jueves, 15 de agosto de 2013

El "Cable de la ciudad" en un mal momento

Quiero compartir con mis contactos un texto que me hicieron llegar y me parece alarmante, ya que no es la primera vez que escucho o leo algo similar. Es un poco largo pero vale la pena. El tipo que lo hizo dice lo siguiente:
Escribo en calidad de abonado preocupado. Asisto con asombro a la pauperización miserable de Cablehogar. Advierto una maniobra perversa que sus periodistas y laburantes del canal deben padecer a diario.
Trabajo desde hace mucho tiempo como comunicador social y conozco a buena parte del personal del 'Cable de la ciudad'. He compartido coberturas periodísticas con los que estuvieron y los que están. Hubo un día, ya lejano, que sentí envidia de los colegas que trabajaban allí. Confieso que tenía la ambición de ser uno de ellos. Jóvenes unidos de tremendo coraje y un desparpajo fascinante que dejaban en ridículo a los canales de aire. Donde estaba la noticia estaba Cablehogar. Habían desarrollado con esfuerzo la potencialidad de salir en vivo desde distintos puntos de la ciudad (una virtud que supo explotar Canal 5 al asociarse con ellos para la utilización de móviles en vivo). Manejaban una logística y una capacidad de acción sorprendente. Muchas veces marcaron la agenda. La cobertura del incendio de la Facultad de Derecho, donde tiraban notas desde las escalinatas de gobernación con una Panasonic M9000 hoy forma parte de las tantas anécdotas ricas que tiene el folklore de los medios locales.
Leí, en varias oportunidades, cartas de lectores en el Decano de la Prensa Argentina donde halagaban la puesta en escena de esa empresa. Eran dinámicos, vivaces y eso les dio prestigio. Reputación que reforzaron con las impecables coberturas de elecciones.
¿Qué pasó?
¿En qué momento se rifó ese prestigio? ¿A cambio de qué?
Recuerdo con dolor la desaparición del semanario NE. Publicación gratuita de gran notoriedad.
Más tarde desaparecieron de los buzones todas las revistas CH con la programación y notas interesantes. En cambio injertaron en su grilla algo llamado La Guía; sinceramente, algo difícil de comprender.
Cuesta entender que la empresa atraviese una etapa de zozobra financiera. La expansión en cuanto a servicios de televisión, internet y telefonía ha sido un gran acierto. Al punto de contar con el visto bueno para extender sus productos más allá de la ciudad.
Sin previo aviso y de manera insólita dejaron de hacer el noticiero vespertino. A mi juicio una decisión absurda que desprecia el interés del abonado por consumir contenido local. Hoy sus cronistas en 2 turnos trabajan para un solo noticiero. Es inadmisible que un canal desprecie de esa forma la producción de su gente. Una cínica determinación tendiente a desperdiciar recursos.
Arrancaron intempestivamente un gran programa como el de Juan Junco con excelente contenido para suplantarlo por un bodrio aburrido y autorreferencial del que participa, cada vez, menos gente.
Tiempo más tarde Carolina Coscarelli renunció a su puesto de cronista durante la mañana. Sin embargo la empresa aún no ha encontrado reemplazante; y así será hasta que la vergüenza o -quizá- el sentido común les haga ver la necesidad de incorporar a alguien que ocupe ese lugar.
Como abonado he sido partícipe de semejante desidia. Sin embargo, todavía no encuentro adjetivo para definir lo que sucedió durante la semana pasada con los tristes episodios que vivió la ciudad. El martes por la mañana en Salta y Oroño advertí la presencia del móvil periodístico de la empresa. Fui testigo, con algo de extrañeza cómo desarrollaron informes telefónicos para el noticiero del mediodía. Hoy siento pavor por mi ingenuidad ya que supuse que durante el día articularían mecanismos para comenzar a transmitir desde el lugar como en aquellos lejanos tiempos. ¡Qué iluso! No sólo que volvieron a salir por teléfono, sino que observé cómo ese mismo binomio de trabajo hizo varios viajes para llevar las notas que levantaban en el lugar de la explosión. Destaco la cobertura de los medios televisivos de Rosario, aunque esta vez Cablehogar queda fuera del reconocimiento. Con tanta gente pendiente de lo sucedido CH no volvió a informar hasta el día siguiente y así fue hasta que llegó el viernes al mediodía donde no volvieron a brindar datos sobre las tareas de rescate. Lo penoso fue descubrir que desde ese momento y hasta el día martes no volvería a tener información tan trascendental para los abonados que intentamos mantenernos al tanto de todo lo que ocurría.
En efecto, pasaron 4 días hasta tener alguna novedad de lo que sucedía en Rosario:
· Explosión de Salta 2100.
· Muertes en el parque de diversiones.
· Cobertura elecciones PASO 2013.
· Resultados de las elecciones
· Fin del operativo de rescate.
El "Cable de la ciudad" le da la espalda a Rosario.
Una degradante pena.
Vía: Medios Rosarinos