martes, 1 de enero de 2013

"La Defensoría del Público es una herramienta de transformación superior”

Cynthia Ottaviano es periodista dejó “en pausa” su carrera para ejercer el cargo surgido en la Comisión Bicameral del Congreso. Y se propone “trabajar para que no haya discriminación ni violencia mediática contra las mujeres, y se respeten los derechos de niñas, niños y adolescentes”
Por: Emanuel Respighi
Es la defensora de los 40 millones de habitantes que tiene el país. Aunque parezca exagerado, y suene a un slogan más propio de una superheroína que de una funcionaria, Cynthia Ottaviano es la encargada de defender los derechos de todos los televidentes y oyentes de radio.
Una tarea para nada sencilla, teniendo en cuenta que es quien debe velar porque los canales de TV y las emisoras de radio no vulneren los derechos esenciales de los receptores de sus mensajes. Algo que, desde una aproximación meramente perceptiva, parecería estar pisoteado casi minuto a minuto en los medios audiovisuales. Todavía acomodándose en el rol al frente de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Ottaviano delinea aquí sus objetivos primordiales en el organismo creado por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Periodista por vocación y profesión, Ottaviano fue hasta hace menos de dos meses jefa del equipo de investigaciones del diario Tiempo argentino. Con conocimientos en el área audiovisual (realizó varios trabajos documentales), la mujer que no titubeó nunca en expresar su apoyo al gobierno nacional decidió poner en suspenso su carrera periodística para pasar a poner en gestión estatal sus inquietudes y conocimientos. “Creo que vivimos un momento fundacional en la Argentina, que implica la profundización de la democracia, camino a 30 años de su recuperación”, reflexiona la primera persona en estar al mando del nuevo organismo. “Somos muchos y muchas los que trabajamos por la ampliación de derechos, y cuando el viento de la Historia pasa, no podés decir que no. Hay una frase de Malraux que dice algo así como que el hombre no se conoce a sí mismo en sus pensamientos, sino cuando es llamado a la acción. Así que cuando me dijeron “¿Viste todo lo que decís? Bueno, ahora vení y hacelo”, acepté el desafío.

La Defensoría del Público es una figura que no existía y que inaugura la nueva LSCA. ¿Cuáles van a ser los ejes de su gestión?
Voy a trabajar para empoderar a la ciudadanía, difundiendo y promoviendo la ley porque nadie puede reclamar por un derecho que no conoce. Vamos a hacer una tarea pedagógica muy fuerte entre trabajadoras y trabajadores de la comunicación, porque entre todos estamos construyendo un nuevo mapa comunicacional en la perspectiva de los derechos humanos. Y esto es nuevo porque hasta hace no mucho la mayoría de los medios de comunicación fueron el aparato de propaganda de una dictadura genocida, concebidos bajo la doctrina de la seguridad nacional; más tarde bajo el designio de las corporaciones, porque hasta hace tres años esa misma ley de la dictadura con la firma del genocida Videla había sido emparchada con la firma de los presidentes, no hay duda, pero también de las corporaciones. Llegó el momento en que es el Estado el que salvaguarda el derecho a la información y dicta, en ese sentido, leyes antimonopólicas, como la LSCA. Voy a crear una biblioteca para centralizar la información y la producción sobre comunicación audiovisual en la Argentina, porque hay mucho conocimiento en pocas manos. Será de mucha accesibilidad como la Defensoría y vamos a trabajar muy fuerte para defender los derechos del público, en pleno cumplimiento de la ley.

¿Cómo evalúa a la TV y las radios actuales? ¿Cuáles son los principales problemas que, según su criterio, signan a la comunicación audiovisual?
Aún prevalecen criterios del paradigma neoliberal, en el que donde hay un chico se ve un negocio, donde hay una mujer se ve un objeto de dominación y donde hay una persona sólo se piensa en una parte de un punto de rating. Ahora comprendemos que todos somos sujetos de derecho y tenemos que ser respetados como personas, tenemos que tener igualdad de acceso a los medios y a las nuevas tecnologías. La ley nos convoca a trabajar para que no haya discriminación en la radio y la televisión, para que no haya violencia mediática contra las mujeres y para que se respeten los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Si hay discriminación, violencia mediática y no se respeta a los chicos, entonces es claro todo el trabajo que tenemos por delante.

Históricamente, el mapa mediático argentino mostró a privados fuertes y a un Estado débil o complaciente. La LSCA cambió esa tendencia, convirtiendo al Estado en un actor regulador y promotor. ¿Cómo cree que van a recibir los actores comerciales este cargo nuevo, que tiene la potestad de canalizar y representar reclamos cuando se ven vulnerados los derechos del público? ¿Ya tuvo reuniones con privados?
La primera reunión que tuve fue con la Coalición por una Comunicación Democrática, con quienes planteamos una agenda común de trabajo; luego con la CoSiTMeCos, la Confederación Sindical de Trabajadores de los Medios de Comunicación Social; con las chicas de la Red PAR, que trabajan por una comunicación no sexista; con el defensor del Pueblo de la Nación; con el interventor del INADI, Pedro Mouratian, y con los representantes de diferentes sectores que trabajan muy fuerte para que la comunicación en la Argentina sea más inclusiva; tengo varias reuniones pendientes y una de ellas será con el sector privado. La construcción de esta Defensoría será una construcción colectiva, como lo fue la LSCA. Hasta ahora todos han tenido una excelente predisposición y hemos dialogado incluso sobre sus expectativas, porque muchos de ellos trabajaron para que esta Defensoría exista. No tengo dudas de que trabajaremos en conjunto.

Usted fue propuesta por la Comisión Bicameral del Congreso, a través de representantes del Frente para la Victoria. ¿Medirá con la misma vara las faltas de los medios estatales como las de los privados?

Voy a ser imparcial, defendiendo siempre al público y a la ley. Pienso en la defensa del derecho a la comunicación de los 40 millones de argentinos, un derecho inalienable y que su cumplimiento no puede estar en manos de un grupo económico. No creo que nadie me pague el sueldo para que defienda a un privado ni a un medio estatal: mi tarea es la de defender al público, no al medio, ni a sus directivos ni propietarios.

Algunos criticaron su postulación al cargo porque ha hecho público su apoyo al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y a la LSCA. ¿Qué opina al respecto?

Esos fueron los argumentos del Grupo Clarín SA para impugnarme. La única impugnación que tuve fue de ese grupo y se sostenía precisamente en mis opiniones, mis artículos periodísticos y en que publiqué una investigación sobre Papel Prensa y que los denuncié ante la SIP, la Sociedad Interamericana de Prensa, por persecución sindical. Se me impugnó por pensar como pienso, cuando en la Argentina no hay delito de opinión. Se le hizo mucho daño al pueblo cuando se perseguía a las personas por cómo pensaban. Es cierto que, poco después de que fueran los únicos que me impugnaran –recibí 800 adhesiones de universidades, organismos de derechos humanos, trabajadores de diferentes redacciones, personalidades de la cultura y demás–, ese mismo grupo económico pidió que metieran presos a un grupo de periodistas y funcionarios justamente por sus opiniones. Jamás oculté lo que pienso, ni pienso en ocultarlo. Defiendo la trascendencia de que la sociedad sepa qué piensan los funcionarios, los periodistas y no le escondan o disfracen sus verdaderos intereses. Pero eso de ninguna manera será un obstáculo para que ejerza la defensa del público de la radio y la TV con la imparcialidad que requiere.

¿Cree que le será complejo diferenciar su posición política con el rol institucional que cumple desde hace un mes?

Tengo clarísimo que tengo que defender al público. Durante muchos años tuve mi columna de Defensa de los Consumidores y los Usuarios en Radio Nacional para cooperar en la defensa del avance permanente de las corporaciones sobre los derechos de las personas. La diferencia es que ahora no defiendo a consumidores ni usuarios, sino a sujetos de derecho, y que no lo haré como periodista, sino como funcionaria pública, con un grado de responsabilidad mucho mayor, pero también con una herramienta de transformación superior.

Uno de los grandes problemas que hasta ahora tuvo el medio es que las sanciones o multas por infracciones eran muy difíciles de aplicar. Incluso, en la mayor parte de los casos, el Estado terminaba conmutando esas sanciones por segundos de publicidad (algo que la nueva ley prohíbe taxativamente), en una suerte de “moratoria”. ¿Ahora están dadas las condiciones para que el peso de la ley caiga sobre los infractores y corrija los “desvíos”?
No creo que las sanciones por sí mismas o en sí mismas sean el camino de transformación que necesitamos para que los medios de comunicación argentinos sean plurales, diversos, inclusivos, plenamente democráticos. Creo que el mejor camino es la tarea colectiva, la pedagogía, la reflexión, la apertura al debate... El verdadero cambio lo haremos colectivamente, pero aplicando, está claro, la ley con toda su fortaleza. Que no quepa la menor duda de que voy a actuar con toda la fuerza que la ley manda.

Dentro de cuatro años, ¿con qué objetivos logrados se daría por satisfecha respecto de su rol al frente de la Defensoría?
Con que la gran mayoría del pueblo sepa que cuenta con la Defensoría, que ese es su espacio de defensa de sus intereses y derechos, con que las niñas, niños y adolescentes participen activamente también, con que los trabajadores y trabajadoras de la comunicación la consideren como una herramienta para mejorar su tarea, con la incorporación del debate y la reflexión permanente a la vida cotidiana de la sociedad de la comunicación y con el cumplimiento de la LSCA por parte de todos los licenciatarios, autoridades y profesionales. Sueño con una Argentina con una comunicación plural y diversa que refleje la infinita riqueza cultural de nuestro pueblo. Mi deseo es que, en cuatro años, te vuelva a encontrar y te pueda decir que pude hacer mi aporte, por más pequeño que haya sido, para que nuestros medios de comunicación sean todo lo democráticos que necesitamos.

Las vías para denunciar
En poco más de un mes en funciones y con escaso conocimiento de parte de los televidentes y oyentes de su funcionamiento, la Defensoría recibió varias denuncias, de muy variado tenor. “Estoy trabajando en la resolución de todas ellas”, se compromete la periodista. “Esta semana logramos que una denunciante de Jujuy que aseguraba no tener acceso a los medios de comunicación para contar una problemática seria, que afectaba según sus dichos al barrio y a una escuela, lograra comunicarlo a nivel nacional. Salió por la radio y contó su historia y la de otros damnificados”, explica. Aunque en otros países es común (existe el “garante” en la legislación italiana o el “defensor del Oyente y del Telespectador” de Radio Televisión de Andalucía), la novedad de la figura de defensor requiere para su aceitada puesta en marcha el conocimiento de toda la ciudadanía. ¿Cómo hace la gente, entonces, para realizar una denuncia? “La denuncia de Jujuy –cuenta Ottaviano– me la dieron personalmente, cuando terminó una charla que di en la provincia. Por eso estoy trabajando en la creación de la página web, el 0800 y la casilla de correo para que tod@s puedan realizar sus denuncias, reclamos o consultas desde cualquier lugar de la Argentina, de manera sencilla, totalmente gratuita y sin necesidad de dármela personalmente.”

La necesidad de un equipo
La LSCA crea en su artículo 19 la figura de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, el organismo que tiene entre otras funciones “recibir y canalizar las consultas, reclamos y denuncias del público de la radio y la TV y demás servicios regulados”, “teniendo legitimación judicial y extrajudicial para actuar de oficio, por sí y/o en representación de terceros, ante toda clase de autoridad administrativa o judicial”. Además, el ente se encargará de llevar un registro y seguimiento de los reclamos y denuncias presentados, convocar a audiencias públicas y formular recomendaciones públicas a los titulares, autoridades o profesionales de los medios, a la vez que puede realizar presentaciones administrativas o judiciales para ordenar que se ajusten a lo que dicta la ley. Para llevar adelante con eficiencia una tarea titánica, Ottaviano señala que cuenta con un equipo “de veinte personas” que integran la Defensoría interdisciplinaria. “Hay –enumera la funcionaria– una dirección de relaciones con las audiencias, dedicada a vincularse con el público, no a ‘atenderlo’, sino a recibir sus denuncias, reclamos o consultas y responderles hasta que quede cumplido el objetivo de protección de sus derechos; otra dirección, justamente, de protección de derechos y asuntos jurídicos; otra de investigación, monitoreo y análisis; y otra de capacitación y promoción de la ley, fundamental para conseguir cambios a largo plazo. Un equipo de trabajo sólido que irá ampliándose en la medida de las necesidades.”
Fuente: Diario PáginaI12