domingo, 20 de mayo de 2012

Ignacio Ramonet: “En ningún país existe libertad de prensa o libertad de expresión sin límites”

Para el director del diario francés Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, América Latina está viviendo el mejor momento de su historia: 80 millones de personas han salido de la pobreza por las políticas de gobiernos progresistas. Lo dijo en El Ciudadano TV y, además, aseguró que los medios públicos son garantía de información seria, veraz y verificada; y que la libertad de prensa y la libertad de expresión tienen los límites que plantea la ley
América Latina está viviendo un proceso político diferente, o al menos algunos países, y la prensa tiene un papel preponderante. En Argentina, Bolivia, Venezuela y Ecuador, los grandes medios con su protagonismo quieren evitar una realidad que se está viviendo. ¿Cuál es su opinión?América Latina vive un momento muy particular, probablemente está viviendo el mejor momento de su historia, tras dos siglos de historia, está celebrando el bicentenario de las independencias y quizás en estos dos últimos siglos nunca ha habido, como lo estamos viendo ahora, a la vez democracia extendida en los países latinoamericanos, paz con la excepción de lo que ocurre en Colombia...globalmente hay una pacificación.

México también...
De otra naturaleza en México, pero no de naturaleza política directamente. Por otra parte se está viviendo un crecimiento muy importante en estos países, que además esto se acompaña por una disminución de la pobreza. Hay que saber que en los últimos 12 años, en América Latina más de 80 millones de personas han salido de la pobreza gracias a las políticas implementadas por los gobiernos progresistas. Estamos viviendo un momento muy importante para América Latina y además es un momento de estabilidad política, y esto probablemente puede durar también, de manera que estamos en un contexto en que nunca ha habido tanto interés por la integración, con todos estos mecanismos que vemos desarrollarse como la UNASur, el Alba y la CELAC.
Todo esto muestra una voluntad latinoamericana de trabajar en común y en favor de la prosperidad de los pueblos. Yo creo que el esfuerzo que están haciendo los gobiernos progresistas, que son mayoritarios en esta región, es un esfuerzo que pone hincapié en la justicia, en la igualdad y por consiguiente en el campo de los medios había una terrible desigualdad, porque había un monopolio del sector privado sobre los medios de comunicación y muchos de estos gobiernos se han planteado la necesidad de volver a equilibrar ese monopolio en la propiedad de los medios y están creando servicios públicos de información y comunicación.
Esto es bastante mal tolerado por los grupos privados de comunicación y por eso hoy en día, cuando uno se pasea por América Latina, -yo he estado dando conferencias en Argentina, Brasil, Bolivia, en Venezuela, y en todos estos países, y aquí en Ecuador- hay esta misma batalla en la que los medios privados reprochan al gobierno democráticamente elegido, por supuestamente atacar a la libertad de expresión o practicar la censura, cuando en realidad el problema es que no quieren perder el monopolio de la propiedad de los medios que tenían.

Hace muchos años en América Latina prevalecía el Consenso de Washington, es decir, desde Estados Unidos se imponían las políticas, muchas, políticas económicas dictadas por el FMI y el Banco Mundial. Ahora lo curioso es que existe en la mayoría de países de América Latina un consenso sin Washington. ¿Cómo mira esta situación?
La lección que se sacó de la práctica del Consenso de Washington fueron los planes de ajuste estructural que se practicaron por una enorme violencia social, fue lo que se llamó las terapias de choque que se practicaron en muchos países con las políticas neoliberales. Eso provocó verdaderas insurrecciones populares, hay que recordar en América Latina, en los años 80 y hasta 90, unos siete u ocho presidentes democráticamente elegidos fueron derrocados por insurrecciones populares que no aceptaban esas políticas de castigo social.
A partir de ahí ha habido fuerzas políticas nuevas, líderes nuevos ligados a los movimientos sociales que habían llevado la lucha contra el neoliberalismo, los que se encuentran en el poder, llevando a la práctica políticas de compensación de la deuda social y por eso estamos en una política muy diferente, tan diferente que hace que esa experiencia de haber tenido que luchar contra el Consenso de Washington, lleva ahora a los nuevos gobiernos a tener políticas mucho más pensadas para preservar los sectores estratégicos de la economía y trabajar en pro de una integración Latinoamericana. Es importante subrayar que en este momento en la Unión Europea estamos viviendo una especie de Consenso de Washington a destiempo.

¿El Consenso de Berlín ahora?
El Consenso de Berlín, tiene razón, que se traduce con planes de ajuste estructural extremadamente brutales que están empobreciendo a la población en Grecia, Portugal , Irlanda, Italia, España, en muchos países, y Europa está viviendo lo que vivió América Latina en los años 80 y 90 con estas políticas.
Es posible que el resultado sea el mismo, vemos que las elecciones están llevando al poder ahora a líderes y partidos de izquierda, también suben las extremas derechas, hay que tener bastante cuidado, pero en todo caso hay una similitud entre lo que conoció América Latina hace 20 años y lo que está conociendo ahora la Unión Europea, y de ahí que muchos líderes jóvenes europeos miran hacia América Latina para hallar soluciones de respuesta, es el caso particular en Francia de Jean-Luc Mélenchon, el líder del Frente de Izquierda, y el líder de Ciriza, la fuerza de la izquierda de la izquierda griega que ha llegado en segunda posición, mejor situado que el partido tradicional de la socialdemocracia.

El mundo vivió una crisis económica muy grande, especialmente Estados Unidos y Europa. América Latina está en una globalización y se contaminó de esa crisis, pero la sorteó bien con mayor presencia del Estado. Particularmente en Ecuador, el Gobierno del Presidente Correa invierte en educación, salud, vivienda e infraestructura. ¿Considera que el Estado ha tomado protagonismo en América Latina?Una de las características de América Latina es que el Estado está jugando un papel de protector a los ciudadanos y estratégico en el campo de la economía. Es exactamente lo contrario de lo que se hizo en los años 70 y 80 cuando se privatizó la economía nacional en la mayoría de los países latinoamericanos. Es exactamente lo que se está haciendo en Europa este momento, donde se están desmantelando los Estados.
Pienso que este nuevo papel del Estado, que permite que haya un mercado y un sector privado, pero que controla el sector estratégico importante, es una mayor garantía para el buen funcionamiento de la economía. Yo digo que sigue aquí la crisis que empezó en 2007 y 2008 y lo que podemos observar es que, por primera vez en la historia económica reciente, una gran crisis que se produce en Estados Unidos no tiene repercusiones muy negativas en América Latina.
Sigue la crisis en Europa, y Estados Unidos está saliendo, pero los países latinoamericanos tienen un crecimiento importante, han tenido un año y medio de disminución del crecimiento, pero nunca han estado en recesión, porque las economías latinoamericanas se han diversificado y no dependen de un único proveedor que era Estados Unidos, ahora dependen también del comercio con China y otros países del Mediterráneo o africanos.

¿Cuál es su visión sobre el desarrollo de los medios públicos en Ecuador?La decisión del Presidente de la República de desarrollar un sector público de la comunicación me parece fundamental, porque existe en todos los grandes países democráticos y es una garantía de que no se va a depender de la publicidad, de los intereses de una empresa, del objetivo absolutamente de ganar dinero, sino que los profesionales que realizan esa función van a estar preocupados de dar una información seria, verídica y verificada, y esto es una garantía para el ciudadano que puede tener la opción de escoger el medio que desee.
La prensa privada acusa a los medios públicos de ser voceros del Gobierno de turno. ¿Cuánto tiempo hay que esperar para que se desarrollen los medios públicos y cómo hizo Europa en este sentido?
En todos los países, hasta en Inglaterra que es el país modelo con la BBC, existe ese reproche al sector público de que la información está al servicio del gobierno. A veces es cierto que el Gobierno trata de controlar a los medios públicos, pero para eso existen sindicatos y la ética de los periodistas para saber frenar las ambiciones de un gobierno que quisiera manipular a la información.
No se improvisa en 3, 4 o 5 años un sector público de la información y por consiguiente se necesita de experiencia, hay que ir hacia el hecho de que el sector público de la información no esté directamente piloteado, pero sí que esté piloteado por una alta autoridad o un tribunal supremo de los medios y que la composición de este tribunal sea plural, para que no exista sospecha de que está al servicio de tal o cual partido.
En Francia, por ejemplo, es el propio Presidente de la República quien nombre a los presidentes de las empresas públicas de información, por consiguiente hay sospecha que está nombrando a amigos suyos para que dirijan la información más favorable al gobierno, y ese es un debate permanente, y nadie pone en duda el carácter democrático de Francia. Lo único nuevo es que el sector privado ve que pierde una parte del mercado. En todos los países, el sector público en la radio y televisión es el más apreciado y considerado por los ciudadanos, mucho más que el sector privado, en cierta medida esa es la responsabilidad de los profesionales que hacen esa información.

El Ecuador ha estado en el ojo del huracán por el tema del diario El Universo, en el que un editorialista escribió una injuria contra el Presidente. ¿Cómo se vio esta situación afuera?
Hay una dramatización excesiva de este asunto, en realidad creo que el Presidente dio prueba de gran inteligencia de la situación, porque planteó una queja pública ante la justicia, no hizo abuso de poder, podría haber dicho soy el Presidente y voy a tomar tal decisión. La justicia dijo lo que pensaba que era justo y, en este caso, que efectivamente hubo abuso de la libertad de expresión contra el Presidente. En Francia, en este momento de elecciones presidenciales, entre la primera y segunda vuelta un periódico en la web publicó un documento diciendo que demostraba que el coronel Gadafi había dado 50 millones de euros a
Sarkozy para financiar su campaña electoral de 2007, eso está prohibido; Sarkozy, basándose en la ley del 22 de julio de 1889, que castiga con penas de cárcel a las personas que difunden falsas informaciones, planteó una queja ante los tribunales que aún no se ha resuelto, contra el periódico acusándolo de difundir falsa información. Nadie ha dicho que en Francia hay censura o que Sarkozy es un dictador.
En todo caso, el Presidente Correa ha dado una prueba de que son debates que pueden llevarse en el plano intelectual, pero también en el ámbito de la justicia, y que en ningún país existe libertad de prensa o libertad de expresión sin límites, todas las libertades tienen los límites que plantea la ley.

Háblenos de su libro
Escribí un libro que se llama “La explosión de la comunicación” y, en particular, la explosión del periodismo. Este libro es una reflexión de cuáles son los efectos del impacto de internet en el ámbito del periodismo, cómo hoy no se puede hacer periodismo como en otra época, qué es lo que está cambiando, qué es lo que las redes sociales están modificando, Twitter y Facebook, por qué la prensa escrita de papel de pago está desapareciendo en tantos países y qué es lo que está sustituyendo, qué nuevos géneros y tecnologías. Es decir, es el libro que hace una síntesis general de este enorme terremoto que se está produciendo en el periodismo y, por otra parte, una serie de proposiciones sobre vías para tratar de preservar algo fundamental que es un periodismo libre, sin el cual no puede haber democracia.