miércoles, 23 de mayo de 2012

Una pelea contra las patronales y el estado

Libertad de expresión y derecho a la información
Hace una semana, en el programa de Jorge Lanata, se presentó un grupo de periodistas -entre ellos, algunos que son altos directivos de los medios en los cuales trabajan- que impulsa una campaña para que los funcionarios del Gobierno Nacional hagan conferencias de prensa, por el derecho a preguntar en las mismas y por la distribución de la pauta oficial. Esta campaña arrancó hace un mes y medio con una solicitada, en la que se observa la mano de las patronales de Clarín y La Nación en un intento para alinear a un sector de los trabajadores detrás de su enfrentamiento con el gobierno.
El cuestionamiento al veto estatal a las preguntas durante las conferencias de prensa por parte de los trabajadores es completamente legítimo, ya que el Gobierno es la principal máquina de censura y bloqueo de la información a través de los medios estatales (TelAm, Radio Nacional, Canal 7), paraestatales (Grupo Szpolski, Olmos, PáginaI12, etc.) y, en general, a través de la coerción que ejerce con el aparato del Estado, como demuestra, por ejemplo, el bloqueo a la información que significa la intervención patotera de Guillermo Moreno en el Indec.

La censura de unos y otros
La censura y la presión patronal sobre los trabajadores existen en todos los medios privados, sean opositores u oficialistas, y en los medios públicos. Sin embargo, no en todos ellos reviste el mismo carácter. La censura que efectúa a diario el Grupo Clarín tiene como función imponer los intereses sociales de un sector capitalista. La censura por parte del Estado está agravada porque tiene como función regimentar a las masas populares, y lo hace erigiéndose como el representante político del pueblo, ocultando que está al servicio y la defensa de los intereses particulares de los sectores dominantes.
La Naranja de prensa repudia la censura y el bloqueo a la información, porque esta se ejecuta sobre los trabajadores de prensa y hacia las masas que no pueden acceder a la información de forma plena. Asimismo, defendemos de forma incondicional el derecho de los periodistas a ejercer su trabajo libremente y, por lo tanto, el derecho a la información. Más aún, si lo hacen enfrentando a un Estado capitalista que conspira contra los trabajadores.
Sin embargo, esto no puede hacerse, ni lograrse, de la mano de las patronales 'opositoras', cuando ellas mismas se encargan de ejercer la censura contra los trabajadores y cercenar la información a las masas populares.
La pelea por la libertad de expresión contra la coacción estatal, por tanto, no puede estar en manos de representantes de las patronales que quieren manipular ese reclamo para sus propios fines. Rechazamos la pretensión de Clarín acerca de convertirse en adalid de la libertad de expresión.
Estamos ante una nueva trampa para los trabajadores de prensa:
De un lado se convocó a los trabajadores en los medios K para que subordináramos nuestras necesidades a su presunta pelea contra los medios “hegemónicos”.
Ahora nos convocan Magnetto, Mitre y Fontevecchia para que hagamos causa común en sus reyertas antigubernamentales por la “pauta oficial” y una defensa de la libertad de expresión que, ellos mismos le niegan a sus empleados.
Por último, no queremos dejar de señalar que la falta de un sindicato independiente que intervenga para defender los intereses de conjunto de los trabajadores de prensa abona el terreno para dejar las campañas en defensa de la libertad de expresión en manos de las patronales, como Clarín y La Nación.
La libertad de expresión y el acceso a la información sólo se pueden conseguir luchando de forma independiente a las patronales y al Estado, no asociándose a ellos.
La Naranja de Prensa