Luiz Inácio Lula da Silva no se siente muy a gusto con el traje de ex presidente. Consciente de que a casi tres años de dejar el cargo sigue siendo tal vez la voz más escuchada de América latina, habla con la convicción de un hombre que todavía puede darles algunas lecciones más a sus viejos aliados
Pese a que siente una debilidad irrefrenable por sus compañeros de ruta, no anda con vueltas. De visita en la Argentina , elogió como de costumbre a Hugo Chávez, Evo Morales y Cristina Kirchner. Pero, sorpresivamente, pareció presumir de haberse comportado muy distinto que ellos en temas sensibles como la relación con los medios, la inflación y la reelección indefinida.
"La democracia es un ejercicio de alternancia de poder", dijo en una entrevista con La Nación Lula, de visita en el país para participar en el coloquio de IDEA.
¿Pero no cree que la experiencia brasileña es distinta, que se respetaron más algunas libertades? Por ejemplo, usted siempre fui muy crítico con la prensa de su país, pero nunca llevó adelante una ofensiva contra los medios como está ocurriendo en la Argentina y Venezuela?
Necesito tomar un café (bromea). Déjame contarte una cosa. Yo pienso que pocos líderes políticos del mundo fueron y son criticados por la prensa como yo. Sin embargo, yo no me quejo. Yo nunca tuve la prensa a mi favor, y no por eso dejé de ser el presidente con la mayor aprobación de mi país. Me parece que debemos creer en la sabiduría de los lectores, de los radioyentes y de los televidentes. Ellos sabrán juzgar los valores del comportamiento de un político, y también del comportamiento de la prensa. Cuando la prensa está exageradamente en contra, entonces nadie le cree. De la misma forma que nadie le cree cuando está exageradamente a favor. Pienso que el equilibrio, la serenidad, el compromiso con la verdad es lo que da credibilidad, tanto al político como a la prensa.
¿Entonces cree que esta ofensiva contra la prensa en la Argentina y Venezuela puede ser incluso contraproducente para los gobiernos?
Cada país vive su propia realidad, y hay que respetarla. Sí creo que en Brasil nosotros necesitamos instalar una discusión política sobre un nuevo marco regulatorio de los medios. La última regulación es de 1962, por lo tanto no hay ninguna explicación para que en el siglo XXI tengamos la misma regulación que en 1962, cuando no había teléfonos celulares ni internet. La evolución que hubo en las telecomunicaciones no está regulada. Esa pelea existe en la Argentina, en Venezuela, en México, donde Ricardo Salinas y Slim están en guerra todo el santo día. Y en Brasil preparamos en una conferencia nacional, donde participaron, partidos, medios de comunicación, participó la telefonía, y elaboramos una propuesta de regulación, que hay que discutirla con la sociedad. No hay modelo definitivo, no hay modelo de O Globo, de Folha, de Lula o de Dilma, eso no existe. Entonces vamos a empezar una discusión con la sociedad para saber qué es lo más importante par a que los medios de comunicación sean cada vez más retransmisores de conocimiento, de información, cada vez más libres y sin injerencia del gobierno. Y lo digo por mi experiencia, ustedes en la Argentina nos siguen bien de cerca. Yo aprendí a no estar reclamando y decir que la prensa es culpable de todo. Cada uno es responsable de sus actos. Yo soy responsable por mis actos, y la prensa es responsable por sus actos, y por eso seremos juzgados. Yo ya fui juzgado, yo fui reelecto en 2006, yo elegí a mi presidenta en 2010, así que he cumplido mi misión. Ahora espero que la prensa siga cumpliendo su misión de informar a la sociedad brasileña y al mundo entero.
Ver entrevista completa acá