lunes, 27 de enero de 2014

Ezra Klein dejó el Washington Post y ahora busca mecenas

Por: Adrià Calatayud
Eres periodista, trabajas para uno de los periódicos más prestigiosos del mundo y, cuando has llegado a la cima, te vas. Eso ha hecho Ezra Klein, uno de los más reputados analistas de The Washington Post y quien acaba de anunciar su marcha del diario estadounidense para fundar su medio de comunicación.
Klein, que se incorporó al Post en 2009 tras su éxito como bloguero, no es el único periodista de renombre que abandona su puesto en un periódico de referencia y, como él, varios reporteros ilustres han dejado sus empleos en los últimos meses para lanzar sus propios proyectos empresariales.
El caso más paradigmático es el de Glenn Greenwald, el periodista que reveló programas de espionaje secretos de Estados Unidos a través de las filtraciones del exanalista de la CIA Edward Snowden, y que salió en octubre del diario británico The Guardian para crear un periódico apoyado por el fundador de Ebay, Pierre Omidyar.
"Es una tendencia interesante, porque va contra la tradición de este país. Si eras un reportero con talento, tu objetivo era entrar en The New York Times, The Washington Post o The Wall Street Journal. Eso se ha acabado", explica a Efe el analista de medios del Poynter Institute Rick Edmonds.
El profesor de la Escuela de Periodismo de la Universidad de California en Berkeley, Paul Grabowicz, relaciona este cambio de actitud con "la cultura de las 'start-ups' de internet".
"La idea de que puedes salir, empezar tu propia publicación y ser independiente ha crecido. Pero no es algo sorprendente, ésa es la mentalidad de Sillicon Valley", añade el profesor de la Universidad de California.
En la medida en que las redes sociales y plataformas como los blogs permiten un contacto más fluido con los lectores, algunos periodistas se han forjado en los últimos años un prestigio personal, una marca, al margen del medio en el que trabajan.
Construir una organización desde cero, conseguir una audiencia propia y convertirse en influyente son algunas de las razones que empujan a estos periodistas-estrellas a renunciar a la seguridad de trabajar para un gran medio y hacerse emprendedores.
"Tienen ambiciones y deben pensar que disponen de un buen plan de negocio para expandirse", apunta Edmonds.
"A diferencia de los viejos tiempos, cuando no podías tener tu propia cadena de televisión o tu periódico, ahora es muy fácil. Es una de las ventajas de internet: las barreras de entrada son muy bajas. La única cuestión es ser suficientemente popular y encontrar un modelo de negocio para hacerlo funcionar", explica Grabowicz.
Este experto en tendencias en los medios advierte de que aún hay que ver cómo funcionan estos proyectos desde una perspectiva financiera.
"Todo el mundo está experimentando diferentes modelos: si se basan en la publicidad, en suscripciones, si organizan conferencias, acceso directo a los datos", plantea Grabowicz.
La compra de The Washington Post por Jeff Bezos, el fundador de Amazon, fue vista con optimismo por muchos analistas, que confiaron en que el magnate de la red daría con la solución para rentabilizar los productos periodísticos en internet.
Omidyar, que también intentó hacerse con el Post, contactó entonces con Greenwald para fundar una nueva publicación, lo que abrió el interrogante de si era más viable adaptar a internet un medio ya existente o crearlo desde el principio, y en los últimos meses Ezra Klein y otros periodistas se han sumado a esta pugna.
Aunque Klein aún no ha anunciado cómo costeará su proyecto, los medios estadounidenses hablan de que puede estar vinculado a Vox Media, una empresa que ya tiene seis periódicos digitales.
Porque, de hecho, la ausencia de un modelo de negocio que garantice la independencia financiera de los nuevos medios hace que los periodistas con aspiraciones emprendedoras busquen respaldo económico o bien en conglomerados mediáticos o en la filantropía de grandes fortunas.
Foto: Dimitrios Kambouris/Getty Images, para The New Yorker
Fuente: Agencia EFE