrará claramente que en ningún momento los dirigente de FATPren fueron con ánimo alguno de generar disturbios en el interior del diario La Verdad.
Además, la FATPren denuncia la censura al programa “Realidad 2000”, que se emite diariamente por LT 20 Radio Junín (AM 1470), emisora perteneciente a Pincén SCA y ubicada en calle Yrigoyen 86. Esta organización repudia la decisión de quitar al programa de la grilla, adoptada por el director de esa emisora (y también director de La Verdad), Omar Bello, que dejaría a tres trabajadores de prensa sin la posibilidad de ejercer su tarea. Exigimos la inmediata reinstalación de este espacio radial en el aire de la emisora y el cese del hostigamiento empresarial hacia los periodistas que lo conducen.
Asimismo, y con el único fin de aclarar los hechos ante la opinión pública de Junín y del país, la FATPren se ve en la necesidad de relatar el lamentable episodio ocurrido en instalaciones del diario La Verdad, tal cual sucedieron los hechos y de acuerdo a la denuncia policial radicada ese mismo día en la Comisaría Primera de Junín, cuyo contenido se adjunta a este comunicado.
Al atardecer del jueves 10 de abril, mientras regresaban de Mendoza (donde acompañaron al Sindicato de Prensa local en una audiencia pública celebrada el día anterior en la Corte Suprema de Justicia de esa provincia), el secretario general, Roberto Omar Zorrilla, y los responsables de la Secretaría de Interior de FATPren, Miguel Iademarco y Flavio Frangolini, se detuvieron en Junín para visitar a los trabajadores de prensa de APeNoBA (Asociación de Periodistas del Noroeste de Buenos Aires). Allí fueron informados de que el director de La Verdad, Omar Bello, había convocado a una reunión a todo su personal (y no una “asamblea”, como pretende la referida nota) y acudieron hasta las instalaciones del diario para conocer in situ la situación.
Efectivamente, al llegar al diario (aproximadamente a las 20 horas), los directivos de FATPren observaron desde la vereda que en el hall de entrada del edificio Omar Bello vociferaba y gesticulaba ante un grupo de cabizbajos empleados. Llamaron a la puerta y fueron recibidos a los gritos por el empresario, quien los acusó de “patoteros y coimeros” antes de que pudieran pronunciar siquiera un saludo. Luego ordenó a uno de sus guardaespaldas (un ex policía de apellido Zanchetta) que convocara a los móviles policiales, y comenzó a insultar y agraviar a los tres dirigentes de FATPren, a los gritos y delante de todos los empleados presentes. Como la escena se podía observar desde la calle, decenas de vecinos se congregaron frente al edificio. Mientras los directivos de FATPren le pedían amablemente que se calmara, Bello protagonizó un escándalo colosal, argumentando que se hallaba “muy alterado por las amenazas de muerte del narcotráfico”. Ante la imposibilidad de calmar al empresario, que mostraba signos evidentes de alteración física, psíquica y emocional, los policías invitaron a los dirigentes de FATPren a retirarse y sugirieron realizar la denuncia correspondiente, por maltrato, amenazas e intento de agresión.
Mientras Zorrilla, Iademarco y Frangolini se retiraban, Bello simuló una indisposición, solicitó una ambulancia y se acostó en el piso de su oficina, donde se hizo fotografiar como si fuera víctima de alguna agresión. Cuando llegó el médico, se negó a ser trasladado a un servicio de urgencias para la atención de su presunta indisposición cardíaca y permaneció en el diario hasta terminar la edición. Los tres dirigentes de FATPren acudieron a la Comisaría Primera y radicaron la correspondiente denuncia.
Es mentira que fueran “una decena” los dirigentes de prensa que visitaron el diario, ni que asumieran una “actitud hostil” o “de apriete”. Nada tiene que ver el episodio de marras con un ataque a la Libertad de Prensa (derecho humano fundamental, imprescindible para el ejercicio de la democracia, que FATPren ha defendido, defiende y defenderá sin condicionamientos). Es falso que policías de calle intervinieron por propia decisión: fueron convocados por el empresario. No es cierto que los dirigentes amenazaron a Omar Bello: fueron ellos los amenazados por él, y ante una gran cantidad de testigos. Finalmente, la presencia de los dirigentes en Junín no tuvo nada que ver con los supuestos “temas de sensibilidad social” que trata el diario La Verdad.
La FATPren alerta a toda la comunidad y a todos los sindicatos de base que esta situación no es nueva y quedó demostrado una vez más, como el empresariado de Prensa intenta criminalizar cualquier movida sindical que surja en defensa de los Trabajadores. No permitiremos que esto pase y solicitaremos legalmente las imágenes de video que Omar Bello dice tener y que demostrará claramente que en ningún momento los dirigente de FATPren fueron con ánimo alguno de generar disturbios en el interior del diario La Verdad.