La edición del viernes 16 de Tiempo Argentino salió sin ninguna firma de los trabajadores de prensa, en apoyo al plan de lucha del gremio por aumento de salarios. En la tapa, sin embargo, se publicó un pequeño editorial firmado por los socios del grupo 23 al cual pertenece el diario
Allí Sergio Szpolski y Matías Garfunkel informan a los lectores los motivos de la ausencia total de firmas en la edición y semejante acatamiento se explicaría porque para “los accionistas del grupo 23 la libertad sindical es innegociable”.
El nivel de cinismo de estos patrones K es realmente muy elevado.
¿De que respeto a la libertad sindical pueden hablar cuando, entre otras “joyitas”, en CN23 a los trabajadores de prensa los enrolan de prepo en el Sindicato Argentino de Televisión para quitarle conquistas? De que libertad sindical hablan Szpolski y Garfunkel cuando hacen lo mismo con un grupo de compañeros de Infonews?
De que respeto a las decisiones de los trabajadores hablan estos vividores de la pauta oficial cuando el propio Szpolsky se apersonó en la redacción de Tiempo el día anterior al retiro de firmas –sabiendo que en ese momento no estaba la Comisión Interna- para “explicar” a los trabajadores que la medida “solo se haría sentir en los diarios chicos” y que “la paritaria general que impulsa la UTPBA es funcional a los medios hegemónicos”.
Con la maniobra, pretendía dividir a los trabajadores instalando la idea de que los compañeros de Clarín no acatarían la medida y “nosotros” seríamos “carne de cañón” de “la Corpo”, y, por lo tanto, “funcionales a la derecha”.
De todas formas, la medida en Tiempo fue contundente y no por obra de la libertad sindical que “la patronal garantiza” sino por la férrea decisión anti patronal de los trabajadores de prensa. Y también fue masivo el acatamiento en Clarín, quebrando así la pretensión divisionista de los patrones K.
La lucha de los trabajadores de prensa tiene la fuerza que le otorga la independencia frente a las patronales. Tanto de “la Corpo” de Magneto, Ernestina de Noble, los Saguier, como de las patronales de la “ley de medios”.
Fuente: La Naranja de Prensa