viernes, 14 de octubre de 2011

Armand Mattelart: "Cuando ves Twitter apropiado por los movimientos sociales o en períodos de crisis es formidable"

Hace unos pocos días el sociólogo belga Armand Mattelart fue homenajeado por la Universidad Iberoamericana de México.
Javier Solórzano, reconocido periodista mexicano y antiguo conocido de Mattelart -como estudiante fue quien cursó la primera invitación para que el belga fuera a disertar a México, en 1953- le realizó una entrevista sin desperdicios en la que el estudioso brinda su particular mirada del mundo actual.
Autor de varios libros, entre ellos “Historia de la Sociedad de la Información” y “Un mundo vigilado” -que son parte de la bibliografía de nuestra cátedra- Mattelart ofrece una mirada sistémica del mundo, coincide con Wallerstein y nos deja con ganas de seguir leyéndolo.
¿Qué tendrían que hacer hoy las Universidades con los estudiantes de Sociología y Comunicación para no generar la frustración en medio de un mundo tan contradictorio?
Lo que es importante y me parece que está emergiendo en las universidades latinoamericanas, no tanto en las europeas, un deseo fuerte –porque están en una situación de precariedad- y presión para que los estudios en comunicación, sociología y antropología, estén más vinculados con la sociedad. Digamos que la Universidad pierda su carácter de Torre de Marfil. Una presión fuerte para que cambie la relación entre la universidad y la sociedad y que haya un nuevo contrato social. Los docentes, el tipo de enseñanza que dan y la universidad. Hay que decir que estamos saliendo recién de un largo período de hibernación del espíritu crítico, a partir de los ’85 cuando empieza la desintegración de los sistemas de comunicación y de otras instituciones se puede decir que hay una retirada de la interrogación crítica sobre adónde va la sociedad. Y es a partir de esta década, a partir de la organización de foros sociales mundiales, el 11 de septiembre de 2001 hay un repunte del espíritu crítico. Hoy aparecen interrogaciones que se habían tapado durante los últimos años.
Hoy hay interrogaciones sobre qué podemos hacer para cambiar esta situación donde no hay pluralismo de los medios. Cómo se puede participar y acompañar las demandas de los ciudadanos de “ciudadanización” de los medios. Y así las sociedades latinoamericanas, mucho mas que en las europeas está a la orden del día.
Lo que ocurrió en Argentina con la Nueva Ley de Servicios Audiovisuales y en todas partes hay por lo menos grupos que ya empiezan a pensar que no se puede seguir con una concentración tan fuerte de un dispositivo que es fundamental para la construcción de la opinión.

¿Qué tanto son las redes sociales una respuesta a los grandes medios?
Las redes sociales sociales ayudan a comunicar y a espiarte y controlarte. Es la paradoja de las nuevas tecnologías. El modelo económico de Facebook es la publicidad, el marketing, el banco de datos para construir perfiles, etc. Pero por otro lado es la posibilidad de acceder y transmitir la información para organizar movilizaciones en tiempos de crisis. Se lo vio concretamente en Túnez, en Egipto, en Atocha…
Entonces, yo tengo una mirada de la tecnología muy dialéctica. Yo pienso que la tecnología no existe en sí. Es la gente la que se apropia de una manera porque tiene una cierta idea de la sociedad. O de otra manera si tiene otra idea de la sociedad, que va mucho más hacia lo tecnocrático. Entonces, siempre cito la definición que daba Donald Rumsfeld, el doctrinario de la guerra de Irak: “la web es un sistema de armas vulnerable”. Y lo decía en 2002. Es decir que ellos ya tenían conciencia de que era vulnerable (hoy tenemos Wikileaks). El hecho de reconocer que es vulnerable quiere decir que hay diversas concepciones para apropiarse e institucionalizar la manera de cómo se implantan las nuevas tecnologías. Y eso es fascinante.
Entonces, obliga a una conciencia amplia de los desafíos que significan a nivel de la construcción de la democracia.
Yo estoy un poco en desacuerdo con esa tendencia en decir que los nuevos medios a, finalmente, van a permitir crear un nuevo ambiente una nueva ecología mediática. Yo pienso que en nuestras sociedades los medios hegemónicos han tenido tanta importancia que queda todavía el obstáculo mayor a la construcción de la ciudadanización del mundo mediático.
Yo creo que hay que apropiarse de las tecnologías de manera crítica, pero también comprometerse en la reflexión, en la acción y movilización para cambiar las leyes que ordenan los medios de comunicación del lado del pensamiento dominante.

¿Twitter que te parece?
Es más instrumental, Twitter. Es formidable. Sorprendente. Cuando lo ves apropiado por los movimientos sociales o en períodos de crisis es formidable. A nivel de los usos cotidianos es fantástico… yo que soy abuelo… veo cómo las nuevas tecnologías facilitan el trabajo de los padres también.
Es interesante, pero no hay que olvidar que también nos esclavizan las nuevas tecnologías. Cuando uno va en un autobús y ve a una persona con un celular, es preocupante. Porque es la imagen de una sociedad individualista. Es una individuación que no toma en cuenta al otro. Es inquietante a veces.

Cuando escribieron “Para leer al Pato Donald” con Ariel Dorfman esa era una respuesta a una situación dada. Hoy, ¿como sería esa respuesta?
Hoy es mucho mas complejo todas las estrategias para hacer que no se cambie el régimen de los medios. Es por eso que estoy trabajando mucho los discurso de los gremios patronales sobre los medios.
Porque el gran problema es oponer a la noción que tienen de libertad de expresión como libertad del propietario, la otra noción: de la libertad de expresión de los ciudadanos como fuente de su participación en la sociedad. De su real dignidad.

¿Qué opinás de los recientes movimientos árabes a los indignados españoles y hasta los indignados en Wall Street? Nos decía James Petras ayer “no pierdan de vista, 50 mil personas en Wall Street. No solamente jóvenes, sino también sindicatos…”
Yo creo que son importantísimos estos movimientos, tanto de los indignados como los de NY. Y las revoluciones árabes. Lo que es interesante es que detrás hay un núcleo conformado por una mayoría de jóvenes a los que se suman múltiples actores sociopolíticos. Yo pienso que estamos en el principio de expresión de una frustración de que no puede seguir así el funcionamiento de la sociedad. Ahora se focaliza sobre el sector y la crisis financiera.
Hay que ir a ver lo que pasa –porque es la misma categoría de edad- en las luchas estudiantiles de Chile. EL país que era el símbolo del “éxito del modelo neoliberal” y de repente vuelve a la superficie a partir del otro contexto, una movilización estudiantil que reclama que se cambie el estatuto privatizado del saber.
Si sumas todo este conjunto de luchas, por ejemplo, la emergencia del sujeto político de los pueblos originarios, o afrodescendientes, le movimiento de las mujeres, de los campesinos sin tierra y todo eso traducido a través de foros mundiales, continentales, te das cuenta que estamos en una fase de expresión de un diagnóstico común: no se puede seguir así.
El gran problema es llegar a cristalizar estas fuerzas en alianzas donde no todo tienen la misma opinión pero aceptar que el principio de la alianza puede ser la discrepancia pero mas allá de la discrepancia, un el proyecto de sociedad no sea productivista o consumista.
Es interesante el caso de Chile desde este punto de vista. Porque ya no es solamente los estudiantes, sino también las centrales sindicales que intervienen, lo mismo que en Nueva York. Esta irrupción juvenil, hay que decirlo, viene seguida de otras organizaciones que dese hace tiempo se preocupan y se preguntan cómo cambiar las cosas.

¿Qué te pasa cuando ves el IPhone, el IPad, la Mac… Todos esos que llaman “gadgets”?
Lo veo mucho con mis nietos. Estamos un poco desbordados por la tecnología. El papel de los padres o de la escuela es tratar de tomar distancia de esta dinámica tecnológica. Estamos en sociedades en la que el que no está “casado” con una tecnología –cada vez mas nueva- está un poco excluido de la sociedad. Y ojo que una manera de defenderse es ser ascético frente al uso de estas tecnologías para guardarse, porque sino uno se deja llevar.
Yo creo que se necesita una filosofía del goce y del buen vivir frente a la tecnologías, sino uno está atrapado en un presentismo que se repite a lo infinito.

¿Cómo ves a México y a este fenómeno del narcotráfico y la violencia? Cuando viniste en el ’53 nuestros problemas eran otros, aunque sí de concentración de medios…
De concentración de medios que participa de ello por el tipo de construcción de la noticia, de su programación, que participan en el cultivo de una cultura del miedo y del temor. Hay una dialéctica de eso: tu puedes decir: estoy en contra de la inseguridad pero a la vez construí la inseguridad a través del reclamo por la inseguridad. Es gravísimo eso.
A mi me impacta mucho venir a México hoy, sobre todo cuando tu ves que 36 personas habían sido matados en Veracruz. Yo admiro al pueblo mexicano, porque no he conocido en mi vida ninguna sociedad que debe enfrentarse a una situación tan cruenta donde los delincuentes, utilizan métodos tan bárbaros como la decapitación, como medio de comunicarse con la sociedad.
Para mí es dramático. Pero cuando hablo con la gente veo que hay una chispa. Hay una posibilidad de grupos que piensan que es fundamental establecer una cultura de paz. Yo tengo una esperanza en la resiliencia de los mexicanos.
Yo participo de un pensamiento utópico y pienso que la humanidad finalmente tendrá razón. Y lo que me parece dramático y me duele mucho es que estas situaciones, como la de México, se banalizan en la información. No van a buscar las iniciativas que tratan de luchar en contra de esta situación.
Pero también es una sociedad donde hay un espacio público. Hay un trasfondo de crueldad criminalística, pero a la vez una sociedad que funciona.

¿Como fenómeno social, deberíamos meternos seriamente en la legalización de las drogas?
Sí. Yo pienso que hay que seguir con otra perspectiva que la que prevaleció en los años 90, que era mas bien un discurso completamente encontrado sobre la globalización como la última fase de la humanidad: el fin de las ideologías, etc. La de hoy es recuperar la idea de que la globalización existe. Es decir que hay tendencias globales que nos unen en problemas y soluciones pero también que cada cultura reacciona de manera distinta frente esas lógicas globales.
Y me parece que estamos entrando en otra fase donde hay mas interrogaciones sobre los medios que tiene cada país, de pensar una alternativa a estas lógicas destructoras.

Dicen que elegimos a los políticos pero no a quienes realmente nos gobiernan…
Sí. Sí. Tu planteo es un problema esencial. Y aquí me salgo un poco de México pero vas a reconocer que México también participa de estas lógicas.
Yo creo que hay una ruptura a partir del 11 de septiembre de 2011. Es decir que las lógicas de seguridad nacional y el marco de seguridad nacional avanza en todas las democracias.
Es decir, que tienes formas de control y de institución que son nuevas en relación a la definición de la democracia tal como la conocemos desde la Revolución Francesa y la Revolución Americana. Lo que se ha introducido y esparcido en el mundo a partir del 11/9/011 es una reorganización del papel del Estado y la legislación del marco de la Seguridad Nacional, que tiene el efecto de dejar de lado, de poner entre paréntesis, uno de los fundamentos de la democracia: que es la separación de los poderes.
Es decir, el monopolio del poder lo tiene el Poder Ejecutivo sin el control de la sociedad Civil y de la sociedad política. Y ésa es una tendencia que se ve en todas las democracias: tanto las europeas como las latinoamericanas. Con grados evidentemente distintos, porque tenemos tradiciones e historias distintas.
Hay un retroceso del Estado de Derecho en todas las democracias. Se ve a través del avance de la inversión masiva en las tecnologías de la vigilancia.
Yo creo que es importante reflexionar en este sentido: me parece que progresivamente hay una conciencia que nace.
Para resumir y proyectar en el futuro, yo pienso -como ciertos economistas críticos- que estamos en una período de crisis sistémica, en la que el régimen capitalista no logra reencontrar su equilibrio. Entonces, estamos en un mundo caótico. Sin hablar de apocalipsis, es caótico.
Estamos frente a disyuntivas: hay una lógica que piensa que vamos a sociedades cada vez autoritarias como manera de salir de la crisis -y mas autoritarias que las que hemos conocido-. Y la otra lógica es la que trabaja el mundo: la sociedad que quiere recuperar a la sociedad. Que piensa la organización de la sociedad a partir de los ciudadanos. Y ojo, que hay varios índices donde se ven grupos que tratan de instaurar otra base de vivir en conjunto. Eso, es Wallerstein que dice: esta época va a durar 40 años y no se sabe quién va a ganar.

Y qué viene?
Vamos a sociedades más autoritarias o vamos a sociedades donde la dignidad de los ciudadanos y ciudadanas está plenamente reconocidas a través de nuevas formas de vida y nuevas formas de estado…

De forma de vida, de posibilidades de empleo
Ese es el gran problema, en esta lucha la novedad es que la juventud se vuelve portadora de promesas pero que también de que las preocupaciones, los interrogantes, las movilizaciones son intergeneracionales. Cuando tienes nietos, hijos o hijas deben confrontarse a una sociedad donde no tienes acceso a la universidad porque están privatizadas o cuando sabes que no van a aprovechar el motor de movilidad social que ha conocido la generación anterior, no puedes sino ser inquieto y tener una conciencia de que es un problema que toca a todos.
Y, evidentemente, hoy a parece a partir del núcleo que es la juventud que es precisamente la que no tiene salida, que son los diplomados. Qué grupo pesa más en esta expresión. Sin por eso olvidar otras rebeliones que finalmente se desarrollan paralelamente.