Cecilia Pando llegó temprano a los tribunales de Talcahuano al 600 para no encontrarse con los fotógrafos ni con los que fueron a apoyar a la revista Barcelona. Estaba acompañada por su abogada y por su amiga María Inés Lamolla de Plá que fue a declarar como testigo.
Ingrid Beck y Mariano Lucano llegaron cuando ya había banderas colgadas en el frente del edificio de Tribunales: “Hubo 30 mil violaciones a la libertad de expresión. Este juicio es un papelón”, decía uno atado a una ventana por La Garganta Poderosa.
Hoy se realizó la primera audiencia del juicio “Pando de Mercado María Cecilia y otro c/ Gente Grossa SRL s/ DAños y perjuicios”. Pando pide 70 mil pesos de indemnización porque, sostiene, la contratapa de la edición 193 de la Barcelona le ocasionó un “grave daño”.
Los juzgados civiles tienen un sala de espera y atención al público muy pequeña. Dos metros por dos, con el techo muy bajo y luz de tubo blanca. Ahí se agrupaban las partes, sus abogados, los acompañantes -entre ellos, Carlos Pisoni, subsecretario de Promoción de Derechos Humanos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación- y todas las personas que iban al juzgado a consultar expedientes. Los manifestantes llegaron hasta la puerta del juzgado con sus cantos: “Que no se ofendan en Marcos Paz, pornografía es defender a Etchecolatz”, cantaban en alusión al penal donde se aloja a condenados por delitos de lesa humanidad.
Pando sacó su celular y filmó y grabó a los que cantaban o le sacaban fotos durante un rato largo. Al final, logró pasar del lado interno del mostrador. Su abogada, Cecilia Palomas, pidió a los gritos que sacaran a toda la gente que estaba en la pequeña salita. “Esta persona por ejemplo, ¿quién es?”, increpó a una empleada del juzgado en referencia a una mujer en silla de ruedas que aguardaba. “Está para consultar un expediente”, le respondieron con paciencia.
Por parte de Pando, había una única testigo para declarar, Lamolla de Plá quien fue citada para testimoniar “sobre las costumbres de la actora y su entorno familiar”. A Lamolla de Plá los policías de todos los rangos que trabajan en tribunales la trataron como a una antigua conocida. La mujer está casada con Carlos Esteban Plá, un ex policía condenado en 2009 por delitos de lesa humanidad cometidos en la provincia de San Luis, el tribunal lo encontró culpable de la tortura y el asesinato de tres jóvenes.
Lamolla de Plá pidió declarar en privado, sólo ante la jueza Susana Nóvile, los funcionarios judiciales y los abogados de las partes. No permitió el ingreso de los acompañantes ni la prensa. Según pudo saber Infojus Noticias, Lamolla de Plá declaró sobre el modo de vida de Pando. Hizo énfasis en su condición de madre de una familia numerosa y sus costumbres tradicionales. El fotomontaje de la revista la afectó porque le ocasionó una vergüenza pública, afirmó.
Mientras declaraba Lamolla el pasillo y la escalera del tercer piso de los tribunales se fueron llenando de amigos de la revista, integrantes de HIJOS Capital, periodistas de otras publicaciones.
A las diez y media de la mañana fue el turno de la parte demandada. Ingrid Beck entró a la sala y respondió las preguntas de los abogados. Los argumentos fundamentales de Barcelona son que Cecilia Pando es una figura pública y que la sátira es el principal recurso que utiliza la publicación para expresarse. “Creo que hemos publicado fotomontajes de casi todas las figuras públicas de la política, del espectáculo, del deporte, no recibimos ni un solo reclamo de ninguna naturaleza, salvo este”, detalló Beck.
Luego fue el turno de Mariano Lucano, periodista y diseñador gráfico, co director de la revista. Lucano también explicó el uso de la sátira y el montaje que se hace en la revista. A raíz de una pregunta de uno de los abogados Lucano contó que Barcelona tuvo una denuncia en el Inadi por parte de una asociación de padres de niños con síndrome de Down por una tapa de una de las ediciones. En esa ocasión el INADI concluyó, después de analizar los materiales y escuchar a las partes, que los textos de la publicación eran satíricos e hiperbólicos y que no se podía hacer una “lectura lineal de los mismos”. “Es la primera vez en mi vida que digo los mismos”, agregó Lucano e hizo reír a los funcionarios judiciales.
La última pregunta de la abogada Palomas a Lucano fue “¿La revista advierte al lector de que es una parodia?’ La respuesta de Lucano fue contundente: “Sí, en la tapa y en el staff. En el staff de la revista hay una frase que dice “Barcelona es una obra de ficción” y en la tapa dice “no toda la información ha sido debidamente chequeada”. Fue el final de la audiencia.
Afuera los integrantes de Barcelona conversaron con los medios. Pando y Lamolla de Plá se quedaron adentro, en el hall del tercer piso, charlando con un grupo de policías. Salieron media hora más tarde, en la vereda solo quedaban algunos fotógrafos. No había banderas ni cantos. Igualmente Cecilia Pando fue acompañada por un grupo de policías hasta que se subió a un taxi. La segunda jornada del juicio será el 5 de noviembre. Por parte de Barcelona va a declarar Damián Loreti, reconocido especialista en derecho a la información. Pando llevará dos testigos Patricia Isabal Mauriño y Ana Delia Magi. Magi es esposa del ex mayor Ernesto Barreiro, quien fue jefe del ex centro clandestino de detención y exterminio de La Perla, en Córdoba.
La tapa que dio origen al juicio
“Las chicas quieren guerra antisubversiva” dice la contratapa de la edición 193 de la revista Barcelona. En un evidente fotomontaje mostraba a Cecilia Pando atada al estilo bondage, una práctica sexual sadomasoquista. “Ceci Pando se encadena para vos”, anotaba también la publicación. Los días previos a la salida de ese número, Pando se había encadenado al Edificio Libertador para reclamar por la detención de militares procesados o juzgados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar.
Tres años después, Barcelona se enfrenta a un juicio por daños y perjuicios que tendrá como correlato obligado el alcance de la libertad de expresión: ¿la sátira y la parodia deben tener un límite?
Pando sostiene que la imagen deben analizarse en el contexto de sus costumbres y las de su entorno familiar. Agrega que la contratapa debe valorarse atendiendo a que es una imagen “pornográfica” que va en contra de su estilo de vida. En una parte de la demanda, Pando llega a sostener que la Barcelona la asoció con prácticas propias de las “mujeres de la calle”. Por su parte, Barcelona sostiene que la contratapa de esa edición no tenía como propósito dañar el honor de Pando sino abordar un tema público a través de recursos humorísticos. La respuesta de la revista a la demanda sitúa el caso en la cuestión de fondo: la libertad de expresión protege a la parodia y la sátira.
Al inicio, hubo una medida cautelar
En 2010, cuando Pando vio en los kioscos la edición de Barcelona inició acciones judiciales. El 17 de agosto de ese año presentó una acción de amparo que se tramitó en el Juzgado Nacional de primera Instancia en lo Civil N 108. Pidió una medida cautelar que ordenara retirar la revista de los kioscos por medio de las fuerzas de seguridad. El 18 de agosto el juzgado negó la medida cautelar. Al día siguiente, Pando apeló.
El 24 de agosto la Sala D de la Cámara Civil revocó el fallo de primera instancia y ordenó sacar los ejemplares de circulación y prohibió su distribución. Según consta en el expediente, Pando se sorprendió porque a pesar de la “imagen militarista que muchos medios labraron sobre mi persona” y de que Barcelona tiene un estilo underground ninguna comisaría reportó haber secuestrado ejemplares de la revista: “parece que la Policía Federal no debe coincidir con esos estereotipos en sus simpatías”, afirma.
Daños y perjuicios
El siguiente paso de Cecilia Pando fue empezar una demanda civil por “daños y perjuicios sustentados en severo agravio moral”. Pando considera que este agravio moral fue “inflingido intencionalmente” y pide 70 mil pesos de indemnización.
Los principales argumentos de Pando son:
- Que el cuerpo que aparece en la tapa no es el de ella pero “aparece como una imagen integral y como si se tratara de un desnudo de mi persona”.
- Que la fotografía “fue acompañada de leyendas de carácter pornográfico”
- Que está legalmente casada con el Mayor (RE) Pedro Rafael Mercado y tiene siete hijos. De estas tres afirmaciones, Pando concluye en la presentación de la demanda que “la lesión a mi honra es pública y manifiesta, no requiere de más pruebas”. Y afirma que no reacciona por la crítica a sus ideas políticas sino por la “vergüenza pública al difundir una imagen de mi rostro con el cuerpo desnudo de otra mujer, como si fuera yo misma”.
En la demanda, Pando pide una pericia psicológica para dar cuenta del “efecto que puede causar una publicación como la que constituye el objeto de esta demanda, sobre la actora, tomando en cuenta su entorno familiar y cultural” y también sobre su esposo e hijos. Las testimoniales que pide la demanda son el presidente de la empresa que distribuye revistas para ver si la medida cautelar de 2010 se cumplió y cuatro mujeres amigas de Pando para que den cuenta de “las costumbres de vida de la actora y su entorno familiar”.
Sátira y libertad de expresión
Barcelona pone el centro de su defensa en dos cuestiones: la militancia pública de Pando en favor de los militares responsables del genocidio ocurrido en Argentina entre 1976 y 1983 y el ejercicio de la libertad de expresión. Pando protagonizó en los últimos años varias situaciones de confrontación, agitación y gritos en la calle y actos públicos. “¿Hasta qué punto la actora puede sentirse agraviada por una fotografía que reconoce estar modificada y por frases notablemente exageradas cuando es ella misma la que busca destacarse llevando a cabo actos que exceden al orden normal de las cosas?”, responde la revista.
Barcelona argumenta “que no hay ningún contenido erótico ni pornográfico en sus publicaciones”, es decir que no es en esa clave que debe interpretarse la imagen. La revista ejerce la sátira y la parodia, precisan. Y “no hizo otra cosa que reflejar la noticia protagonizada por la actora utilizando el recurso de la sátira y parodia característico” de ese medio. “De ningún modo se quiso afectar la honra y el honor de la Sra Pando, sino que se satirizó una noticia pública”, concluyen. La contestación de la demanda adelanta parte de la jurisprudencia que se pondrá en juego en el juicio ya que cita numerosos casos en los que se dictaminó el derecho a publicar caricaturas de figuras públicas sin ser sancionado ni penal ni civilmente.
Entre los casos citados están:
- El fallo “Hustler Magazine vs Falwell” de la Corte Suprema de Estados Unidos en el que se dictaminó que la caricatura de personajes públicos no puede ser sancionadas virtud del “daño psicológico”.
- El caso Balbín contra Editorial Atlántida en el que la justicia determinó que la actuación pública o privada de personajes públicos puede divulgarse si está justificada por el interés general.
- El caso Ricardo Bussi contra Mario Pergolini. El hijo del genocida Antonio Bussi había demandado a Pergolini por un sketch en el programa Caiga quien Caiga. El fallo sostuvo que “la expresión satírica utiliza el humor o lo grotesco para manifestar una crítica” y que “la sátira no genera obligación de indemnizar”.
- El caso Silva Baéz contra Cuatro Cabezas. Esta sentencia también consideró que “Si el humor trajera aparejada indemnizaciones a favor de quienes se sientan ofendidos por este tipo de sátiras, nuestros tribunales se verían inundados de reclamos por daño moral con consecuencias imprevisibles, casi grotescas”.
- Dos demandas contra la Revista Humor con sentencias en el mismo sentido. Una de ellas, iniciada por María Julia Alsogaray.
Fotos: Leo Vaca
Fuente: Infojus
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