En el festejo por el medio siglo de la institución que nuclea a entidades periodísticas, habló su presidente Carlos Jornet
El presidente de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (AdEPA), Carlos Jornet, condenó ayer los intentos gubernamentales de silenciar las voces críticas y reiteró que la entidad que preside continuará bregando por la plena libertad de expresión, la pluralidad ideológica, el derecho a la crítica y el acceso a la información estatal.
“Periodistas y medios vivimos en libertad vigilada, en libertad condicional”, destacó al hablar en la cena de camaradería que cerró los actos por el 50º aniversario de la institución representativa de la prensa argentina y en la que participó, como invitado de honor y orador, el filósofo, ensayista y novelista español Fernando Savater.
A la comida, en el Salón Gaudí del Hotel NH City&Tower, a metros de la Plaza de Mayo, en la Capital Federal, asistieron unas 300 personas, entre directivos, editores y periodistas de los medios asociados a AdEPA, dirigentes de otras entidades ligadas a la comunicación y la industria editorial, además de invitados especiales de distintos ámbitos del quehacer nacional.
Tras rendir homenaje a los fundadores de la entidad, Jornet dijo que a casi 30 años del restablecimiento de la democracia “subsiste un marco de libertad para el trabajo periodístico”, aunque advirtió que “hace tiempo que los márgenes de esa libertad se vienen acortando peligrosamente”.
“No hay censura, si entendemos por ello la prohibición de publicar informaciones u opiniones, pero hace tiempo que gobiernos elegidos por el pueblo practican otros modos de intentar silenciar a la prensa”, enfatizó.
Fue así que mencionó “como mecanismos de censura indirecta” disfrazados “con el ropaje de fomentar mayor pluralismo”: al hostigamiento gubernamental a medios y periodistas independientes; las persecuciones; trabas administrativas y ahogo económico; la creación de causas judiciales por supuestos “delitos”; leyes restrictivas aplicadas con criterios discriminatorios; la distribución arbitraria de la pauta publicitaria estatal y el armado de un “costoso bloque” de medios paraoficiales con los recursos del Estado.
Jornet, director periodístico del diario cordobés “La Voz del Interior”, citó un reciente documento de la conducción de la Iglesia Católica, al decir que “la libertad de expresión en la Argentina está siendo asfixiada, restringida, inhibida” como consecuencia del “clima de creciente confrontación contra la prensa planteado desde el Gobierno nacional y por no pocos gobiernos provinciales” lo cual, a su vez, “condiciona el libre ejercicio de la actividad”.
Sostuvo que a AdEPA “le preocupa que se sancionen leyes con nombre y apellido; que se presione a la Justicia hasta el extremo de desplazar o doblegar a algunos jueces; que se demoren soluciones a las pymes periodísticas como método para condicionar líneas editoriales; que se utilice a organismos del Estado para perseguir a medios y periodistas y que se empleen recursos públicos para impartir premios y castigos”.
“Pero -subrayó- todo esto nos preocupa no sólo por quienes padecen estas acciones en forma directa sino porque cada una de estas 'sanciones' contra la prensa libre tiene un efecto ejemplarizador para quienes quieran ejercer un periodismo crítico del poder político, sea un gran multimedio o un pequeñísimo semanario de pueblo”.
Luego criticó el “relato oficial” que alienta “un país en blanco y negro” pues, según esa “visión bipolar”, los medios estatales y los afines al gobierno se presentan como “defensores de la democracia y el pueblo, mientras los que no se someten al discurso único son elementos de distorsión social, expresiones destituyentes, antipopulares, representantes de una burguesía retrógrada”.
“Rechazamos esa falsa opción. Seguimos creyendo que la pluralidad de voces, la sociedad multicolor, la tolerancia a la crítica y la capacidad de asumir errores, son las bases de una comunidad que crece”, indicó Jornet, para luego destacar que “la descalificación de quien piensa diferente, el agravio, la persecución ideológica y la conversión de cada adversario en un enemigo, destruyen la convivencia y representan un ataque a los derechos humanos fundamentales”.
En ese sentido, dijo no comprender “que un gobierno que dice defender los derechos humanos no respete” derechos esenciales como la libertad de expresión, la libertad de prensa y el libre acceso a la información pública “que, además -subrayó-, permiten verificar que todos los demás derechos y libertades sean respetados. Porque aquella sociedad que renuncia a expresarse en libertad, que no defiende el libre acceso a la información pública, poco a poco va cediendo otras libertades”. Agregó: “La prensa libre es causa pero también consecuencia de una sociedad libre”.
En el tramo final de su discurso, advirtió que “sin un Estado transparente y sin prensa libre no peligra sólo la libertad de periodistas y editores: desaparece el derecho de los ciudadanos al control de los gobiernos” y mencionó que entre las fechas en clave de los últimos tiempos (por “el 13-S”, “el 8-N”, “el 20-N” y “el 7-D”) era “imprescindible en nuestro almanaque ‘el 40-R’”.
“No es un error. ‘El 40-R’ es el día del reencuentro de los 40 millones de argentinos, el día en que dejemos atrás enfrentamientos, confrontaciones, miradas binarias y relatos únicos, para abrir nuevos espacios de diálogo y construcción colectiva”, concluyó Jornet.
Fuente: Agencia DyN