martes, 1 de octubre de 2013

ATVC insulta con malicia la inteligencia de millones de argentinos que eligieron ser cooperativistas

La Cooperativa de Provisión y Comercialización de Servicios Comunitarios de Radiodifusión rechazó las acusaciones de empresarios lucrativos que calificaron de monopolios a las entidades formadas por los propios usuarios. Ratificaron "la seguridad jurídica" que provee la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual
La Cooperativa de Provisión y Comercialización de Servicios Comunitarios de Radiodifusión (Colsecor) repudió las declaraciones vertidas durante las Jornadas Internacionales 2013 organizadas por la Asociación Argentina de Televisión por Cable (ATVC) que las conceptuaban como "monopolios" que cobran a "precio vil".
"Acusan a las cooperativas ser monopolios. ¿Quiénes? Los de siempre. Algunos empresarios pymes dedicados a la prestación de servicios de televisión por cable. Para que no queden dudas, decimos: no todos.
Lo hicieron desde que las cooperativas fueron silenciadas por la dictadura cívico- militar para desarrollar la comunicación audiovisual en nuestro país. ¿Por qué? Porque ellos, como representantes del lucro, y sólo ellos junto al Estado eran los que tenían el privilegio de poder tener ese derecho al ejercicio de la comunicación televisiva.
Insultan con malicia la inteligencia de millones de argentinos que eligieron ser cooperativistas para organizarse en la auto prestación de los servicios esenciales, públicos y comunitarios en miles de pueblos tierra adentro de nuestra Argentina.
Desconocen y menosprecian el valor de la solidaridad que nos moviliza desde nuestros orígenes con más de 100 años de experiencia comprobada en diversos escenarios históricos donde ante la ausencia del Estado fue la comunidad la que formó las cooperativas como empresas sustentables para el desarrollo local.
Son conservadores que resisten aun la democratización del país para mantener sus negocios de individualidad mezquina. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, según su visión sesgada, vino a crear privilegios a las cooperativas en desmedro de sus posiciones empresarias.
Claro, durante décadas no tuvieron riesgo empresario porque tenían las garantías de una norma viciada desde el año 80. Y nuestra democracia tardó 26 años en hacer la reparación de este fatalismo que creó poderosos altaneros que aún se afincan en las arbitrariedades que los beneficiaron en el pasado.
Cobraban un abono sin competencia. ¿Monopolios? Dicen ser pymes desde una ornamentación amable para la puesta en escena de sus discursos que sulfuran inequidades y desigualdades. Tampoco invertían lo suficiente para brindar un buen servicio a un costo razonable. Por algo es que donde hay una cooperativa, la comunidad siempre pide que lo desarrolle la economía social organizada.
Es verdad que hay empresas locales que han hecho bien las cosas y los usuarios sin ser asociados se han mostrados conformes. En las localidades todos se conocen y nadie puede escapar al sentido común que se devela con la contundencia de la imagen que muestra cómo vive cada uno.
Hoy tenemos seguridad jurídica con una ley promulgada por el Congreso de la Nación. Hay lugar para todos. La competencia y las reglas claras tan valoradas por el mundo empresario para desarrollarse están consolidadas para que nadie se sienta excluido. Las pymes pueden y las cooperativas de servicios públicos, también".
Fuente: ANSol