jueves, 14 de junio de 2012

"Te van a tener que ayudar esos que protegen a periodistas, ahí vas a tener que ir cuanto te caguemos a trompadas"

El secretario gremial del Sindicato Marítimo de Pescadores (SiMaPe), Rodolfo Chávez, amenazó telefónicamente a Roberto Garrone: “Te vamos a cagar a trompadas, que ni se te ocurra volver a pasar por el puerto porque la vas a pasar mal”. La denuncia se radicó en la Fiscalía General de Mar del Plata
Por: Karina Fernández y Roberto Garrone
El secretario gremial del SiMaPe, Rodolfo Chávez, amenazó por vía telefónica al periodista de este medio Roberto Garrone, poniéndolo en aviso de que lo iban “a cagar a trompadas” y que no se le ocurriera volver a pasar por el puerto porque la iba a pasar mal. La denuncia fue radicada ayer por la mañana en la Oficina de Denuncias de la Fiscalía General de Cámaras Departamental del Poder Judicial de Mar del Plata. El fiscal que entiende en la causa es Mariano Moyano y en los próximos días se notificará a los involucrados.
Antes que comenzara el conflicto del SiMaPe, Roberto Garrone ya había recibido una amenaza del secretario adjunto del gremio, Mario Sosa, a la que en su momento no le dimos la importancia debida, habida cuenta de los hechos de violencia de los que hemos sido testigos en este último tiempo.
Cuando un grupo de facinerosos incendió la Cámara de Armadores, Garrone intentó comunicarse con Rodolfo Chávez. Luego de maltratarlo, el gremialista le dijo que no lo llamara más. Para evitar males mayores, desde la redacción de este medio se decidió que no sería Garrone quien cubriría el desarrollo del conflicto. Ninguna nota ha sido generada por él, pero ello no evitó que desde la dirigencia del SiMaPe lo amenazaran gravemente.
Hacía más de un mes que el periodista no se comunicaba con el Secretario Gremial del SiMaPe, pero ante los hechos de violencia vividos en la mañana del martes en la nueva planta del Grupo Mattera y la acusación del armador que involucraba al gremio, Garrone buscó conocer la versión de los hechos del dirigente sindical. Éste, en lugar de dar una explicación o desentenderse, como también es de práctica, prefirió calificar al cronista de “traidor” y de “mercenario”, diciéndole textualmente “Ustedes están comprados”. Quien piense que este medio puede estar comprado por los grandes grupos empresarios de la pesca, definitivamente no conoce la historia de Revista Puerto y con seguridad jamás la ha leído..
Hasta aquí no era más que una bravuconada de un dirigente de estilo patoteril; pero la situación pasó a mayores cuando directamente amenazó la integridad física del periodista.”En el celular quedó marcada la hora, 18:02. Su número de celular lo tengo agendado por lo que sabía quién me llamaba, cuando atiendo le pregunto si se había arrepentido y me iba a decir algo sobre los incidentes en lo de Mattera”, relata Garrone. Sin embargo la respuesta fue desconcertante: “¿Cómo vas a decir que soy un sicario? ¿Vos sabés qué es ser un sicario? ¿Sabes vos eso?”, le decía Chávez. Sin que existiese la posibilidad del diálogo, el periodista no pudo explicar, en primer lugar, que él no estaba escribiendo sobre el conflicto ni tampoco que en ninguna nota se había calificado de sicario a nadie. Lo que sigue es la transcripción del monólogo amenazador del Chávez: “Te vamos a cagar a trompadas, te van a tener que ayudar esos que protegen a periodistas, ahí vas a tener que ir cuanto te caguemos a trompadas. Sos un traidor, ni se te ocurra volver a pasar por el puerto porque la vas a pasar mal.” Luego el locuaz dirigente cortó.
Juan Domingo Novero, secretario general del SiMaPe, una vez más se desentendió de los hechos: “No sé nada, nunca sé nada, yo no mandé a apretar a nadie”, expresó, dando por terminada la comunicación. No resulta extraño que Novero diga que no sabe nada: lo mismo hizo con la primera amenaza de Mario Sosa hacia Garrone, con la quema de la Cámara de Armadores, con la agresión física al capitán del buque “Giacchino”, con la bomba molotov en la oficina del abogado de CaIPA y con el apedreo de la planta de Mattera. Habrá que entender entonces que Novero es solo una figura decorativa, un muñeco de torta al que ponen y sacan de la tarima en cada asamblea pero que ninguna injerencia tiene sobre la Comisión Directiva del gremio que dirige.
Sin embargo, cada vez resulta más difícil creer que detrás de cada acto de violencia no esté la figura del Secretario General comprometida. En el puerto de Mar del Plata se intenta sembrar el miedo, siendo esta quizás la última herramienta con la que cuenta un dirigente en retirada. El Estado brilla por su ausencia, las piedras y las agresiones no llegan a Capital Federal y cada cual puede seguir como si aquí nada pasara.

Por qué hice la denuncia
Por: Roberto Garrone
A lo largo de estos años reflejando la actividad pesquera y portuaria en Mar del Plata nunca había pasado por una situación similar, de una amenaza directa. Me descoloca la irracionalidad de la reacción y el supuesto motivo que la justificaría.
Nadie nunca en Revista Puerto ha utilizado la calificación de sicario para con Chávez ni para con nadie. He podido contar otras historias del gremio y de Juan Domingo Novero, su secretario General, sin que nunca haya recibido como respuesta algo más grave que una mala cara.
Creo que Chávez nunca leyó una nota de esta revista. Imagino que uno lee la nota, dos la comentan y el resto saca sus propias conclusiones a partir de lo que otros creen comprender. O quieren o les conviene interpretar.
Pero ante semejante falta de cordura pensé que lo mejor era proceder con racionalidad. Hacer la denuncia penal por amenazas en la Fiscalía General me pareció lo más sensato. Como para marcar un límite ante tanta sinrazón.
A lo largo de estos días el conflicto SiMaPe con los armadores ha sumado imágenes violentas al álbum de la barbarie. El incendio de la Cámara de Armadores, el ataque a la tripulación del Buque Pionero, la golpiza al capitán del buque “Giacchino”, la bomba molotov en el estudio jurídico de Fernando Rivera, las piedras contra el frente de la planta Mattera. No tenía intenciones de ser otro peldaño de una escalera construida a fuerza de miedo y agresiones que no conduce a ningún lado.
Es tan disociada de la realidad la reacción y amenaza de Chávez que hasta he pensado que lo que tal vez quisieran hacer es que tome estado público. Así podrían continuar desplegando acciones violentas para mantener bajo control una medida de fuerza que tambalea. Tal vez no, y me equivoque. Son violentos por naturaleza y esperan agazapados el momento justo para esparcir la dosis.
Los miles de marineros que le pelean a las olas mar adentro merecen tanto el aumento que piden como tener otros representantes. Unos que estén a la altura de la dignidad de su oficio.
Fuente: Revista Puerto