jueves, 18 de abril de 2013

"El periodista se ha convertido en un ser vengativo"

Juan Cruz lleva cincuenta años dedicado al periodismo y cree que el gran problema de este oficio en la actualidad es que el periodista "se ha convertido en un ser vengativo que utiliza su opinión antes que la información", y se dedica a "adoctrinar"
"Que la gente no se crea los periódicos -hablo en términos generales- es muy grave, y eso no lo ha conseguido internet ni ninguna amenaza interior. Lo hemos conseguido nosotros, utilizando nuestra pluma para difundir rumores o para insultar", decía hoy Cruz en una entrevista con Efe, con motivo de la publicación de su libro "Especies en extinción", editado por Tusquets.
En este libro, continuación de "Egos revueltos", con el que ganó en 2009 el Premio Comillas de Memorias, refleja su pasión por los dos oficios que ha desempeñado, el de periodista y el de editor, y recrea su relación con algunos de los innumerables escritores que ha tratado a lo largo de su vida, entre ellos Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, José Saramago, Javier Marías, Mario Benedetti, Manuel de Lope, Arturo Pérez-Reverte o Antonio Muñoz Molina.
No cree que el periodismo y la edición estén "en peligro de extinción", pero sí atraviesan una profunda crisis y "están en peligro", sobre todo en España, "donde es muy débil el tejido cultural".
"La cultura española no gira en torno a nada, ni en torno a la música, ni a los libros, ni al cine", comenta Juan Cruz (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1948) antes de asegurar que ese "problema gravísimo" no ocurre en países como Francia, Alemania, Gran Bretaña o Italia.
Y si "está en peligro el oficio de editar" no es solo por la irrupción del soporte digital, "que todavía vende muy poco", señala Juan Cruz, que fue director de Alfaguara entre 1992 y 1998 y que luego dirigió la Oficina del Autor del grupo PRISA.
La entrevista tiene lugar el día en que algún medio digital ha difundido que Alfaguara iba a ser vendida a Random House, algo que ha sido desmentido por PRISA, aunque este grupo reconoce que hay conversaciones con diferentes interlocutores para esa posible venta.
Tampoco corren buenos tiempos en el periodismo, donde se vive "un momento de desilusión y de asesinato de la curiosidad".
Juan Cruz regresó en 2005 a "El País", su periódico desde 1976, y asegura que su vuelta fue la de "una persona inconsciente" porque tenía ya 55 años y a esa edad "uno no puede volver a un lugar en el que ya estuviste ni pretender hacer lo que ya hiciste".
En el libro también alude al ERE que ha vivido recientemente El País, un proceso "muy doloroso para todos", y que él ha tratado de contar "por la huella sentimental" que le dejó, no como una crónica.
"Si hubiera escrito una crónica, hubiera sido probablemente injusto con alguna parte del conflicto", asegura.
Si en "Egos revueltos" recreaba el lado humano y creativo de muchos escritores y hablaba del inmenso ego que tienen algunos, en "Especies en extinción" se centra más en la experiencia del editor con el autor, como partícipe del trabajo editorial.
"La función del editor es hacerle la vida fácil al escritor. Que él escriba su libro, y mientras dura ese proceso lo tienes que alegrar, darle buenas noticias. Tienes que volcarte en él, tienes que ser una sombra eficaz".
El editor tiene que "renunciar a muchas cosas", y ser consciente de que "es probable que, a pesar del esfuerzo que hagas, el escritor puede irse con otro, afirma Juan Cruz, que siempre llevó mal que sus autores cambiaran de editorial.
Y es que su nuevo libro es también "la expresión de un arrepentimiento", porque en algunos casos reaccionó "mal cuando los escritores, con todo derecho legítimo, optaron por intentar otras aventuras editoriales", señala.
Y no son pocos los escritores que eran de Alfaguara y que, por diferentes razones, luego se fueron a editoriales de otros grupos, entre ellos Antonio Muñoz Molina, Juan José Millás o Manuel de Lope. Pero también hubo otros que han permanecido en este sello desde hace años, como Vargas Llosa, Pérez Reverte o Javier Marías. Y no será por falta de novios.
Como hace en casi todos sus libros, el autor se deja llevar por el torbellino de la memoria en su nueva obra.
Un gesto, un olor, una canción o una imagen pueden ser el detonante de algunas de las vivencias que cuenta en el libro, como su entrevista con la escritora J.K. Rowling, para la que "fue determinante el momento de verla bajar del taxi", que le permitió encontrarse "con una persona muy distinta a la escritora famosa y rica" que se había imaginado.
"Era un persona normal, turbada por la notoriedad que había alcanzado. Y muy triste. Acaso el escritor o escritora más triste que he conocido en mi vida, más que Onetti, más que Rulfo, y quizá tan triste como Kafka o Scott Fitzgeral antes de beber", dice Juan Cruz.
Fuente: Agencia EFE