Tras una breve exposición de los motivos y el contexto en el que se decidieron estos cambios, que hablan de profundizar el proceso de convergencia, “en el que toda la redacción trabajará sin importar el soporte final”, Kirschbaum dijo que ambos temas, la recategorización y los cambios de la organización, iban atados y se analizarían de acuerdo al nuevo organigrama.
Lo primero que la CI expresó fue que la única forma de llevar a cabo una reestructuración tan profunda y abarcativa como la anunciada era contando con la buena predisposición y voluntad del conjunto de los trabajadores, muchos de los cuales deberán cambiar sus rutinas, horarios y tareas. Para ello, el puntapié inicial debe darlo la propia empresa, solucionando los problemas que atraviesan a gran parte de las secciones y áreas, algunos de muy larga data. También se expuso que algunas de las nuevas tareas no se encuentran contempladas en el estatuto del periodista ni en el convenio colectivo.
Teniendo en cuenta que Clarín ya anunció un proceso de convergencia en 2008, cristalizado en la fusión de sus redacciones de papel y online, se evaluaron los resultados de aquélla fallida integración. Hubo acuerdo en que la experiencia fue mala. Se planteó, entre otras cosas, que durante ese proceso hubo una reducción drástica del plantel de periodistas que trabajaba en el digital, que en 5 años y medio no se jerarquizó a ninguno de los periodistas que vinieron del .com ni hubo siquiera un ascenso, a la vez que 7 de los 8 jefes que pasaron por el sector desconocían la operatoria de un medio online.
Además, se habló de la pérdida de terreno frente a la competencia. “Pensábamos a la web como una sección del diario, aquélla reestructuración fue hecha en defensa del diario papel”, admitieron Kirschbaum y Roa. De este modo, reconocieron que hubo un defecto de inicio: la defensa del papel en detrimento del digital. También nombraron como uno de las dificultades al desafío de lidiar y reemplazar una cultura muy arraigada: la de trabajar para un medio impreso, con un cierre definido. Una cultura de 70 años.
“No podemos ir contra los hábitos de los lectores”, esgrimieron Ricardo Kirschbaum y Ricardo Roa frente a este nuevo intento. Para entonces, en la reunión, el tema central era el alcance y la implementación de la nueva organización. Contaron que habrá una reforma arquitectónica tendiente a que “todos los periodistas se ubiquen en el tercer piso”. Se habló de cambios de horarios, aún no definidos, que implicarían entre dos y tres turnos, “con la necesidad de fortalecer el horario matutino”, de una Mesa Central, responsable de toda la producción periodística para papel y soportes digitales. También habrá una nueva Mesa Digital, en la que ya no habrá redactores (se los reagrupará junto a los redactores de papel) y a grosso modo, de las áreas en las que estará dividida la redacción. Roa esbozó el organigrama que ya había anticipado Kirschbaum en la carta del 7 de noviembre.
En cuanto a los plazos, Ricardo Kirschbaum y Ricardo Roa informaron que a partir del 25 de noviembre presentarán el nuevo diseño web, y que allí se comenzará a probar un plan de integración y de desempeño por equipos y por área. Desde la CI planteamos también nuestra preocupación por los cambios de horario, y la anticipación con que estos se conocerían. La fecha, contestaron, es diciembre. Allí darán a conocer los horarios y la reubicación de los periodistas en las nuevas secciones. Todo con la idea de salir en marzo de 2014. La CI pidió que la presentación del diseño sea abierta para todos los periodistas que quieran verla. Y al mismo tiempo se remarcó el hecho de que la carta a la Redacción de Ricardo Kirschbaum que anunciaba los cambios no había llegado a todos los trabajadores. Quedaron en corregirlo.
Como se mencionó antes, la CI planteó la necesidad de respetar el Estatuto del Periodista. “Las referencias legales y estatutarias no existen para estos casos”, dijo textualmente Roa. En relación a la acechanza de la multitarea, un hecho que preocupa a la CI, tanto Kirschbaum como Roa coincidieron en que ese es un modelo ya viejo, que el periodista orquesta sólo puede funcionar en organizaciones pequeñas, y que aquí, en Clarín, debería pensarse sólo para situaciones excepcionales. También quedó expuesta la preocupación de la CI por los riesgos que implique migrar toda una redacción de la magnitud de Clarín al digital siendo que la mayoría de los ingresos todavía provienen del impreso. Ambos respondieron que de ninguna manera significaba descuidar el diario impreso y que apostaban a encontrar los caminos para hacer una web más sustentable.
Además, en la reunión se plantearon una serie de preocupaciones y dudas, algunas de las cuales la CI también viene tratando con el área de Recursos Humanos.
- La necesidad de motivar a la gente y establecer mejoras salariales o de otro tipo para estimular los cambios. Ante este planteo, Ricardo Kirschbaum y Ricardo Roa dijeron que la masa salarial es fija, y que los aumentos generales de salarios impiden estas diferenciaciones. La CI observó que la empresa deberían contemplar otras políticas (por ejemplo, un plus para aquéllos fotógrafos que hacen video), si se quiere avanzar con los cambios.
- Los casos de Olé, Muy y La Razón. Ricardo Kirschbaum y Ricardo Roa contestaron que por ahora no participan de la reestructuración.
- La regularización de los factureros presenciales. Desde la CI reiteramos un pedido que ya hemos presentado varias veces ante RRHH. Urge regular la situación de los trabajadores que vienen a trabajar todos los días y siguen presentando facturas. Al igual que los colaboradores permanentes que llevan años cumpliendo horario en la Redacción.
- Las necesidades de capacitación que requerirá el cambio planteado.
- La incompatibilidad de plataformas de publicación. Integrar xalok web y papel para no duplicar el trabajo. Algo que el nuevo sistema aún no estrenado no contempla.
- Tercerización de WebTV. Se expuso el rechazo de la CI a la tercerización de la creación de contenidos, especialmente en este caso, que contempla un sector estratégico a futuro. Por eso se pidió el paso a planta, so riesgo de perder gente formada y valiosa porque la empresa contratista les paga salarios más bajos.