Mujica negó que se busque ley de medios al estilo argentino
"Nadie en el gobierno está redactando o trabajando para nada en ninguna Ley de Medios como se ha informado equivocadamente", dijo esta mañana el presidente José Mujica en su audición radial de M24.
Para el mandatario "parte de la prensa, y fundamentalmente con un sentido opositor, tiende a tratar de asociar lo que se piense y hace en esta materia en Uruguay con la ley de medios que se discute en Argentina. Hay como una tentativa de emparentar cosas que son francamente distintas", reflexionó.
En ese sentido, Mujica dijo que el Ministerio de Industrias, en conjunto con Presidencia, está coordinando una ley de servicios de comunicación audiovisual que no busca "amordazar a medios o periodistas", sino "dar certezas jurídicas y garantizar mayor libertad de expresión, no solo para los medios, sino para todas las personas".
"Se trabaja en una ley de servicios de comunicación audiovisual, no ley de medios, porque no se pretende regular los medios de comunicación. La prensa está regulada en la ley de prensa y el código penal, de 1989, y nadie piensa tocar eso", puntualizó el presidente, para luego agregar que se busca "trabajar" en los medios audiovisuales (radio y televisión), aunque aclaró que "tampoco existe interés en regular los contenidos de los informativos o meternos en la eventual línea editorial de los medios".
Para Mujica "no es cuestión de regular contenidos" con este o cualquier gobierno diciendo "lo que es bueno o malo, lo que es o no es de calidad. No nos corresponde ese papel. Lo que hacemos es aplicar un proceso transparente y participativo a los medios".
La norma que impulsa el gobierno promueve, dijo Mujica, la competencia, la defensa y el fortalecimiento de la industria audiovisual nacional. "Creemos que esto en el fondo es una defensa de nuestra cultura y de nuestra identidad" y agregó que asociaciones de defensas de consumidores, de discapacitados, de los niños han aportado en la ley. "Es un proceso que lleva años. Desde la administración pasada, Uruguay lucha por mejorar su democracia y trata de modernizar el marco legal sobre la libertad de expresión y los medios de comunicación".
"No es una tentativa de acallar a los dueños de los medios. Pero sí va a procurar plantearles que tienen obligaciones y responsabilidades con la sociedad", enfatizó. Además, el presidente reconoció que en estas cuestiones "hay choques de intereses" y por eso se necesita "un marco jurídico". "Esa ley intentará proteger y promover en todo lo posible la producción nacional de contenidos", agregó.
Mujica repasó normativa instrumentada a nivel de comunicación desde la llegada del Frente Amplio al poder: la ley de radiodifusión comunitaria (2007), la ley que despenalizó los delitos de desacato y difamación e injurias en asuntos de interés público, “un decreto para que las frecuencias (de radio) no fueran entregadas por dedo” (2008) y la ley de acceso a la información pública y presentado por el Ministerio de Educación y Cultura sobre contenidos nacionales de radio y televisión (2009). “Recordemos esto, seamos justos”, comentó. Por eso "se está tratando de integrar las iniciativas de ese proyecto también en este borrador que se está construyendo, tratando de ensamblar todo en el proyecto de ley".
"Tenemos una serie de normas en materia de telecomunicaciones que hay que revisar y ordenar. La mayoría son decretos presidenciales, nunca hemos tenido una ley en este sentido. Es hora que tengamos una ley global de telecomunicaciones, porque hay que definir un rumbo claro y tratar de apuntar a una ley que nos define cuáles son los objetivos y reglas de juego para el desarrollo de muchos de estos servicios estratégicos para el desarrollo del país", enfatizó.
Si bien reconoció que por delante queda una "vasta tarea", aclaró que hay "urgencias para hoy" que obligan a dar un primer paso "impulsando algo que es una ley corta, que apenas será un capítulo de una ley de telecomunicaciones, pero que necesitamos definir ya", afirmó.
Pero antes, aclaró, se debe reconocer quiénes usarán estas "carreteras de las telecomunicaciones" y quiénes no, qué peajes pagarán y qué seguridad habrá en las mismas. "Qué papel juega en todo esto Antel; tenemos que definir si habrá monopolios y si los va a haber en todos o en algunos sectores. Tenemos que definir cómo garantizamos el acceso a toda la población a un servicio universal de banda ancha y telefonía, quién tiene que aportar, quién lo ejecuta y quién lo controla", dijo el presidente uruguayo.
"Tenemos que dar esa definición y cuáles son los límites. Y allí surgirán los contenidos. Es un panorama complejo, pero tenemos que separar que no existe ninguna ley de medios como en Argentina", finalizó.
Escuchá al Presidente Mujica:
Ley de Medios: "Me preocupa que se intente regular contenidos"
Advertencia de Astori sobre propuesta del gobierno
Por: Gonzalo Ferreira y Paula Scorza
El gobierno está redactando una ley de medios. ¿Está bien regular los contenidos de la televisión? ¿Hay que limitarlos? ¿Algo debe estar prohibido?
Creo que es un tema en el que hay que tener mucho cuidado. Hay por lo menos dos capítulos que me gustaría diferenciar. Por un lado el acceso a los medios, a la propiedad o explotación de los medios. Ahí me parece que Uruguay tiene que hacer un buen esfuerzo para democratizar y enmendar procedimientos del pasado, en el que la asignación que se hizo de la utilización de bienes públicos como son las posibilidades de usar los medios masivos de comunicación –por ejemplo el espacio radioeléctrico, la radio y la televisión– no fueron los mejores.
Lo dice porque se asignaba muchas veces a dedo…
A dedo, como todos podemos recordar. Entonces, creo que sería bueno tener alguna garantía jurídica que nos permitiera actuar con equidad. Porque no es menor el tema de acceder a la autorización de bienes públicos que juegan un papel tan importante en la sociedad.
Y después hay todo otro capítulo, el capítulo de contenidos, que me preocupa mucho. Me preocupa mucho que se intente regular. Porque el riesgo de cometer errores es muy importante y por lo tanto creo que habría que tener mucho cuidado. Alguna vez he empleado esa frase que no es mía, que dice que “la mejor ley de medios es la que no existe”, y la he repetido respecto a contenidos, a la regulación, al decirle a un medio ‘usted puede hacer esto y esto no lo puede hacer’, o ‘puede hacer esto durante este tiempo y no más’, o ‘lo puede hacer desde este punto de vista y no desde este otro’. No soy un experto. Si hubiera propuestas, que no conozco, habría que estudiarlas. Pero es la parte que más me preocupa de una posible ley de medios. La primera, la considero necesaria.
Según informó La Diaria, había alguna idea de limitar los espacios de publicidad infantil, y también había alguna otra idea sobre la crónica roja…
Sí, el otro día sin ir mas lejos tuvimos una propuesta del senador Luis Alberto Lacalle en el sentido de prohibir la propaganda o la difusión sobre las elecciones internas de los partidos políticos. Eso indirectamente es una regulación de contenidos. Yo no estoy descalificando toda posibilidad de regular contenidos, estoy diciendo que es lo que más me preocupa y lo que más difícil hay para hacer y que habría que examinar con mucho cuidado.
¿Y la cuota-pantalla? ¿La posibilidad de que sí o sí tenga que haber contenidos nacionales se incluye en esta preocupación?
Lo incluyo en regulación de contenidos, y entre las cosas que hay que analizar con mucha calma. Nosotros cuando hemos hecho campañas electorales recientemente, incluso en las internas de 2009 y en la campaña electoral posterior, en materia cultural defendemos la posibilidad de que haya ficción nacional, porque es trabajo creativo artístico para mucha gente, y le hace muy bien al medio y a la sociedad, y mucho mejor a los actores y artistas en general. Pero de ahí a establecer una obligación en una ley hay un salto. Creo que habría que tener mucho cuidado de cómo se formula.
Manejos de la información
Por: Marcelo Pereira
El jueves 24 el diario El País inició una “tormenta con matracas”, como decía el contador José Pedro Damiani, al anunciar en su primera plana que el Poder Ejecutivo se proponía enviar al Parlamento, en el mes de junio, un proyecto de Ley de Medios “que incluiría normas sobre contenidos”.
La síntesis en portada de la noticia -basada en declaraciones del director nacional de Telecomunicaciones, Sergio de Colallevó inserto el destaque de una entrevista al periodista argentino Joaquín Morales Solá, con la cita de una opinión que no costaba mucho vincular al mismo asunto: “En Argentina uno sabe que tiene que pagar las consecuencias de hacer periodismo independiente”. Las dos notas ocuparon, contiguas, la página 5, abriendo la sección Nacional con los títulos “El gobierno enviará este año una Ley de Medios” y “El kirchnerismo quiere eliminar rol de la prensa”. Pura casualidad, quizá.
En realidad, De Cola se refería al proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que se prepara desde hace tiempo en la dirección a su cargo y en el marco general del Ministerio de Industria. Sobre el estado de su elaboración había informado la diaria el 17 de mayo, indicando que el borrador contenía la exigencia de un mínimo de producción nacional en las emisoras de radio y televisión (se ha manejado entre 30% y 50%), límites a la cantidad de publicidad por hora, restricciones a la publicidad dirigida a público infantil y a la aparición de niños en los avisos, prohibición de mensajes discriminatorios o de incitación al odio y la obligatoriedad de traducciones a lenguaje de señas para algunos tipos de programación en televisión.
La nota de El País mencionó algunas de esas ideas y agregó que, según “fuentes del gobierno y de la sociedad civil que en 2010 participaron de la negociación de esta ley”, habrá también “artículos referidos al derecho de las audiencias (incluida la figura del defensor de las audiencias)” y sobre la transmisión gratuita de “acontecimientos de alto interés público como los partidos de la selección”, así como el reconocimiento de que los periodistas tienen derecho a no participar en coberturas que violenten sus principios y a que no se los presente como autores de trabajos modificados sin su consentimiento.
Varias de esas posibles propuestas serían, si efectivamente se incluyeran en un proyecto de ley y fueran aprobadas, “normas sobre contenidos”. Pero quienes sin leer la nota periodística hayan visto los comentarios sobre ella de dirigentes partidarios, que comenzaron rápidamente a difundirse, pueden haber pensado que estábamos al borde de una embestida feroz contra las bases de la convivencia democrática.
Como se ha vuelto costumbre, hubo un festival en Twitter. “Qué tentación la de manejar la información para algunos”; “¿Ley de medios? ¿El Estado regulando contenidos? ¿Libertad?”, escribió Pedro Bordaberry. “¿Por qué una ley de medios si Mujica no la quería? Después de todo lo que han atacado a los medios de comunicación me da terror”, tecleó Ana Lía Piñeyrúa. “Ley de medios, controlar contenidos, regular conciencia de periodistas. ¿Estamos en Argentina? Espero que Mujica y Astori la sigan desechando”, acotó Álvaro Delgado. “La Libertad de Prensa no se regula ¿quien es el ser superior q pueda decirme q tengo q leer, escuchar o ver? La mejor ley es la q no existe”, sentenció Luis Alberto Heber.
Lo de que “la mejor ley de prensa es la que no existe” es una máxima que se popularizó en España, a la salida de la dictadura de Franco, y que puede sonar bien hasta que se razona un poco sobre su significado. No la toman al pie de la letra los rentistas que integran el oligopolio de la televisión uruguaya, ya que vienen ejerciendo una sostenida presión sobre el presidente Mujica para convencerlo de que la eventual apertura a nuevos actores en “su” terreno pondría en peligro la soberanía nacional, justamente por una cuestión de contenidos. La regulación les parece muy bien si sirve para defender sus actuales posiciones y muy mal si les exige mínimas responsabilidades.
Resulta natural y saludable la existencia de tensiones y conflictos entre los medios de comunicación y el Estado. Cuando todo es armonía entre ellos, cabe sospechar que algo anda mal para los simples ciudadanos. Malo es que, en vez de discutir lo que realmente está en juego, se apueste con frivolidad al efectismo. “Twitter” significa “parloteo” y “twit”, “imbécil”, pero eso tampoco habría que tomarlo tan al pie de la letra.
Fuente: La Diaria, El Observador, El País