viernes, 27 de enero de 2012

La Relatoría para la Libertad de Expresión se encuentra en peligro

Por: Juan Carlos Iragorri*
Los países miembros de la organización aprobaron el miércoles un documento que deja en peligro la Relatoría para la Libertad de Expresión. El futuro del ente se encuentra en manos de la CIDH
Los países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobaron en la tarde del miércoles en Washington un documento que puede perjudicar no solamente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sino a la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, que forma parte de la Comisión.
La aprobación se produjo por consenso y levanta una voz de alarma por el peligro que se cierne sobre la Relatoría, un organismo que se ha encargado de proteger la libertad de prensa en el hemisferio. Muchos medios de comunicación de las Américas habían alertado sobre el fenómeno.
¿Qué ocurrió exactamente? La historia comenzó a mediados de diciembre, cuando delegados de los 34 países de la OEA acordaron un documento con recomendaciones para reformar la CIDH, una entidad de siete integrantes que ha servido para destapar casos emblemáticos de violaciones a los derechos humanos.
El lío es que ese documento le metió el diente de forma especial a la Relatoría para la Libertad de Expresión, una de las que dependen de la CIDH y que esta dirigida por la exmagistrada de la Corte Constitucional de Colombia, la abogada Catalina Botero.
La hincada de diente, promovida por el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa, consistía en tres puntos. El primero, imponer un código de conducta a los integrantes de la Relatoría. El segundo, impedirle que busque fondos para su propia financiación. Y el tercero, que no publique de forma extensa su informe anual, muy temido por los gobiernos autoritarios.
El caso es que hoy los países miembros de la OEA le dieron el visto bueno a ese texto, con el apoyo decidido de gobiernos como los de Ecuador, Nicaragua y Bolivia, en tanto que otros, como los de Costa Rica, Panamá, Uruguay y Canadá se decantaron por hacer una interpretación benévola hacia la Relatoría.
“Colombia se mostró partidaria de fortalecer a la CIDH, de pedirle mayor rigor jurídico, y dejó claro que es un país partidario de la libertad de expresión y que cualquier documento o artículo referente al tema debe interpretarse en ese sentido”, le dijo a Semana.com el embajador ante la OEA, Luis Alfonso Hoyos.
¿Qué va a pasar ahora? Que el documento al que se le dio luz verde esta tarde debe llegar al escritorio del secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, quien lo enviara a los miembros de la CIDH para que tome una decisión definitiva.
No hay plazos para esos trámites, pero la Relatoría se encuentra en peligro, y así lo han constatado varias ONG para la libertad de prensa agremiaciones de periodistas. Para ellas, Albert Camus tuvo razón cuando dijo: “Con libertad, la prensa puede ser buena, o ser mala. Sin libertad, no puede ser otra cosa que mala”.
*Corresponsal de la Revista Semana en Washington

Estocada a la CIDH
Por: Laura Gil
Si bien el cubrimiento mediático se ha centrado en la relatoría para la libertad de expresión, el contenido de las reformas propuestas fue mucho más allá.
Los Estados miembros parecen decididos a acabar con lo poco que queda de relevante en la OEA.
La última reunión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) mostró que la división ideológica en el continente puede ser superada cuando así se quiere. Y esta vez se quiso: izquierdas y derechas se pusieron de acuerdo para debilitar el sistema interamericano de derechos humanos. En estos días de ocaso de la OEA, la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos ponen la cara por la Organización. Pero los Estados miembros parecen decididos a acabar con lo poco que queda de relevante en la OEA.
Seis meses atrás, el Consejo Permanente creó un Grupo de Trabajo sobre "el funcionamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para el fortalecimiento del sistema". Las recomendaciones que produjo fueron adoptadas por unanimidad este pasado miércoles.
Si bien el cubrimiento mediático se ha centrado en la relatoría para la libertad de expresión, el contenido de las reformas propuestas fue mucho más allá. La reflexión del Grupo de Trabajo abarcó desde el tratamiento de situaciones especiales al financiamiento del sistema, pasando por las medidas cautelares, las cuestiones de procedimiento y las soluciones amistosas.
¿Cómo se logró un consenso tan amplio en una organización tan marcada por la confrontación? La respuesta es simple. Cada Estado tenía algo que cobrarle a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Y así los países se hicieron pasito.
Una lectura desprevenida de las recomendaciones podría dejar la impresión de un fuerte compromiso de los Estados con el sistema interamericano. Nada más lejos de la verdad: los debates sostenidos en el grupo evidenciaron lo contrario. Comencemos con lo referente a las relatorías.
Recomienda el Consejo Permanente "el establecimiento de un Código de Conducta que regule la gestión de las relatorías de la Comisión". Traducción: los estándares de conducta que existen no son suficientes para controlar a los relatores.
Propone también el Consejo Permanente "asignar recursos adecuados, suficientes y balanceados a todas sus relatorías, grupos de trabajo y unidades". Traducción: la relatoría para la libertad de expresión ha conseguido más recursos que las demás y, por ende, es necesario nivelar... pero por lo bajo.
Continúa el Consejo Permanente con la sugerencia de "incorporar todos los informes de las relatorías en un capítulo único del informe anual de la Comisión". Traducción: el informe de la relatoría para la libertad de expresión tiene impacto; escondámoslo en un informe general y ojalá lográramos limitarlo a un reporte de actividades.
Así se podría proceder con cada uno de los temas consignados. Plantea el Consejo Permanente "contribuir al fortalecimiento de las instituciones nacionales de protección de los derechos humanos, mediante acuerdos de colaboración". Traducción: queremos más cooperación y menos escrutinio.
En cuanto a las medidas cautelares, el Consejo Permanente pide fundamentarlas jurídica y factualmente, algo que se viene haciendo de manera resumida. Se pretende, en realidad, la emisión de resoluciones detalladas, un requisito imposible de satisfacer con los recursos humanos disponibles para dar respuesta a un promedio de 400 solicitudes anuales.
Con una redacción de este corte, cada uno de los países puede pregonar a los cuatro vientos su apoyo al sistema mientras contribuye a darle una estocada. Al tiempo, unos y otros pueden marcar diferencias en la interpretación de los textos, tal y como lo hicieron los embajadores el miércoles. El lenguaje así lo permite.
Pero si quedan dudas de la voluntad de debilitar el sistema, basta con escuchar la declaración del Embajador de Perú: "La actuación de la Comisión debe tener en cuenta la sensibilidad política nacional". Nadie protestó.

'Preocupa debilitar relatoría de expresión'
Como "preocupante" calificó el expresidente César Gaviria la posibilidad de que se debilite la Relatoría para la Libertad de Expresión
Esto, a raíz de unas modificaciones planteadas en un documento que pretende reformar el sistema interamericano de Derechos Humanos y que recibió el miércoles el visto bueno del Consejo Permanente de la OEA.
En el documento -elaborado por un grupo de trabajo de la OEA- se incluyeron propuestas de países como Venezuela y Ecuador, que, entre otras cosas, reducirían los recursos de esa relatoría y le implementarían un código de conducta que llevaría a controlar las críticas y observaciones que se consignan en sus informes.
"Es preocupante el caso de la Relatoría para la Libertad de Expresión, cuya misión y desempeño pretenden cuestionar algunos países miembros (porque) ha servido de instrumento eficaz para evitar abusos donde gobiernos, a pesar de su origen democrático, han concentrado poder en todas las ramas del Estado, hasta llegar a poner en peligro las libertades de prensa y de expresión", aseguró el exmandatario.
Gaviria, quien fue secretario general de la OEA, advirtió que ese organismo ha "sido un pilote fundamental para defender la libertad de prensa y de expresión".
Fuente: Diario El Tiempo
Ver anteriores: La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión no es un juguete político, Relatores de la ONU y CIDH piden a EE.UU. proteger la libertad de expresión, ONG alertan de que peligra autonomía de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,