domingo, 14 de abril de 2013

"¡Entrá a la nota y leelo!"

Por: Claudio Barros - Jefe de Noticias, diario Los Andes - cbarros@losandes.com.ar
"Señores de Los Andes, ¿por qué no ponen información sobre…?" decía el mensaje escrito por una mujer en la página que el diario tiene en Facebook. Primero fruncí el ceño al leer la queja e inmediatamente me fui a la página web para verificar la existencia (o no) de la noticia en cuestión. Y allí estaba, con fotos, video y testimonios, a la cabeza de la portada del diario.
¿Por qué en la red social nos reclamaban abordar un tema que ya estaba en la web del diario? pensé. Al tiempo que me hacía la pregunta surgía sola, por obvia, la respuesta: porque muchos leen las noticias en Facebook o en Twitter en vez de verlas en el diario on line. Parece una perogrullada pero la acción revela más de lo que se ve. Habla de un cambio en la actitud -y por ende de las demandas- de la gente frente a los medios.
Es una realidad y hay que enfrentarla. Descubrí en carne propia una verdad que de tan cercana nos cuesta verla a los que trabajamos en los medios: gran parte de la vida útil de la información está afuera de ellos.
Claro que mi experiencia no es la que -solamente- me lleva a sacar conclusiones y plantearme preguntas. La tendencia existe alrededor del planeta y produce un fenómeno curioso: adaptarse a una pauta cultural que nadie sabe a ciencia cierta cuánto va a durar. Hoy todos están en Facebook o Twitter pero quizá mañana o pasado el consumo de información tome otros rumbos.
Hace un par de años un estudio del Centro de Investigación Pew se preguntó "¿cuáles son las formas más comunes en las que se ven las noticias?" y los resultados mostraron que el consumo de noticias on line crecía a pasos agigantados y sólo era superado por la televisión. A partir de allí se prendieron las alarmas y todos los diarios salieron a reforzar sus versiones web para satisfacer la demanda. Sin embargo no bastó y ahora tenemos nuevos retos.
Porque prever la tendencia no es el único desafío para los medios y los periodistas. También lo es, quizá más que cualquier otro, tener paciencia a un consumidor demandante y -a falta de palabra más adecuada- "perezoso", que pide la mayor cantidad de información con el menor desarrollo que se pueda.
Voy al ejemplo para ilustrar: en un tuit de Los Andes contamos que se estrena una serie de cuatro capítulos sobre Charly García en Canal Encuentro y agregamos el link a la nota completa. Inmediatamente aparece un usuario que pregunta "¿A qué hora?".
La primera reacción de uno es contestar "¡Entrá a la nota y leelo!" pero, claro, el sentido común indica que hay que ser más cortés y el olfato periodístico que algo no está andando bien.
Si ante el creciente número de lectores que no pasan del título de una nota sumamos a los demandantes usuarios de redes sociales todo indica que hay que replantearse la forma en la que damos la información.
Hoy nuestros lectores nos leen en la calle pero ya no sólo en el papel sino también en sus celulares, tablets y, en nuestro caso, en las pantallas que están en varios comercios de Mendoza.
Hay una necesidad real de información y en estos tiempos de banda ancha y teléfonos móviles los medios ya no son la única fuente a la que la gente consulta. Sin embargo los diarios, la radio y la TV tienen una ventaja valiosa: (varios) periodistas que entienden que la calidad de un contenido sigue siendo prioridad más allá de las formas y que adaptarse es una necesidad cultural y profesional.
Fuente: Diario Los Andes