Las tratativas se iniciaron en 2009 porque Néstor y Cristina consideraban que Hadad era un “traidor”. Desde entonces, trataron de facilitar el traspaso del holding que controla el canal C5N y la Radio 10, la de mayor audiencia
Por: Mariano Confalonieri
El Gobierno supervisó el desembarco de Cristóbal López en los medios de Daniel Hadad. La negociación no empezó el año pasado, sino en 2009, cuando el kirchnerismo sufrió una dura derrota a manos del peronismo disidente, encabezado entonces por Francisco de Narváez.
Ese año, la jefa de Estado fue la que tuvo la idea. Se quería deshacer de Hadad porque decía que era un “traidor” y que difundía noticias de enemigos de la Casa Rosada. Arrancó, entonces, a buscar quién podría hacerse del conglomerado que incluye el canal de cable C5N y Radio 10, la frecuencia de AM más escuchada.
Mientras Néstor Kirchner quería la continuidad de Hadad, Cristina veía en el empresario una de las razones de la derrota legislativa. Uno de los más beneficiados por el jefe del Grupo Infobae siempre fue Sergio Massa, el intendente de Tigre, que se fue expulsado del Gobierno acusado de haber traicionado los principios kirchneristas. La cosa se puso peor con Massa después de que se filtraron cables de la embajada norteamericana, donde calificaba a Kirchner como “psicópata”. Sin embargo, el canal de Hadad siguió transmitiendo los festivales en el municipio de Massa y mostrando imágenes de las cámaras de seguridad.
“Nunca se jugó por nosotros”, dicen que opinó Cristina a la hora de dar su veredicto. Hadad, caído en desgracia, vio lo que el destino le deparaba. Vender. Algunos aseguran que el año de la derrota legislativa, CFK le hizo la primera sugerencia a Cristóbal para que comprara. Pero la operación recién se concretó ahora. El año pasado, cuando empezaban a surgir las primeras noticias de una posible venta, el Gobierno nacional asfixió a Hadad con menos pauta oficial, una de sus principales fuentes de ingreso. Terminó vendiendo cinco radios y el canal por un precio que los especialistas en el mercado consideran muy bajo: US$ 49 millones.
Cristóbal tenía una relación muy próxima a Néstor. Después de la muerte del ex presidente, hubo una impasse en los contactos con la Casa Rosada –le pasó a todos los empresarios– pero luego lo retomó. Cristina lo llamó por última vez para ver qué pensaba de la posibilidad de expropiar YPF y le consultó cuál creía que iba a ser el futuro de esa industria. López conoce el negocio: tiene toda la cadena para producir combustibles. Tiene áreas petroleras, una refinería y varias estaciones de servicio.
Desde la muerte de Néstor, Cristóbal no pisó más Olivos. Pero visitó algunas veces la Casa Rosada. El que también tiene vínculos con la jefa de Estado es Fabián De Sousa, el segundo del Grupo Indalo.
Es cierto que Cristóbal ya tenía negocios antes de la llegada del kirchnerismo al poder. También lo es que en el rubro del juego, el empresario multiplicó sus negocios incluso con un decreto muy criticado por la oposición, que le prorrogó la concesión del juego en Palermo hasta 2032.
El empresario es de Chubut. Tiene negocios en todos los rubros y empezó desde casi adolescente con los olivares que heredó de su familia. El kirchnerismo, dice puertas adentro, lo encandiló. Considera que tiene que haber un rol del Estado bien presente para lograr el bienestar de la gente.
El empresario patagónico dice que el éxito de sus negocios tiene que ver con que reinvierte en el país todo el dinero que gana. La expansión de su holding le posibilitó aceitar relaciones con gobernadores e intendentes. No es para menos. López es dueño de una petrolera, olivares en el norte, casinos en todo el país, concesionarias de autos y otros rubros.
Como empresario de una provincia petrolera conoció a Julio De Vido a comienzos de la década del ‘90. El actual ministro de Planificación era entonces un funcionario del gobierno de la provincia de Santa Cruz. Fue De Vido quien intervino a su favor cuando, tras la privatización de YPF, los nuevos dueños le querían cortar los contratos para la exploración en Chubut. De Vido lo contactó con Kirchner. Corría el año 1998. Siempre cuenta que le sonó el teléfono, y que Kirchner le dijo: “Señor López, no se preocupe, YPF no le va a cortar nada”. Entablaron, desde entonces, una amistad muy profunda.
El Grupo Indalo
Un imperio que bajo el paraguas kirchnerista creció aceleradamente
Petróleo, casinos, constructoras, transportes, alimentos y medios forman parte de una estructura que factura al año al menos $ 13.500 millones y que emplea a unas 20 mil personas
Por: Leonardo Nicosia
A diferencia de Daniel Hadad, el principal negocio de Cristóbal López no es el periodismo ni los medios de comunicación. Aun después de comprar el exitoso multimedios, sus fuentes de ingresos más importantes seguirán siendo el petróleo y los juegos de azar.
Su coincidencia con Hadad es que multiplicó sus ganancias durante los gobiernos kirchneristas. En pocos años extendió sus casinos, pasó de ser proveedor de petroleros a tener una red de estaciones de servicio, creó constructoras que recibieron obra pública millonaria y se extendió en rubros tan diversos como alimentos, bancos o autopartes (ver infografía).
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La cara visible del imperio es un megagrupo llamado Indalo y que –según la propia compañía– factura unos 11 mil millones de pesos por año. Sin embargo, jamás incluyó en ese holding a Casino Club SA, que explota el polémico rubro del juego.
La explicación oficial es que posee el 30 por ciento de las acciones, con dos socios que ostentan un porcentaje similar. Pero más allá de las formalidades, el primer casino se inauguró en Comodoro Rivadavia, la ciudad donde vive López.
Casino Club se multiplicó del principio al fin del primer gobierno kirchnerista. En febrero del 2003 –plena campaña presidencial– López pudo inaugurar un casino en la capital de Santa Cruz. Y en diciembre de 2007, Kirchner prorrogó por decreto los tragamonedas del Hipódromo de Palermo hasta el año 2032.
En el medio, puso un pie en la Ciudad de Buenos Aires –donde el juego se encuentra prohibido– porque compró la mitad del Casino Flotante de Puerto Madero. Y la expansión continuó con Cristina Fernández: en 2009 abrió en Rosario el casino más imponente de la Argentina.
En el año 2003, Cristóbal prestaba servicios –sobre todo transporte– a las petroleras de Comodoro Rivadavia. Pero desde ese momento se convirtió en un empresario del petróleo que maneja todo el ciclo industrial: exploración, explotación y venta de combustible.
A lo largo de las presidencias de Néstor y Cristina, recibió áreas petroleras en Santa Cruz, se dedicó a la explotación del oro negro, compró una refinería en San Lorenzo y adquirió a Petrobras 340 estaciones de servicio, hoy bautizadas como “Oil Combustibles”.
En pleno auge del kirchnerismo, López incursionó en la construcción de obra pública. La más importante se llama CPC y protagonizó un escándalo con la adjudicación millonaria para construir la represa Chihuido, porque el Estado salió como su garante en su oferta.
En los últimos años, después de estar en el centro de negocios polémicos, Cristóbal comenzó a preocuparse por su imagen pública.
El holding de Hadad no es el primer grupo mediático que compra:en el año 2011 adquirió un multimedios de Comodoro Rivadavia, integrado por el Diario Patagónico, FM del Mar y Editorial Polar.
Fuente: Diario Perfil