sábado, 20 de julio de 2013

El periodista Barrett Brown, acusado de filtrar datos, puede ser condenado a 100 años de prisión

Este periodista, de 31 años, abrió una web para centralizar datos gubernamentales y luchar por la transparencia
Una nueva amenaza contra los archivos privados de Estados Unidos se une a los ya conocidos Edward Snowden y Julian Assange. Barrett Brown, joven periodista de investigación, puede ser condenado a 100 años de prisión por la filtración de archivos de la compañía americana Stratfor y una docena de cargos más.
Inspirado por la plataforma de Assange, Wikileaks, el joven decidió abrir un portal para centralizar datos gubernamentales y luchar por la transparencia denominado Proyect PM. En la página, que arrancó en 2009, Brown se centró en analizar los archivos privados que habían sido "hackeados" por grupos como Anonymous. Entre ellos, los archivos de la compañía especializada en servicios de inteligencia y espionaje Stratfor, entre cuyos clientes se encuentran las Fuerzas Armadas estdounidenses, American Express o Godman Sachs.
Sin embargo, lo que Brown señala es qeu Proyect PM no se dedicaba a al pirateo informático, sino que centralizaba la información que otros 'hackers' habían hecho pública y analizaba sus contenidos.
Apenas un año después de empezar a analizar los datos de los documentos obtenidos por los piratas informáticos, a principios de 2012, el Buró Federal de Investigaciones de EEUU (FBI) procedió a registrar la casa de Brown y confiscó varios de sus objetos personales, entre ellos su ordenador.
El joven, que se había dedicado hasta entonces al periodismo de investigación, decidió colgar en Youtube varios vídeos en los que contaba lo ocurrido con los agentes federales y amenazaba a uno de ellos de manera directa. Fue la gota que colmó el vaso. En septiembre de 2012, el FBI volvió a registrar su piso en Texas, e hizo lo propio con el de su madre. Acabó arrestado.
Finalmente, Brown fue acusado el 3 de octubre de ese año de tres cargos relacionados con el vídeo en el que amenazaba al agente federal y dos meses más tarde se añadieron a la causa otros 12 cargos federales en su contra por la filtración de los archivos de Stratfor, y otros dos más por obstrucción a la justicia. Está recluido en una prisión de Dallas (Texas) desde entonces y esta semana se confirmaron los cargos que pesan en su contra y la pena a la que podría hacer frente: un máximo de 105 años.

¿El fin de la libertad de expresión en EEUU?
Glenn Greenwald, el periodista del diario británico The Guardian que entrevistó al exanalista de la CIA Edward Snowden y filtró primero las informaciones a las que tuvo acceso y que han levantado la última gran polémica en EEUU, también conoce de cerca el caso de Brown, a quien ha podido entrevistar en varias ocasiones.
"Se trata de un periodista", argumenta Greenwald en uno de sus más recientes artículos sobre el joven."La persecución excesiva del Gobierno de EEUU dirigida a activistas de Internet, periodistas, defensores de la libertad y personas similares, están diseñados para aplastar los esfuerzos significativos que desafían su poder y su conducta", escribió.
Según explica el británico, los documentos que enlazó Brown en su portal eran datos sobre los que el joven, de 31 años, quería escribir e investigar. "Hay muchas razones legítimas para colgar esos documentos, particularmente para un periodista. El hecho de que esta dudosa acusación sea el centro del caso contra él revela el tipo de persecución que existe en su contra", insistió el reportero.
Asociaciones como Reporteros sin Fronteras (RSF) ya han salido en su defensa. "Por encima de todo, Barrett fue un periodista de investigación que simplemente hacía su trabajo al revisar los correos de Stratfor, un asunto de interés público", dijo el director de RSF, Christophe Deloire.
Haya incurrido en los delitos de los que se le acusa o no, lo cierto es que el caso de Brown se ha quedado diluido entre las informaciones de los periódicos pese al esfuerzo de otros periodistas y de plataformas como "FreeBarrettBrown", que piden su puesta en libertad.
Mientras tanto, Edward Snowden, el principal artífice de la mayor filtración de documentos clasificados de Estados Unidos, permanece al otro lado del océano a la espera de asilo político en la terminal internacional del aeropuerto de Moscú.
Aupado por infinidad de grupos de activistas y personalidades, así como por el apoyo de varios países de Latinoamérica que ya le han ofrecido su protección, para Snowden existe una esperanza que para Brown es cada vez menos cercana. El juicio en su contra comenzará el próximo septiembre.

Quién es Barrett Brown
La causa abierta desde 2012 contra el periodista Barrett Brown por supuesta revelación de información privada y actuación contra la autoridad federal estadounidense es un caso paradigmático de filtradores y activistas empantanados en procesos judiciales discutibles. Su actividad periodística había incomodado a la práctica totalidad de contratas y agencias de seguridad de EEUU dedicadas a la seguridad y el espionaje
Por: Fran Andrades
Casos tan mediáticos como los de Julian Assange, Bradley Manning o Edward Snowden y otros como el de Aaron Swartz o Hervé Falciani como ejemplo europeo, han situado al activismo en la red y el filtrado y revelación de informaciones sobre el proceder de gobiernos, su diplomacia y el espionaje en el primer plano informativo. Acusados por el gobierno estadounidense de traición, el impacto mediático y social de sus acciones acumulan simpatías y movimientos de indignación. Sin embargo, actores menos conocidos de la misma historia sufren la parte más dura de la misma maquinaria que ponen en entredicho.
Barrett Brown, es considerado la mayor autoridad periodística actual acerca de todo el fenómeno surgido en torno a Anonymous, hasta el punto de ser considerado por muchos como una suerte de portavoz. Sus colaboraciones en diversos medios y las revelaciones a propósito de las ampliaciones que el espionaje privado de compañías como Stratfor o HB Gary tenía para la seguridad ciudadana lo situaron en el punto de mira de diversas agencias al quedar expuestas ante la opinión pública en diversos artículos en The Guardian, Al Jazeera, Huffington Post o New York Press.
El trabajo de interpretación de remesas de filtraciones por parte de Wikileaks y la publicación de enlaces a documentación obtenida por Anonymous sería el detonante para que en 2012 el FBI lo detuviera finalmente bajo la acusación de revelación de secretos tras varios registros infructuosos en su domicilio y el de su propia madre.
Entre las revelaciones más significativas en la trayectoria de Brown destaca la denuncia del proceso de privatización y delegación de servicios de seguridad y espionaje. En concreto, consiguó información para revelar que actualmente existen unas 2.000 compañías privadas vinculadas de un modo u otro a la seguridad privada y el espionaje en EE.UU.

Periodismo activista frente a la privatización del espionaje
La trayectoria de este periodista desde 2005 pasa por sucesivas revelaciones en torno a la gestión del presupuesto de seguridad del gobierno estadounidense. Una de las más interesantes es la puesta en conocimiento público de la contrata de Trapwire para iniciar un servicio centralizado de videovigilancia con reconocimiento facial por parte del FBI. En su momento, la revelación de que la compañía Abraxas, propietaria de Trapwire y fundada por antiguos miembros de CIA, estaba desarrollando tal proyecto causaría revuelo mediático.
En 2009 inicia el Projecto PM, un sistema distribuido de colaboración para indagar sobre los contratistas privados del gobierno estadounidense que trabajan en los terrenos de la ciberseguridad, la inteligencia y la vigilancia. El mismo año, con la primera gran filtración de WikiLeaks, pasó a analizar los cables diplomáticos revelados y se involucra de lleno en la defensa de la transparencia y del caso abierto contra Bradley Manning.
En poco tiempo, Brown fue uno de los periodistas que más interés puso en las operaciones de Anonymous y los resultados de estas. Así la documentación que se hizo pública a partir de algunas de sus operaciones de infiltración fue pormenorizadamente analizada con revelaciones incómodas.
Apariciones suyas como las del documental We Are Legion y la dureza de muchos de sus trabajos periodísticos, acrecientan todavía más su vinculación pública con Anonymous, lo que junto al sigilo de sus miembros focalizaría aún más en su persona la animosidad de sus detractores.
Investigando a las contratas
En 2011 Anonymous hackeó la compañía de seguridad HB Gary filtrando miles de correos electrónicos muy comprometidos. Entre lo más destacado estaban los planes para tratar de destruir la reputación de WikiLeaks y la imagen de sus principales protagonistas, especialmente Julian Assange. También parece que habían conseguido información acerca de miembros de Anonymous, la que pretendían vender al FBI. La difusión de dicha información por parte de Brown condujo al cese de su Director General, Aaron Barr.
Seguidamente, nuevas filtraciones sacaron a la superficie al Equipo Themis, un grupo de contratistas que planeaban demoler a grupos de hackers de Anonymous mediante la infiltración y la creación de perfiles falsos. Asimismo buscaban la forma de silenciar a periodistas simpatizantes con las operaciones de estos. Entre los nombres de los contratistas desvelados destaca la compañía Booz Allen Hamilton, para la que trabajaba Snowden, Palantir, dedicada a la minería de datos en redes y el contraespionaje o HBGary Federal de nuevo. Esta información puso en tela de juicio contratos públicos multimillonarios que en casos como el de Palantir, sumaban en 2011 más de 250 millones de dólares.
Una nueva remesa de filtraciones de WikiLeaks, y una operación de Anonymous esta vez en relación a la empresa privada estadounidense Stratfor, especializada en servicios de inteligencia y espionaje, puso sobre la mesa más asuntos comprometedores sobre los que Brown escribió profusamente. Asimismo fue de los primeros en alertar sobre la exposición de datos privados que la intrusión había provocado, sobre todo en lo que concernía a nombres y números de tarjetas de crédito. De hecho, el enlace a estos datos se había hecho público y precisamente Brown, alertaba de su existencia.
La puesta en conocimiento público de las contratas privadas en seguridad, su costo y su auténtica forma de operar, revelada a través de la documentación confidencial filtrada deja en muy mal lugar a todos los actores implicados en las sucesivas revelaciones en las que Brown juega un papel relevante en cuanto a su difusión por diversos medios.

Persecución y detención
Convertido en objetivo de las mismas agencias que criticara, entre ellas el FBI, un primer registro de su domicilio en marzo de 2012 no consigue pruebas incriminatorias ni relación alguna con actividades de Anonymous. En muchos aspectos este acoso policial nos recuerda al sufrido por Aaron Swartz. La diferencia es que Brown, tras nuevos registros en el domicilio de su madre, realizó unas declaraciones en YouTube en las que comparaba a los miembros del FBI con el clan mafioso de los Zetas.
En septiembre de 2012 fue detenido por el FBI, en principio sin cargos. En octubre le denegaron la libertad bajo fianza y comenzó a formularse la acusación que desde entonces no ha parado de acumular cargos que no han hecho mas que dilatar la prisión preventiva a la que está sometido.
El texto incriminatorio es un compendio de enlaces y comentarios de Brown en medios como Twitter y YouTube, a través de los que se pretende trazar una relación entre este y hackeos e intrusiones informáticas de Anonymous. También se le acusa de conspirar para revelar información privada y actuar contra la autoridad federal, todo ello basándose en enlaces públicos y comentarios, muchos de ellos personales pero todos vinculados a su actividad periodística. Buena parte de su acusación recae en su supuesta colaboración con la intrusión en la red de Stratfor y el enlace a los datos analizados. A pesar de ello, no se ha demostrado ninguna relación de este con dicho hackeo, más allá de la crítica a dicha empresa.
En palabras de su abogado Ahmed Ghappour: "el problema es que haya empresas haciendo trabajo de inteligencia muy sensible para el gobierno. De ello se desprende que los enemigos de las empresas son también suyos y les interesa silenciar o enjuiciar periodistas que las investigan”.
En un momento particular en el muchas de las revelaciones perturban a la opinión pública, casos como el de Barrett Brown, un periodista especializado en el tema del espionaje, pueden indicarnos cuál sería el destino de gente mucho más implicada en las filtraciones como Snowden o Assange y las garantías jurídicas que pueden esperar.
Actualmente, existe una campaña abierta para dar a conocer este caso, con una página para financiar la defensa de este y la difusión de toda la información existente.

Reporteros sin Fronteras se encuentra alarmada: por los cargos que enfrenta actualmente el periodista de investigación estadounidense Barrett Brown, colaborador de The Guardian y de Vanity Fair. Antes de que lo arrestaran, en septiembre de 2012, el periodista de 31 años de edad investigaba el contenido de los más de cinco millones de correos electrónicos de la compañía privada de inteligencia y espionaje Stratfor que habían sido pirateados –y a los que era posible tener acceso– tras un ciberataque de sus sitios web y sus servidores. Finalmente, estos mails fueron publicados por WikiLeaks. Brown se encuentra detenido en un establecimiento federal y enfrenta cargos por los que podría ser condenado a 105 años de prisión. Su proceso debe abrirse en septiembre próximo.
“Barrett Brown no es un criminal ni tampoco un delincuente”, precisó Christophe Deloire, Secretario General de Reporteros sin Fronteras. “No infiltró ningún sistema y no parece tener el conocimiento técnico para hacerlo. Barrett es un periodista de investigación que simplemente cumple su deber profesional investigando un caso de interés público. La pena de 105 años de prisión que podría enfrentar es peligrosa y absurda, considerando que Jeremy Hammond, quien se declaró culpable del robo de información a Stratfor, podría pasar máximo diez años en prisión. Amenazar a un periodista con una condena tan larga constituye un verdadero aliciente a la autocensura para todos aquellos que se dedican a investigar”.
El robo de la información a Stratfor permitió desvelar las oscuras relaciones entre los servicios de inteligencia gubernamentales y las empresas de seguridad privadas. Entre los contenidos de los correos electrónicos se encontraron conversaciones sobre “oportunidades de secuestro y de asesinato”, según el semanario estadounidense The Nation. En uno de los mensajes, el vicepresidente de inteligencia de StratFor, Fred Burton, incluso sugería “aprovechar el caos en Libia para secuestrar a Abdekbaset al-Megrahi, autor del atentado de Lockerbie, quien había sido puesto en libertad por razones humanitarias debido a su enfermedad terminal”.
Como la información de Stratfor se encontraba en línea, Barrett Brown decidió examinar los mails robados y compartirlos con quienes colaboraban con él en el ProjectPM. Este sitio web, en cuya creación participó Brown, funciona como una base de datos dedicada a indagar la colaboración de los sectores público y privado –entre el gobierno estadounidense y las corporaciones privadas– en materia de inteligencia y vigilancia en línea. El joven periodista subió a esta plataforma una dirección URL, que ya se encontraba en línea en un chat. Dicho enlace redirigía hacia un documento en el que aparecía información de las tarjetas de crédito (sus números y códigos de autentificación) de clientes de Stratfor, así como los más de cinco millones de mails internos robados a la empresa.
Barrett Brown fue detenido el 12 de septiembre de 2012 por el FBI mientras conversaba en Tinychat. Le negaron la libertad bajo fianza y fue detenido sin que se conocieran los cargos ni se le ofreciera un tratamiento médico apropiado durante más de dos semanas. El 3 de octubre de 2012 un gran jurado federal presentó contra él cargos por “amenazas”, “conspiración” y “venganza” contra un funcionario federal (por haber amenazado a un oficial del FBI en un video difundido en YouTube). El 14 de diciembre de 2012 se presentaron contra él otros doce cargos relativos al robo de información de Stratfor. Finalmente, en enero pasado se presentaron dos nuevas acusaciones contra él por “ocultamiento de pruebas” que obstruían su detención; esto, después de que el FBI registrara su domicilio y el de su madre, el 6 de marzo de 2012.
Barrett Brown ya estaba en la mira del gobierno por haber contribuido a que se conociera el “Team Themis”, proyecto en el que también participaban empresas privadas contratadas por el gobierno federal, que buscaba arruinar financieramente al colectivo Anonymous y hacer callar a los periodistas que simpatizaban con él. Representantes demócratas pidieron que se creara una comisión que investigara este asunto. El caso de Barrett Brown agrava aún más el preocupante clima que enfrenta la libertad de información en Estados Unidos.
Más información: http://freebarrettbrown.org
Fuentes: Agencia EFE, El Diario, Intereconimía